Madrid cambia de estrategia en la huelga de atención primaria: de servicios mínimos del 100% a dos o tres médicos por turno
La Consejería de Sanidad asegura que lo impone así para que no se la acuse de “impedir el derecho a la huelga” por medio de “mínimos abusivos”. Los médicos piensan que el objetivo es debilitarlos y poner a la ciudadanía en su contra
Los servicios mínimos para la huelga de atención primaria que comienza el lunes han dejado a los médicos asombrados. Lejos del 100% que la Consejería de Sanidad impuso en el paro de las urgencias extrahospitalarias, en esta ocasión ha optado por seguir una regla completamente contraria que, avisan, puede provocar el caos en los centros de salud madrileños: en los que tengan cuatro o más médicos de familia, tendrán que trabajar obligatoriamente dos y un pediatra por turno ―si no hay pediatra, se sustituirá por otro médico de familia―; y los que tengan menos de cuatro, irá un facultativo y un pediatra por turno ―si lo hay; si no, otro facultativo―. Esta regla, que no es proporcional según el tamaño del ambulatorio, afectará principalmente a los grandes centros. Por ejemplo, en uno en el que trabajen 20 sanitarios, la desorganización puede ser total si el seguimiento es masivo y solo están obligados a presentarse dos. “Son los mínimos que se han puesto en todas las huelgas en Atención Primaria precovid. Se hace así para que no los declaren mínimos abusivos y que no acusen [a la Consejería] de impedir el derecho a la huelga”, ha explicado un portavoz de la Consejería de Sanidad. El comité de huelga, formado por cuatro miembros del sindicato médico Amyts, ha firmado “en desacuerdo”. Piensan que la medida puede ocasionar grandes perjuicios a la población y a los médicos. “Quieren debilitarnos”, reflexiona María Justicia, médico de familia y responsable del sector de Atención Primaria en Amyts.
Isabel Vázquez, médica de familia del centro de salud de Numancia y también miembro del sindicato médico Amyts, ha explicado nada más salir de la reunión con la Consejería de Sanidad que los profesionales en huelga quieren “garantizar tanto la atención a la población como que quienes estén de mínimos puedan hacer frente a lo que llegue a los centros”. La sanitaria se refiere a que si un centro de salud tiene una plantilla de 20 médicos y los mínimos son de dos o tres por turno, significará que dejarán un agujero importante, mucha población sin atender, y unos profesionales que no darán abasto.
Esa es la razón por la que el comité había pedido que se establecieran unos mínimos que fueran proporcionales al número de médicos de cada centro. “El problema es que esto está muy desbalanceado, porque hay centros pequeños que efectivamente pueden tener cuatro o cinco profesionales [y funcionan con alguno menos]; pero hay otros que tienen 22 médicos de familia, por ejemplo. Eso supone [que atienden a] una población de miles y miles de personas. Pensamos que quizá en esos centros grandes con muy pocos mínimos se podría causar un perjuicio”, zanja.
La propuesta del comité de huelga tampoco era muy elevada: el 25% de servicios mínimos, pero creía que debía hacerse atendiendo a la dimensión de los centros y al número de profesionales que hay en ellos. Y, aunque esperaba que la Administración pusiera sobre la mesa unos números que rondaran entre el 50% y 80%, como en otras ocasiones, los cuatro miembros de Amyts que estaban en la reunión se sorprendieron con la imposición de la Consejería. Intentaron lanzar su contrapropuesta, pero no tuvieron suerte. “Se mostraron inflexibles”, explicó Justicia.
“Buscan echarnos a la población encima y ver si aguantamos económicamente”, asegura la médica de familia. Por cada día de paros, a los médicos se les restarán unos 200 euros de su nómina. “Pero estamos fuertes. Vamos a por todas. No queríamos unos mínimos abusivos, pero tampoco el otro extremo, por conciencia con los pacientes”, insiste. El resultado será desigual, avisan: hay 437 centros de salud en toda la región, incluidos los consultorios, y si el seguimiento de la huelga es masivo, es probable que en los más grandes impere el caos y el enfado de muchos enfermos.
La directora general de recursos humanos, Raquel Sampedro, no ha transigido con la oferta del 25% de los sanitarios, ha dicho una y otra vez que no, que la decisión ya estaba tomada por la gerencia de atención primaria, y que en la imposición de los servicios mínimos se ha tenido en cuenta “tanto la duración indefinida de la huelga, el carácter de asistencia no demorable que prestan los profesionales convocados a la misma y la obligación que tiene la Administración de asegurar y garantizar la asistencia sanitaria a la población madrileña”. Por otra parte, ha insistido: “Hay que tener en cuenta que es necesario establecer los servicios mínimos propuestos para garantizar el derecho básico de los ciudadanos a la vida y a la protección de la salud, conforme con los artículos 15 y 43 de la Constitución española“.
Promesas incumplidas
En septiembre de 2020, los médicos de atención primaria también convocaron una huelga por los mismos motivos que ahora: tienen una carga asistencial elevadísima, de 50 a 60 pacientes por día, cuando lo recomendable es no pasar de 25. Son pocos, están mal pagados (Madrid es la segunda comunidad que peor paga a sus sanitarios) y además llevan a cabo tareas burocráticas que les impiden dedicarse al 100% a sus pacientes. En aquella ocasión, los servicios mínimos fueron del 80% y la Administración consiguió frenar los paros un día antes con el denominado Plan Ayuso número uno.
En aquel momento, la presidenta prometió subir el sueldo unos 6.000 euros al año a partir de principios de 2021, contratar médicos para disminuir la carga asistencial (31 pacientes al día para los médicos de familia y 21 para los pediatras) y disminuir las tareas burocráticas, como las de emitir bajas por enfermedad para pacientes hospitalarios. De hecho, la Comunidad de Madrid prometió que a partir del segundo trimestre de 2021 los especialistas de reumatología, psiquiatría, ginecología y obstetricia y urgencias hospitalarias emitirían las bajas por enfermedad de sus pacientes. Nada de eso se cumplió. Tras varias reuniones para concretar cada uno de los puntos, dejaron de llamarlos. Y todo saltó por los aires.
Ángela Hernández, secretaria general de Amyts, ha recordado que “la situación es bastante compleja en el sentido en el que hay dos huelgas de médicos en marcha”, en referencia a la de los médicos de las urgencias extrahospitalarias, que comenzó el 7 de noviembre y que unas horas después se ha desconvocado tras llegar a un acuerdo con la Consejería de Sanidad. “Siempre esperamos a que nos llamen para poder llegar a un acuerdo: si no se llega a una huelga es muchísimo mejor”, ha insistido. Ahora mismo, la posibilidad de un acuerdo es lejana. Depende de la fortaleza de los médicos en la huelga y de la presión de la población, dos elementos clave con los que los convocantes creen que juega la Consejería.
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