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Madrid recorta el metro porque no fijó una tarifa eléctrica plana

El suburbano retira un 10% de los trenes y lo justifica por la subida de la factura

Usuarios de metro de Madrid, en una imagen del 19 de abril.
Usuarios de metro de Madrid, en una imagen del 19 de abril.JUAN BARBOSA
Juan José Mateo

La Comunidad de Madrid ha decidido retirar un 10% de los trenes del Metro en circulación con el argumento de que debe reducir el gasto en electricidad por el aumento en el precio de la energía, pero al mismo tiempo ha apostado por vincular su factura al mercado diario (disparado) y no a una tarifa fija. Esa posibilidad, recogida en los cinco contratos de suministro de la compañía, podría amortiguar en teoría el golpe económico, al fijar un techo en el gasto potencialmente inferior al del mercado abierto y quizás evitar así el recorte del servicio a los 1,4 millones de pasajeros que usan cada día el suburbano. Metro, sin embargo, argumenta que la usó parcialmente en 2021, y que ahora la empresa que le asesora en este campo (a cambio de 72.358 euros) ha desaconsejado hacerlo.

“Se establece una fórmula de indexación al precio del mercado diario, con posibilidad de fijación de fracciones porcentuales de volúmenes de energía a precio fijo referenciada al mercado de futuros, que pueden ejecutarse de forma parcial y en diferentes momentos [siempre por iniciativa de Metro]”, se lee en los cinco contratos correspondientes al suministro de energía para el Metro.

Es decir, la compañía no está obligada a depender exclusivamente del precio diario que marca el mercado. Entonces, ¿por qué no ha optado Metro por esa vía de buscar un precio fijo en lugar de recortar en el servicio a los ciudadanos?

“En 2021 se ejecutó una parte de la compra a precio fijo (futuros), pero la parte variable ha tenido un incremento tan importante que ha elevado mucho la factura”, contesta un portavoz de la compañía. “En estos meses de volatilidad del mercado energético, en el que el precio varía desde 80 euros megavatio hora a 500, hay una recomendación expresa de la empresa especializada en no ir a mercados de futuro de tarifa fija”, sigue, en referencia a que esta opción tiene un componente de apuesta que implica acertar con un precio más bajo del que tendrá luego el mercado abierto cuando llegue el momento. “Ir en contra de esto sería ir a un mercado especulativo, y tremendamente volátil. Sería un ejercicio temerario en el momento actual”.

De 3,4 millones a 12,2 millones de factura

El Metro de Madrid consume más de 600 millones de kWh al año. A principios de marzo, el Gobierno regional estimó que la factura eléctrica de la infraestructura podría dispararse hasta los 268 millones de euros, más de cinco veces superior a la de hace solo dos años. La empresa ha llegado a pagar 800.000 euros diarios por este suministro imprescindible, y su factura mensual ha pasado de los 3,4 millones de febrero de 2021 a los 12,2 millones de febrero de 2022. Que la respuesta a esas cifras sea recortar un 10% de trenes alimentará las quejas de los usuarios, que ya anteriormente lamentaban las esperas y las aglomeraciones en los andenes.

“El Gobierno de Ayuso nos invita a coger el coche, a gastar en un combustible que está por las nubes, y a contaminar, justo cuando crece el número de usuarios”, reaccionó la Federación regional de asociaciones de vecinos de Madrid (FRAVM). “Increíble”. En el PSOE hubo cargos públicos que señalaron con amargura la contradicción que a sus ojos supone recortar por falta de presupuesto un servicio clave para los ciudadanos, y promover al mismo tiempo bajadas de impuestos.

E incluso en Vox se mostraron contrarios a la medida: “Los sobrecostes no se tienen que cubrir disminuyendo servicios, sino quitando políticos, subvenciones…”, criticó el diputado Javier Pérez Gallardo.

Así, los sobrecostes por el suministro eléctrico se cubrirán recortando el servicio público. En hora punta ahora circulan un total de 311 trenes, frente a los 324 de antes de la crisis, un 4% menos. En el conjunto de la jornada, el servicio se ha reducido en una media del 10%, según datos proporcionados por el gobierno. Metro asegura que mantiene ahora mismo el 96% del servicio que tenía antes del estallido de la pandemia del coronavirus, en marzo de 2020, mientras que el número de pasajeros se ha reducido en un 20% con respecto a entonces. Dos cifras quizás inseparables de una estadística conocida este miércoles: los madrileños ven los atascos como el principal problema de la capital, según se desprende de la última encuesta de calidad de vida elaborada por el Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida.

“La factura eléctrica a la que tiene que hacer Metro cada día se ha disparado, algo conocido por todos, quizás menos por el señor Sánchez”, ha dicho este miércoles Enrique Ossorio, el portavoz del gobierno regional, y consejero de Educación, Ciencia y Universidades, durante una rueda de prensa. “El coste normal en Metro era de 120.000 euros al día, y ha llegado a costar 800.000″, ha ejemplificado. “Ese desorbitado precio de la energía ha obligado a tomar medidas que supondrán un ahorro de los costes diarios, prestando un servicio de calidad con las cuentas más saneadas para garantizar la sostenibilidad de la empresa en un futuro”, ha añadido. Y ha asegurado: “La reducción apenas se traduce en que los usuarios apenas tengamos que esperar unos segundos más entre un tren y otro”.

Al choque con el Gobierno

Desde que Díaz Ayuso llegó por primer vez al poder, en agosto de 2019, el Ejecutivo regional ha abierto todos los frentes posibles contra el nacional. Separados por su política económica, educativa, sanitaria e incluso internacional, el alza del coste de la energía ha abierto un nuevo choque entre las dos Administraciones.

Las escaramuzas arrancaron a finales de 2021, cuando la Comunidad empezó a explicar que cumplir con el compromiso de comprar los 60 nuevos trenes prometidos en 2018 para combatir los retrasos y el empeoramiento del servicio en el Metro se estaba complicando porque el descenso de viajeros y el alza del coste de la energía le restaban recursos para afrontar un gasto de alrededor de 700 millones de euros. Pronto llegó la comparación con el número de nuevas estaciones que se podrían construir de no tener que afrontar esa factura inesperada. Y el tono del choque fue subiendo, por parte de la Comunidad de Madrid, según lo hizo el coste de pagar la electricidad.

“Háganse a la idea de la gravedad de la situación, de la emergencia eléctrica que está en este momento amenazando al transporte público”, dijo ya este marzo el consejero de Transportes e Infraestructuras, David Pérez, durante una intervención en la Asamblea regional. “No hablo desde el partidismo, sino desde la responsabilidad pública, a la que convoco al gobierno de la Nación”, añadió. “¿Qué servicio público puede soportar un desfase de más de 240 millones de euros solo en suministro eléctrico? Es necesario habilitar un fondo de compensación de emergencia ante esta situación de encarecimiento”.

Por ahora, sin embargo, lo que habrá es menos trenes para los viajeros en el Metro de Madrid.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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