El Bosque Metropolitano da sus primeros frutos a cuentagotas

Entre el tráfico de los coches que atraviesan a toda velocidad la M-40 se abre un pequeño oasis verde. En el suelo, las semillas de enebros, madroños y pinos empiezan a crecer alrededor de la Avenida del Talgo, en el distrito de Moncloa-Aravaca. Aunque los bloques de edificios y las grúas de las obras cubren la estampa de la capital. El camino de zahorra, repleto de charcos por la lluvia, recorre una pequeña parte de seis hectáreas del Bosque Metropolitano, un proyecto de 75 kilómetros verdes alrededor de la capital. El anillo natural que circunvalará Madrid empieza a dar sus primeros frutos, pero no será hasta dentro de 10 años cuando sea una realidad. Las dos primeras parcelas, que suman 16,1 hectáreas, han abierto sus puertas este lunes a los madrileños, en Moncloa-Aravaca y en Campo de las Naciones en Barajas, donde se encuentra el Bosque de los Abrazos Perdidos en memoria de las víctimas de la pandemia.

Se trata del 0,37% de las 4.300 hectáreas en las que se prevé intervenir para lograr la creación completa del bosque. Aunque, la superficie total proyectada en el plan del Bosque Metropolitano, enmarcado en los Pactos de la Villa del Ayuntamiento de Madrid, asciende a 36.000 hectáreas si se suman las infraestructuras verdes que ya existen que serán conectadas. “Esto permitirá que la ciudad crezca con la naturaleza para reforzar un ecosistema que está dañado”, admitía este lunes la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, durante el acto de inauguración. Más de 6.600 árboles y 39.600 arbustos se han plantado en las dos primeras parcelas para luchar contra la contaminación en la capital.

Pero, quien disfrute del gran bosque que rodeará la ciudad serán ya las próximas generaciones. Desde el Ayuntamiento justifican la espera en la elección de plantación de especies autóctonas de crecimiento lento y sostenible, como pinos, enebros, madroños y encinas. “Se planta con la aspiración de que lo puedan disfrutar nuestros hijos y nietos”, añadía Villacís. Desde la puesta en marcha del proyecto en 2020, el coste en levantar 63 hectáreas y plantar 10.300 árboles ha sido de 26 millones de euros. El presupuesto para este año es de 22 millones más.

Pinos, madroños, olivos, cipreses, encinas, olmos y almendros conforman las primeras parcelas de este anillo forestal con parque infantil y área de entrenamiento al aire libre. La infraestructura verde de 75 kilómetros con 450.000 árboles de especies autóctonas, que absorberán hasta 170.000 toneladas de CO2 una vez esté terminado, cuenta con un presupuesto de 77 millones de euros.

El reequilibrio de la ciudad y la restauración ecológica y paisajística de zonas degradadas son algunos de los objetivos a largo plazo. La idea era empezar a proveer de espacios verdes a los vecinos del sur de Madrid. En contra de lo previsto, la primera semilla se plantó al norte, en el Campo de las Naciones. Dos años después, el bosque empieza a brotar en las zonas prometidas. “En el sur el suelo está muy mal, hay que cruzar muchas carreteras y espacios abandonados”, explicaba Mariano Fuentes, delegado del Área de Desarrollo Urbano, en el enclave de Villaverde.

Las verjas de esta parcela, de 14 hectáreas y situada a apenas un kilómetro de Orcasitas, permanecerán cerradas al público hasta el año que viene, cuando se prevé que acaben las obras. De momento, se observan las primeras plantaciones de arbustos envueltas por redes de protección, bancos y un camino de piedra que conecta con el parque forestal Julio Alguacil Gómez. La fase tres de este proyecto cuenta con un presupuesto de 4,2 millones de euros.

La próxima construcción en esta zona comenzará en mayo y será la primera pista de atletismo integrada en un bosque de Madrid. Un circuito deportivo de 10 metros con ocho carriles para aficionados y deportistas, que también contará con una zona especializada para la práctica de 100 metros lisos. “Se trata de mejorar la calidad de vida de la ciudad, incluyendo el deporte, el ejercicio y el bienestar físico en la ecuación”, ha señalado Fuentes.

La inversión para el concurso de los proyectos ganadores de ideas para diseñar el Bosque Metropolitano fue de más de 3,5 millones de euros, según documentación publicada en el portal de contratación. Con ellos se planteaba conectar los montes naturales de El Pardo con las lomas de Valdelatas y la Casa de Campo, así como los parques urbanos de Valdebebas, Cuña de O’Donnell y Vicalvarada. Además, se creará el anillo verde del sureste desde el Cerro de la Herradura hasta los Cantiles del Manzanares, los parques fluviales del sur del río Manzanares y el arroyo de La Gavia y se unirá el sistema metropolitano suroeste (Getafe, Leganés, Alcorcón) con la Casa de Campo.

Vías ciclistas, rutas para pasear e infraestructuras para practicar deporte al aire libre conformarán el bosque que pretende absorber 170.000 toneladas de CO2 y la restauración ecológica y paisajística de la ciudad. La inauguración se ha llevado a cabo aprovechando el Día Mundial de los Bosques, que se celebra el 21 de marzo de cada año. Al evento de este lunes han asistido también representantes de otros grupos políticos, alumnos de la Universidad Politécnica de Madrid interesados en este proyecto y los ganadores de los lotes del concurso de ideas. La vicealcaldesa de Madrid ha concluido el acto defendiendo el desafío sostenible del Bosque Metropolitano: “En contra de lo que se ha entendido siempre como un legado de infraestructuras grises, carreteras, soterramientos o plazas, esta vez nos planteamos que lo que queríamos dejar a Madrid era una infraestructura verde”. Aunque, para ver el resultado final aún habrá que esperar a que las semillas se conviertan en árboles.

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