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Tres mujeres socialistas en la casilla de salida para disputarle la alcaldía a Almeida

A casi un año de las elecciones, todo apunta a que Mercedes González será la candidata, pero deberá imponerse en un proceso interno

Manuel Viejo
Elecciones Ayuntamiento de Madrid
De izquierda a derecha: Enma López, Mar Espinar, Maite Pacheco y Mercedes González, durante un pleno del Ayuntamiento en 2020.Luis De Vega Hernández

¿Otra vez elecciones? Otra vez. ¿Otra vez el PSOE sin un candidato o candidata definido? Otra vez. La historia socialista se repite comicios tras comicios en el Ayuntamiento de Madrid. Las candidaturas de los partidos comienzan a moverse a poco más de un año para las urnas municipales y regionales. Si todo va según el calendario previsto, las primarias para elegir el rostro que se enfrentará a Isabel Díaz Ayuso en mayo de 2023 serán antes del verano. Esa es la idea que transmiten fuentes de la ejecutiva regional del partido, que ven a Juan Lobato, el actual portavoz en la Asamblea tras la marcha de Ángel Gabilondo, como principal candidato. En la capital, sin embargo, la situación es muy distinta. Las fuentes locales consultadas sitúan la batalla por la candidatura a la alcaldía en tres mujeres: Mercedes González, actual delegada del Gobierno de Madrid; Mar Espinar, portavoz del partido en el Ayuntamiento, y Enma López, edil de Economía y Hacienda en el Consistorio. Las mismas fuentes apuntan a que, en este caso, las primarias serían a finales de este año o primeros del que viene. El calendario municipal de la actual cuarta fuerza de la capital comienza ya a teñirse de rojo. Todas las agrupaciones comienzan a tomar posiciones. Los militantes tendrán de nuevo la llave. Ferraz y el conocido aparato del partido―los fontaneros socialistas y cargos intermedios― elegirán definitivamente la fecha. Y, ya después, los socialistas madrileños votarán por la figura que ocupará el número uno.

Para elaborar esta crónica, la mayoría de concejales, asesores y voces del partido en Madrid consultados han pedido anonimato. Unos han pedido silencio. Otros han hablado, pero con la condición de que su nombre no aparezca. Hay unas futuras listas en juego. Las sillas se mueven. Cualquier posicionamiento político hacia una u otra hipotética candidata, con la firma de su nombre y apellidos, puede suponer un tachón en la papeleta de 2023. La política interna de los partidos comienza a jugarse siempre a un año de las elecciones. El PSOE llega a las del año que viene muy tocado. “Nos la jugamos. Nos estamos jugando ser un partido ya irrelevante como Izquierda Unida”, alerta una de las voces socialistas en el Ayuntamiento.

Batacazo tras batacazo desde 2007, el PSOE no halla una vía que seduzca a los madrileños. Aquel año, el por entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sorprendió a la militancia socialista de la capital con Miguel Sebastián, un auténtico desconocido para el público. Un dedazo de Zapatero que resultó siendo un fracaso. Sebastián era el asesor económico de La Moncloa. “Es el mejor candidato”, dijo en la presentación Zapatero, “para traer lo que la ciudad necesita: orden, calidad de vida y cercanía con los ciudadanos”. El PSOE cosechó 18 concejales y 487.893 votos. El PP, con Alberto Ruiz Gallardón, 877.544 papeletas y 34 ediles. Una aplastante mayoría absoluta.

Cuatro años después, en 2011, Zapatero escogió a Jaime Lissavetzky. “Vamos a ir con los mejores”, dijo Zapatero, “y entre los mejores está Lissavezky”. Los socialistas alcanzaron 15 ediles y 364.600 votos; 123.293 menos que con Sebastián. En 2014, el tertuliano más mediático entre los socialistas comenzó una campaña por su cuenta que terminó en los carteles electorales de las farolas de la Castellana. Antonio Miguel Carmona aparecía siempre en todas las tertulias televisivas, que estaban en plena efervescencia, cosechando el visto bueno de las encuestas y de la militancia. Un año después, fue el elegido. Cosechó 249.152 votos y nueve concejales; 238.741 votos y seis ediles menos que Lissavetzky. El PSOE continuaba en caída libre.

El 31 de enero de 2019, Pedro Sánchez sorprendió otra vez a todos nombrando a Pepu Hernández como candidato al Ayuntamiento. El resultado para el exentrenador de baloncesto fue desastroso. Ocho ediles y 223.582 votos, la cuarta fuerza del Ayuntamiento. Los números son claros. El PSOE ha perdido 264.311 votos desde 2007. O dicho de otra manera: más del 54% de sus votantes. En los comicios del año que viene, todas las voces consultadas dicen que el PSOE se juega su futuro en Madrid, donde no gobiernan desde 1989, 33 años. En las listas de 2023, todas las voces apuntan a Mercedes González, la actual delegada del Gobierno, como la principal candidata. González fue nombrada en noviembre del pasado año secretaria general del partido en la capital, una figura inexistente hasta la fecha. “Nunca había existido y era muy necesario este cargo”, cuenta otro concejal socialista. El entorno de González asegura que no tomará la decisión final hasta que no se convoquen las primarias. “Mercedes no sería un experimento”, asegura una persona de su confianza. “Ella siempre ha dicho que cuando se fue del Ayuntamiento se fue de su lugar en el mundo. No oculta que su mejor etapa política ha estado ahí”. Hace unos días convocó a los medios en Ferraz junto a Juan Lobato para criticar a Almeida. Fue una imagen vista por muchos como el ticket electoral de 2023.

González juega a favor, con el visto bueno de La Moncloa y con el espaldarazo mediático de su cargo. Es la socialista más visible en Madrid. La delegación, además, es una carrera política. La propia Cristina Cifuentes, del PP, logró la candidatura por su agenda institucional en ese cargo. González, además, mantiene una gran relación con Pedro Sánchez, con el ministro Félix Bolaños y con el secretario del Gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López. “Cuando fue elegida delegada del Gobierno fue un señalamiento, evidentemente”, apunta otro edil socialista. “Sí, la sitúa en un puesto de salida para Cibeles”.

Otra de las mujeres que suena con mucha fuerza es Mar Espinar. Espinar es la figura política del Ayuntamiento, la voz que se enfrenta al alcalde José Luis Martínez-Almeida durante los plenos y a diario. En cinco meses, tras la marcha de Pepu Hernández como portavoz en septiembre del pasado año, ha colocado al PSOE de nuevo en los altavoces mediáticos. “Todos necesitábamos que Pepu diera un paso al lado”, cuenta un concejal socialista. “Con Espinar tenemos mucha más agenda y mucha más actividad. El PSOE tiene sus tiempos, pero no es bueno dilatar las cosas eternamente”. Otro añade: “Espinar intenta estar en todo lo que pasa y choca con la ausencia de los dos años anteriores”. Espinar, sin embargo, nunca ha dicho que quiera ser candidata. Sus declaraciones siempre han sido: primero reunificar al partido en la capital y, después, tomar impulso para las elecciones de 2023.

La tercera mujer que suena con fuerza, pero que tampoco se ha posicionado en estos términos, es Enma López: la voz socialista de Economía y Hacienda en el Ayuntamiento. López, durante los dos años de Pepu Hernández, ha logrado hacerse un hueco en las redes sociales con sus discursos, muy compartidos y elaborados por ella misma. Cuenta con 9.315 seguidores, más que González (5.982) y Espinar (6.857). Sus vídeos suelen ser muy virales. Algunos, de más de diez minutos de duración, acumulan decenas de miles de visualizaciones. Ha logrado hacerse un hueco con un espacio propio. Sin embargo, no cuenta con un gran respaldo dentro del aparato en Madrid. Apostó por otro candidato en las últimas primarias, que resultó derrotado. ¿Quién será la candidata?, ¿cómo se ve desde dentro del partido en la capital? “Entre nosotros existe un temor por una lucha de egos”, cuenta una voz autorizada. “Ahora mismo existen tiranteces, pero no se verbalizan”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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