El Gobierno de Díaz Ayuso hace el vacío al debate de los Presupuestos

Los 23.000 millones de euros que recogen los primeros Presupuestos de la Comunidad desde 2019 no son razón suficiente para movilizar al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Ni uno solo de sus consejeros está presente en grandes tramos de la primera jornada del debate de las cuentas publicas en la Asamblea. Difícilmente coinciden más de tres de los nueve que componen el Ejecutivo. Nunca aparece la presidenta. Y con la votación del proyecto programada para este miércoles, la fotografía de los escaños vacíos, solitario el cuero rojo de las sillas de sus señorías, colorea lo que ha ocurrido durante la tramitación de los presupuestos: el PP y Vox pactaron que no apoyarían ninguna enmienda de la izquierda sin siquiera leerlas ni conocer su contenido, y, en consecuencia, sus principales representantes se saltan su debate en la Cámara. Como si les sobrara, no acuden. La izquierda predica en el desierto.

“Espero que lo de hoy del Gobierno de Madrid solo sea desidia y no fruto de algún contagio”, lamenta Héctor Tejero, de Más Madrid, cuando interviene sin que le escuche ni un solo componente del Gobierno. “No hay nadie al volante, eso está claro”.

“Saludar a la señora Ayuso y a la señora Rivera de la Cruz [consejera de Cultura, el bloque debatido en ese momento], que no sabemos si están [aquí presentes] en proyección astral”, le continúa luego Santiago Rivero, del PSOE, ante los mismos escaños vacíos del Ejecutivo regional.

“Lamento que la señora Ayuso no esté aquí”, se suma a la queja Carolina Alonso, de Podemos. “Los presupuestos están hechos a su imagen y semejanza”, continúa. “Son unos presupuestos cargados de opacidad, recortes en derechos sociales, y con un recorte en derechos civiles sobrevolando este hemiciclo”, remata, en referencia a la posible modificación de las leyes LGTBI que negocian el PP y Vox.

Peor. Cuando arranca el debate, sube al estrado Jacinto Morano (Podemos) y se encuentra con que Rocío Monasterio no se ha sentado en su escaño. La portavoz de Vox, único socio del PP, está de espaldas al interviniente, departiendo alegremente con otro diputado. Para cuando empieza a escuchar alusiones a su grupo (”La aprobación de estas enmiendas daría a Vox herramientas para controlar la ejecución presupuestaria. Les estamos dando la posibilidad de vigilar que el acuerdo [de Vox y el PP] se cumpla”, dice Morano), Monasterio se medio vuelve y le dedica varios gestos displicentes al diputado. En plan: “No molestes, chato”.

—”Si es que a usted le da igual que el acuerdo [entre PP y Vox] se cumpla”, le contesta Morano, asombrado por lo que está pasando. De hecho, para acelerar el debate, y cerrar la jornada cuanto antes mejor, los portavoces del PP en cada sección renuncian a intervenir, se remiten a los argumentos dados en días previos en las respectivas comisiones, y dejan en manos de Vox la defensa de los Presupuestos. Solo aprovechan el turno de réplica, por aquello de que tampoco la oposición lo monopolice todo. Lo nunca visto.

“No creemos en la reiteración”, defiende, por ejemplo, la popular Yolanda Estrada, entre los aplausos de la bancada de su partido, cuando se remite a su intervención en comisión.

Aunque la agenda oficial de Díaz Ayuso anunciaba su presencia a las 10.00 en el pleno, la presidenta regional no aparece por la Cámara (sí lo hará este miércoles), dedica los momentos previos al debate a una extensa entrevista en Es Radio, y luego mantiene reuniones de trabajo, según explica su equipo. En la Cámara se ve principalmente a Javier Fernández-Lasquetty, el consejero de Economía y de Hacienda. Da igual que solo otros tres consejeros (David Pérez, Marta Rivera de la Cruz y Paloma Martín) tengan agenda oficial fuera del Parlamento. El resto no acuden al conjunto del debate. Al contrario, los consejeros de Díaz Ayuso van entrando y saliendo del pleno según se debaten materias de su competencia. Este diario ha pedido, sin obtenerla, una explicación de esas ausencias.

Tras gobernar dos años (2020 y 2021) con los Presupuestos prorrogados de 2019, la aprobación de las nuevas cuentas es objetivamente un hito para Díaz Ayuso. Sin embargo, la presidenta no protagonizó la presentación del proyecto, ni tampoco el anuncio del acuerdo para aprobarlo con Vox, ni tampoco este martes la primera jornada de su debate en el Parlamento. Una ristra de decisiones que ha marcado la actitud del resto del Gobierno, que ha preferido en estas semanas mantener un perfil bajo con respecto a unas cuentas que prevén récord de ingresos y de gastos.

Con el Ejecutivo volcado en la gestión de la sexta ola de la pandemia, en la guerra interna por controlar el PP de Madrid, y en el afán por monopolizar la agenda política diaria con vistas a las elecciones de 2023, los trámites parlamentarios quedan para los segundos espadas del PP. Ya ocurrió en julio con otro debate al que el Gobierno no le concedió la importancia que le daba la oposición. Entonces, el Ejecutivo al completo se marchó de la Cámara mientras se debatía si se reabría (o no) la comisión de investigación sobre lo ocurrido en las residencias regionales durante la primera ola de la pandemia, cuando murieron 5.000 ancianos. Aquel día, como este miércoles, el PP ya sabía que ganaría la votación gracias a Vox. Dos ausencias que reflejan, de alguna manera, la misma cosa: conocido el resultado, el debate previo, y escuchar al otro, no interesa.

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