Más Madrid impugna la reforma de Clesa
La formación pide anular el concurso de rehabilitación porque el jurado escogió al proyecto “menos respetuoso” con la central lechera original y demanda un equipamiento de gestión pública
La arquitectura entra en el pleno municipal. El hecho insólito se debe a que este próximo martes Más Madrid presentará una propuesta con la cual pretende dejar sin efecto el fallo sobre la rehabilitación de la fábrica Clesa, en desuso de una década a esta parte. El Ayuntamiento de la capital inscribió este antiguo centro industrial —firmado en los sesenta por el arquitecto Alejandro de la Sota— al concurso internacional Reinventing Cities, que ahora impugna la formación de Rita Maestre, por considerar que el proyecto ganador es el “menos respetuoso” con la obra original de cuantos llegaron a la final.
Así lo manifestaron también durante su deliberación los únicos dos expertos en patrimonio del comité de selección, compuesto por 13 vocales, cinco de ellos técnicos municipales, como ya adelantó en septiembre este diario. Según aparece en sus bases, la convocatoria carece de un carácter vinculante, por lo que el Ayuntamiento no queda contractualmente atado a ceder la parcela al ganador —un tándem formado por el actual propietario, Metrovacesa, y una firma neerlandesa de innovación médica llamada Kadans Science— ni a compensarle en caso de que la negociación encallase.
Tampoco la iniciativa de Más Madrid, cuya votación tendrá lugar en el pleno municipal de mañana, obliga a ninguna de las partes, aunque si prospera dejará una nueva mácula en este largo proceso que desde el principio suscitó opiniones encontradas. Reinventing Cities es un concurso de reciclaje de áreas en desuso, deudor del empuje global por frenar el cambio climático, pero en sus principios no figura el enfoque patrimonial. Prueba de ello es la clara minoría de arquitectos en el jurado, solo cuatro de 13 y ninguno respaldó el proyecto ganador, ideado por Rubio Arquitectura.
Sí lo hicieron los cinco técnicos municipales, entre los que se encontraba la presidenta del comité —según reflejan las actas a las que tuvo acceso este diario— y un representante de ASPRIMA (Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid). En Más Madrid califican el movimiento como “un pelotazo urbanístico” de Metrovacesa. Y es que la firma se benefició de una modificación del Plan General aprobada provisionalmente en julio de 2018, que permitía desarrollar edificabilidad terciaria en lo que hasta entonces había sido una parcela industrial.
A cambio, el Ayuntamiento obtenía la fábrica como una dotación pública y esta se incluía en su catálogo de edificios protegidos de manera parcial. Con el fallo de Reinventing Cities, sin embargo, Clesa vuelve a manos de Metrovacesa, que además está levantando en el resto de la parcela una gran ciudad sanitaria con laboratorios, viviendas y espacios de congresos que darán servicio a los dos hospitales colindantes. La razones hay que encontrarlas en el cambio de legislatura: el equipo de Almeida culminó en diciembre de 2019 la modificación de Plan General, pero eliminó la calificación cultural de la central lechera, donde el Consistorio de Manuela Carmena había previsto inaugurar un Matadero del Norte.
Este cambio de uso quedó recogido en las bases de Reinventing Cities: el concurso iba a convertir Clesa en un gran centro de innovación científica, una concesión por 75 años que armonizará con la ciudad sanitaria que ya empieza a construir Metrovacesa en sus alrededores. La portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, resume a este diario la posición que defenderá su partido en el pleno: “Nos oponemos rotundamente a regalar un edificio tan importante como el de Clesa a una empresa, su antigua propietaria, tras haber llegado a un acuerdo con esta para que volviera a ser público, resulta incomprensible por completo”.
“En el anterior Ejecutivo aprobamos la modificación del Plan General para obtener la fábrica, rehabilitarla, cuidarla y darle un uso público”, prosigue Maestre. “El Ayuntamiento del Partido Popular, a la primera de cambio, busca un mecanismo para devolverla a poner en manos privadas. Este giro extraño tiene como grandes perjudicados a los vecinos y vecinas del barrio. Vamos a pedir que se retire esta concesión, que además no garantiza la protección idónea de un edificio tan importante”, apostilla. Metrovacesa se desprendió de la central lechera a costa de un aumento en la edificabilidad del terreno. La cesión del edificio tendría que haberse realizado con anterioridad a su inscripción en Reinventing Cities, señalan desde Más Madrid, pero a día de hoy sigue en proceso. La titularidad de Clesa recae todavía en la firma inmobiliaria.
La Fundación Alejandro de la Sota, que divulga la obra del maestro pontevedrés, ha mostrado en diversas ocasiones su preocupación por que el proyecto de Carlos Rubio acabe materializándose. “Ni defiende ni protege ni revaloriza el potente mensaje que tiene el edificio, reconocido internacionalmente y objeto de tesis doctorales”, considera Alejandro de la Sota Rius, patrono de la institución. Algo que comparten otros primeros espadas de la profesión, como el director de la Escuela de Arquitectura de Toledo Juan Mera o el renombrado historiador británico William Curtis. Ante el incremento de críticas, el Ayuntamiento ha solicitado una mediación al Colegio de Arquitectos de Madrid, que aceptó una reunión a tres todavía sin celebrar.
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