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Dúa de Pel, música folk al ritmo de percusión étnica

El segundo disco de la dupla, ‘Madera de Pájaro’, incluye canciones protesta inspiradas en la música tradicional de países como Cuba y Bielorrusia

Sonia Megías y Eva Guillamón, integrantes del grupo de música folclórica 'Dúa de Pel', junto a su banda en la sala Duncan en Lavapiés.
Sonia Megías y Eva Guillamón, integrantes del grupo de música folclórica 'Dúa de Pel', junto a su banda en la sala Duncan en Lavapiés.Víctor Sainz
Patricia Segura

Una marimba y un contrabajo arman las partituras de las canciones reivindicativas de Dúa de Pel, que lanza su segundo disco Madera de Pájaro, un proyecto de música folk al ritmo de percusión étnica. Eva Guillamón escribe la lírica de las canciones y Sonia Megías compone las melodías. Sus delicadas voces se entremezclan con una calidez envidiable en las 13 canciones de su nueva producción musical.

Las albaceteñas se conocieron en Madrid hace 11 años a través de una fisioterapeuta que las presentó. Ahora, viven juntas en Alicante, cerca del mar. “Nos mudamos antes de que empezara la pandemia. Fue como una premonición”, cuenta Guillamón. La pareja tenía ganas de afincarse en un sitio tranquilo para poder desconectar, aunque vienen a menudo a la capital para trabajar.

La dupla elaboró su segundo disco durante el confinamiento: “Todos los procesos requieren un punto de aislamiento del exterior. Crear es un encierro siempre”, explica la escritora. Con la intención de saciar la sed de descubrir nuevos horizontes, surge Madera de Pájaro. Su segundo trabajo discográfico representa un viaje por el mundo.

Entre palmas, Guillamón recita a capella el primer verso: “Suena la pandereta, suena el pandero”. Su compañera la acompaña con gritos indígenas típicos del folclore al son de un cencerro durante un ensayo con la banda en la sala Duncan, en el barrio de Lavapiés. “Márcate un ritmo cubano”, indica sonriente Megías al percusionista David Mayoral. Con una salsa, titulada Movimiento, se trasladan a Cuba. La cantante se mueve al ritmo de la percusión étnica, que juega un papel protagonista en su reinterpretación del folclore.

Cruzan el Atlántico con la canción La Aldea para llegar a Bielorrusia. La melodía, más lenta que la anterior, recuerda a una nana. Guillamón canta con los ojos cerrados y gesticula tímidamente al ritmo a tres que dirige la marimba. La polifonía de sus voces crea una armonía íntima y emotiva, uno de los sellos más característicos de Dúa de Pel.

La pareja viajó a Lanzarote para dar voz a la asociación de camareras de piso, conocidas como Las Kellys. De los testimonios de las mujeres y la investigación nace Orgullo Kelly, que reivindica las condiciones laborales de las trabajadoras. “La limpieza de un hotel es un trabajo demoledor que te rompe el cuerpo, igual que te lo puede romper una mina”, cuenta Guillamón. “Son unas mujeres muy luchadoras”, comenta con admiración su compañera. La canción es un calipso, género originario de la República de Trinidad y Tobago en el Caribe. La dramaturga recuerda a Emma Goldman, la célebre anarquista de origen lituano conocida por sus escritos feministas: “Si no se puede bailar, esta no es mi revolución”. Y mueve sus pies al ritmo de la percusión que suena en la sala de ensayo.

La carga social de sus letras es evidente. A través de la lírica de canciones “protesta”, se reivindican derechos ambientados en el folclore de varias partes del mundo. Las dos primeras canciones de su nuevo disco hablan de las migraciones y los exiliados. El chotis Cárcel de ventas denuncia la situación de las mujeres en la prisión femenina de Madrid, una de las más pobladas de la historia de España. Duelo Congelado representa un réquiem para los desaparecidos del Salvador y Aria de Gea se inspira en un área ecofeminista. Además, cuenta con varios encargos de diferentes instituciones como el Museo Nacional Thyssen o la compañía valenciana Art al Quadrat.

Diálogo con el público

El discurso poético de sus textos abre un nuevo diálogo con el público que va más allá del lenguaje. Sus composiciones chamánicas y viscerales establecen una conexión con la tierra. “La intelectualidad europea ha dejado de lado los rituales”, explica la compositora. La espiritualidad de sus creaciones guarda similitudes con la cultura asiática y latinoamericana. Ambas recuerdan con emoción sus cinco viajes a China durante sus giras internacionales. Las dos coinciden en que les apasiona viajar. “Cuando actúas en un sitio en el que el idioma no es el castellano, hay otro nivel de significación”, comenta la escritora.

En su primer disco homónimo, las artistas se inspiraron en el folclore español. Utilizaban instrumentos de cuerda y sonidos del mortero, el pandero cuadrado y la pandereta. Megías cantaba en un grupo de folclore en su pueblo. La albaceteña estudió la carrera de música en el conservatorio y se trasladó a Nueva York para hacer el máster de composición musical. La compositora de sinfónica se unió con Guillamón en 2014 para formar Dúa de Pel. Guillamón canta desde los 14 años. Posteriormente, se formó como dramaturga, directora de escena y actriz en Madrid, París y Buenos Aires.

Dúa de Pel presentó el viernes Madera de Pájaro en el Auditorio Nacional, acompañadas por el Coro de Jóvenes de Madrid y la pianista Rosa Torres-Pardo, ganadora del Premio Nacional de Música en 2017.

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