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La nueva presidenta de la Asamblea de Madrid: “Me felicito de no tener aquí al señor Iglesias”

Eugenia Carballedo (PP) se marca como prioridad acabar con la crispación en el hemiciclo

Eugenia Carballedo, presidenta de la Asamblea de Madrid, junto a su mesa en el hemiciclo.
Eugenia Carballedo, presidenta de la Asamblea de Madrid, junto a su mesa en el hemiciclo.Kike Para
Juan José Mateo

Eugenia Carballedo (49 años, Madrid) preside la Asamblea de Madrid desde el martes. La ya exconsejera de Presidencia, cercana a Isabel Díaz Ayuso, aspira a embridar la Cámara tras dos legislaturas en las que la oposición aprovechó la minoría parlamentaria del PP para desgastarle en el Parlamento con hasta cinco comisiones de investigación sobre la gestión de sus gobiernos. Reclama a los diputados que abandonen la crispación, aunque ella también se emplea con rotundidad de acero.

Pregunta. Ángel Gabilondo (PSOE) y Pablo Iglesias (Podemos) han renunciado a su acta. ¿Qué se pierde con su ausencia en la Asamblea?

Respuesta. De Gabilondo, las buenas formas y el sentido de Estado. Iglesias, afortunadamente para mí, como presidenta, ha decidido darle la espalda a la institución y ni siquiera dignarse a venir, como sí hizo Iñigo Errejón [la pasada legislatura, con Más Madrid]. Errejón vino a la sesión constitutiva, y se fue huyendo, e Iglesias ha dejado la política. Yo respeto las decisiones de cada uno, pero he estado viendo en el Congreso de los diputados algunos rifirrafes que no me gustaría tener aquí. Y como algunos los ha protagonizado esta persona por la que me pregunta, me felicito de no tener aquí al señor Iglesias.

Todas aquellas mareas blancas [por la sanidad pública], verdes [por la educación pública], que había en la calle… todo ese seguimiento, agresividad, que había contra la presidenta Cifuentes… trajo episodios muy duros y broncos en esta Casa

P. Juan Trinidad, su predecesor, de Cs, lamentó varias veces durante la pasada legislatura que hubiera tantas broncas en la Cámara. Usted pidió cortesía y decoro en su primera intervención. ¿Le preocupa el ambiente?

R. Recuerdo la legislatura pasada algunos hechos, acontecimientos, expresiones, corporales o verbales, que produjeron malestar no solamente en el presidente, sino también en otros miembros del pleno. Como dejé el escaño en el Congreso en 2011, no solo he vivido estos dos años de legislatura en la Asamblea de Madrid, sino del 2011 para acá. Y realmente ha habido legislaturas en las que ha habido episodios bochornosos. Todas aquellas mareas blancas [por la sanidad pública], verdes [por la educación pública], que había en la calle… todo ese seguimiento, agresividad, que había contra la presidenta Cifuentes… trajo episodios muy duros y broncos en esta Casa. No creo que estos dos años últimos el presidente Trinidad haya tenido momentos más graves en cuanto a comportamiento, falta de cortesía y de educación por parte de los diputados, que otros momentos que hemos vivido en las dos anteriores legislaturas. Sinceramente.

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P. ¿A qué se refiere?

R. Hay personas que han imputado delitos a miembros del pleno. Delitos de todo tipo y condición. Algunos relacionados con la corrupción, y otros con otros aspectos del Código Penal.

P. Mónica García, portavoz de Más Madrid, y líder de la oposición, estaba en la marea blanca, luchando contra las privatizaciones sanitarias. ¿Quiere decir usted que la entrada de esos partidos en los Parlamentos, a partir de 2015, ha dificultado la convivencia en la Asamblea?

R. Insisto. Desde la legislatura en la que yo aterrizo aquí, dejo un Congreso de los Diputados intenso, pero no con el nivel que yo encontré aquí, de hasta culpabilizar a otro de delitos muy graves en la Cámara. Acusaban dentro del hemiciclo porque si lo hacían fuera hubieran tenido un problema penal importante. La cobardía llegaba a hacer estas afirmaciones tan graves dentro del hemiciclo en el que se tenía inmunidad parlamentaria. Esto ha ocurrido.

La presidenta de la Asamblea, en el patio de la Cámara regional, durante la entrevista.
La presidenta de la Asamblea, en el patio de la Cámara regional, durante la entrevista. Kike Para

P. ¿Porqué señala a las mareas?

R. Es una realidad. Fue una legislatura en la que había todas estas manifestaciones, concentraciones y protestas en espacios públicos, las sábanas en los hospitales… y había diputados que también pretendían dentro del hemiciclo traer todo esto, que adorna la protesta, especialmente de la izquierda radical. Intentaron trasladarlo dentro del hemiciclo. Esto es inaceptable.

P. Al presidente de un Parlamento se le presupone neutralidad, porque representa a todos los diputados, y con ellos al conjunto de los ciudadanos. ¿Es eso compatible con calificar a otros partidos como radicales?

R. Es que yo estoy convencida de que hay izquierda radical que ejerce un feminismo radical. Lo creo. Puedo mentir y decir que no lo creo. Pero lo creo. Lo he dicho cuando era consejera, y ahora mismo no puedo pensar distinto. Pero estoy convencida de que los diputados, incluida la portavoz de Más Madrid, Mónica García, van a ser aliados, porque todos estamos convencidos de que esa participación en las urnas tan numerosa de los madrileños lo que está traduciendo es una preocupación por el devenir de la Autonomía y una confianza en las instituciones democráticas. Y si los madrileños lo han visto así, los que tenemos la fortuna de representarles vamos a también a respetar las instituciones democráticas, estemos en el grupo parlamentario en el que estemos.

La izquierda radical y el feminismo radical existen. Son una forma de estar en política y de entender el mundo. No es ninguna novedad

P. ¿Quién representa a esa izquierda radical en el hemiciclo y qué es lo que hace radical el feminismo que defiende?

R. La izquierda radical y el feminismo radical existen. Son una forma de estar en política y de entender el mundo. No es ninguna novedad.

P. ¿Pero por qué componentes los considera usted radicales?

R. Una izquierda radical es aquella que no cree en las instituciones, y las entorpece, y las utiliza de palanca para llegar a unos objetivos que encajan mal en lo que es el Estado de derecho.

La Asamblea de Madrid, el pasado 8 de junio, durante la sesión de constitución.
La Asamblea de Madrid, el pasado 8 de junio, durante la sesión de constitución. Andrea Comas

P. ¿Pero en esta Asamblea quién pretende hacer eso?

R. Vamos a ver cómo se comportan en esta legislatura. Hemos echado a andar. Yo cuento con todos para hacer de esta institución algo de lo que nos sintamos orgullosos. Vamos a ver qué comportamiento tenemos todos. Insisto en que creo que todos vamos a ayudarnos para que tengamos un trabajo que sea un activo democrático.

P. En la constitución de la Cámara, interrumpió a la nueva vicepresidenta, Esther Rodríguez, de Más Madrid, cuando quiso prometer el cargo “por un Madrid verde y feminista”. Las redes sociales se llenaron de bromas a costa de la diputada, en algunos casos con el impulso de cargos del PP, su partido. ¿Le parece adecuado?

R. No voy a entrar a valorar lo que se dice y cómo se dice en las redes sociales. Es un mundo en el que no hay barreras, en el que se verbaliza quizá de un modo más pasional o vivo que en otros medios de comunicación.

P. ¿Pero la interrupción fue una casualidad? ¿O fue una forma de sentar un precedente que ejemplifique cómo quiere que se comporten los diputados?

R. La vicepresidenta había acatado [la Constitución y el Estatuto de autonomía] con el sí. Todo lo demás que contara, evidentemente, no es razonable que lo hiciera. Y yo lo había dicho [en su discurso]. Pasó algo más ese día, muy importante. grupos parlamentarios que la legislatura pasada habían tenido roces de desprecio muy evidente, físico, incluso, el 8 de junio se aplaudieron los unos a los otros. Esto es relevante. Creo que vamos a ser todos capaces de trabajar guardando la dignidad y el respeto que le debemos a la Cámara.

Tendremos que ponernos como prioridad absoluta el entendimiento, como una exigencia moral

P. ¿A qué atribuye el cambio?

R. Todavía convivimos con la mascarilla, nos estamos vacunando, y nunca tantas personas en la Comunidad de Madrid habían salido a depositar su voto. Esto es relevante. Si [los ciudadanos] confían en esta institución de ese modo, nosotros tendremos que ponernos como prioridad absoluta el entendimiento, como una exigencia moral.

Los diputados del PP aplauden a Eugenia Carballedo, tras ser nombrada presidenta el pasado 8 de junio.
Los diputados del PP aplauden a Eugenia Carballedo, tras ser nombrada presidenta el pasado 8 de junio. Andrea Comas

P. ¿Qué nota le pondría como presidente a su predecesor, que admitió a trámite las mociones de censura con las que la oposición intentó detener el adelanto electoral, y después acudió a los tribunales con ese fin?

R. Respeto las decisiones que tomaron los presidentes anteriores. Entonces yo era consejera de Presidencia, y sabíamos que cuando la presidenta decide disolver la Asamblea y convocar elecciones, obviamente estaba todo dentro del marco que marca el Estado de derecho. Personalmente, me sorprendí. Era una batalla fracasada de inicio. Pero no pongo nota.

No distingo liderazgo masculino o liderazgo femenino. A mí, obviamente, no me han elegido por mi condición de género

P. Es un momento de liderazgos femeninos. Usted, Díaz Ayuso, cuatro de cinco portavoces…

R. No distingo liderazgo masculino o liderazgo femenino. A mí, obviamente, no me han elegido por mi condición de género.

P. ¿No cambia nada que haya mayoría de hombres o mujeres en los puestos de poder en la Cámara?

R. Nosotros tenemos una mujer portavoz parlamentaria desde 2003. A Esperanza [Aguirre] no la eligió nadie por ser mujer. Había sido presidenta del Senado, ministra… he convivido con una jefa desde que yo he llegado aquí, en 2011. Lo vivimos con absoluta naturalidad. Que otros grupos parlamentarios, ahora, en 2021, se hayan decidido a proponer a mujeres… ellos lo podrán explicar. Veremos si son buenas, mejores o peores portavoces viendo la calidad de su trabajo, no si tienen una voz femenina o masculina.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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