Los retratos de las vidas ‘afro’ en Madrid

El documental “A todos nos gusta el platano” supone el final de un ciclo personal del director Rubén H. Bermúdez (39 años), que comenzó en 2014 cuando se planteó la idea del libro ¿Y tú por qué eres negro? a raíz de una pregunta que le hizo otra persona negra cuando le dijo que era español. Sin embargo, el filme se enmarca dentro del debate racial que se ha abierto desde hace unos años y que en el último años ha tomado una fuerza sin precedentes en todo el mundo occidental. “Cuando empezaba el proyecto del libro la gente me miraba como loco y me decía ‘¿Qué? Si en España no hay racismo’. Ahora la conversación empieza a darse más abiertamente y la comunidad afro de España también comienza a participar con más fuerza”, comenta Bermúdez.

La película fue un experimento. El fotógrafo de Móstoles quería hacer una película, pero no sabía ni por dónde empezar. Así que preguntó a sus amigos y conocidos de la comunidad afro madrileña, de la que él es una cara conocida, qué les gustaría ver, y en especial, qué no. “No queremos ver otra peli de resistencia, otra peli de racismo, otra peli en la que los cuerpos negros sufren, sufren y sufren”, cuenta que le contestaron. El resultado fue A todos nos gusta el plátano, un documental íntimo grabado a siete manos que retrata la cotidianeidad de la experiencia afro en España. Bermúdez no tenía grandes expectativas para la película, estaba feliz con presentarla por primera vez al público general en la Cineteca, en el marco del festival Documenta Madrid. A los dos días se llevó el premio a mejor película nacional.

Autorretrato de un negro español

Durante la hora que dura el documental pasan los rostros —y más importantemente las miradas, pues ellos son quienes se graban a sí mismos— de Ebebe Miranda, Oumoukala Sow, Ken Province, Chumo Mata, Agnes Essonti , Nadia y Hannah: siete negros que viven en España. “No pretende reivindicar nada en sí misma: solo somos gente negra que queríamos hacer una peli sobre gente negra, ya está”, deja claro Bermúdez. Sin embargo, por más que el director niegue la intención, el solo hecho de ahondar en el día a día de la población negra es una reivindicación, como mínimo, de una forma de ver el mundo y de estar en él. La manera de vivir dentro de las casas es igual a la de cualquier familia blanca en España. Es en la calle cuando aparece el ra

Bermúdez ya era conocido por un libro fotográfico reciente titulado ¿Y tú por qué eres negro?. En él el fotógrafo, y ahora director, se mete de frente en el racismo latente en la sociedad española, a partir de su experiencia propia como un negro nacido y criado en España. “Fue un proceso un poco tortuoso y al límite mentalmente. En cambio, intenté tomarme este proyecto como algo que fuese relajante y disfrutar el viaje, con la incertidumbre como aliada y sin objetivo concreto. Eso hizo que todo fuese más sencillo. No hay un objetivo claro, todo ha surgido de manera natural”, cuenta.

Las escenas que conforman el documental son dispares, aparentemente aleatorias. Los personajes pasean, ven la televisión, comen, dibujan y hablan, algunas veces entre sí, con otros o solos. No hay un mensaje explícito, pero no hay que buscar demasiado tampoco para encontrar las preguntas que ofrece a partir de las intimidades que muestra.

El proyecto germinó cuando, en una visita de Bermúdez al Centro de Arte Dos de Mayo, vio la obra de videoarte de Arthur Jafa, Love is the message, the message is Death, y quedó inspirado. “Yo podría imitar esto”, pensó. La película de Jafa, de siete minutos, intercala fotografías y secuencias de líderes afroamericanos a imágenes de los disturbios de Los Ángeles en los años noventa para mostrar la identidad afroamericana contemporánea.

Tras esa experiencia, y con la seguridad de que se quería aventurar en un proyecto audiovisual, Bermúdez pidió una beca en el centro de residencias artísticas de Matadero y se la concedieron. Tenía un año para desarrollar el proyecto y se lo tomó con calma. Las cosas surgieron de manera orgánica. Mientras trabajaba, lo venían a visitar amigos y conocidos, él les contaba sus ideas de retratar el día a día de un negro, ellos agregaban las suyas. Se grababa poco, se hablaba mucho.

A la primera proyección llevó un material casi en bruto y sin nombre. Al final, pidió propuestas del público. “Se tiene que llamar A todos nos gusta el plátano”, dijo una chica. A él le gustó. “Hace referencia a la idea de que todas las comunidades afro del mundo comen plátano frito”, aclara Bermúdez. La película va por ahí también, intenta mostrar los matices de una realidad compartida e intangible.

Por ahora, sin embargo, con un hijo nacido recientemente y la felicidad del premio todavía sin asimilar, Bermúdez se retrae a sus propios retos cotidianos. La película se podrá ver en PhotoEspaña como parte de la exposición colectiva Contra la raza, pero no hay más fechas. “Tal vez en otoño hacemos un pase, me comentan”, añade sin certeza el director. Por ahora no hay ambición ni necesidad de exprimir esta plataforma nueva que se ha encontrado un poco sin querer.

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