_
_
_
_
Bocata de calamares
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La ultraderecha contra la mujer

Vox, negacionista de la violencia de género, señala y otros ejecutan, ya se trate de menas o de murales feministas

El mural feminista de Ciudad Lineal que amaneció este 8M, Día Internacional de las Mujeres, vandalizado.
El mural feminista de Ciudad Lineal que amaneció este 8M, Día Internacional de las Mujeres, vandalizado.Víctor Sainz
Sergio C. Fanjul

Se dice que la ultraderecha no existe, que Vox es otra cosa. El otro día escenificaron muy bien su ultraderechismo, tanto en la forma como en el fondo: todos los grupos políticos del Ayuntamiento se concentraron detrás de una pancarta contra la violencia de género, con motivo del enésimo asesinato, y el draculino Ortega Smith se colocó a la extrema derecha de la foto, bien lejos de la pancarta y aislado del resto. Ultraderechismo es colocarse en la extrema derecha geográfica por ser negacionista de la violencia machista. Casi poesía.

En el Congreso de los Diputados varios partidos le recitaron a Vox el nombre de las 1.081 mujeres asesinadas por sus parejas desde 2003, evidenciando el carácter de género de estos crímenes. A ver si así. Es decir: que las mataron porque eran mujeres, las mataron porque “eran suyas”. Pero a los autodenominados “fachas” no les entra en la cabeza, no consiguen visualizarlo. Lo del disgusto de la ultraderecha con la lucha de las mujeres no es nuevo: en la no tan modélica Transición los Guerrilleros de Cristo Rey se dedicaban, entre otras labores, a ir a pegar a las feministas.

“Hay gente que prefiere creer que tachando las caras de unas mujeres de una pared va a acabar con su legado”.

Luego esa misma gente se ve amenazada por la imagen en un muro de Frida Kahlo, Rigoberta Menchú o Rosa Parks, mujeres que solo hicieron cosas buenas por la Humanidad. De modo que Vox aboga por borrar el mural, hasta que al final Ciudadanos se raja, por no quedar fatal. Da igual: Vox señala y otros ejecutan. A la persecución de los chavales migrantes menores de edad (los menas) se aplicaron chuscos grupos neonazis. El pasado 8 de marzo, Día de la Mujer, el mural de Ciudad Lineal apareció vandalizado, también uno de Alcalá de Henares un día antes, donde lucían los rostros de Ana María Matute, María Zambrano o Gata Cattana. Escritoras, filósofas, raperas. Me apuesto la Playstation a que los agresores no sabían ni quienes eran estas señoras. Pero eran señoras y eso basta.

Igual lo de los ultraderechistas no es cuestión de una brutal falta de empatía, sino de disonancias cognitivas. Hoy en día abundan los negacionismos, porque el ser humano está ya tan infantilizado que prefiere creer en una realidad que se ajuste a sus deseos, una realidad on demand, antes que en la realidad realmente existente.

Hay gente que prefiere creer que la Tierra es plana, hay gente que prefiere creer que el virus es un invento, hay gente que prefiere creer en un Estado Profundo de pederastas satánicos y hay gente que prefiere creer que la violencia de género no existe y que cuando apalean o asesinan a una mujer lo hacen de forma circunstancial y aleatoria, porque pasaba por allí. También hay gente que prefiere creer que tachando las caras de unas mujeres de una pared va a acabar con su legado. Más bien al contrario, pero las creencias son muy tozudas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_