Se busca candidato para el PSOE
El partido reclama una oposición más contundente contra Ayuso y el portavoz opta a ser defensor del pueblo
Las críticas internas y externas a la oposición de Ángel Gabilondo a Isabel Díaz Ayuso han azuzado el rediseño de la estrategia del PSOE en Madrid y la búsqueda de un nuevo candidato para las elecciones de 2023. La dirección socialista asume que el primer aspirante socialista en ganar las elecciones autonómicas desde 1987 no repetirá en el cartel electoral, e incluso aspira a que sea nombrado defensor del pueblo próximamente si prosperan las negociaciones abiertas entre Pedro Sánchez y Pablo Casado. El éxito del exministro Salvador Illa como candidato en Cataluña anima la búsqueda de un referente gubernamental que haga política desde ya en Madrid.
“Ángel tiene su estilo, y lo aplicará hasta el último minuto. ¿Es ese estilo el propicio contra Ayuso? No”, lamenta una fuente de la ejecutiva regional. “El momento requería otras formas de oposición, lo que no significa insultar, sino ser más incisivo en que hay una alternativa, dos modos distintos, los del PP y PSOE, y liderar así el espacio de la izquierda con contundencia. En su lugar, lo que ha habido es la paz de los cementerios”, argumenta. “Las formas de Gabilondo podrían ser válidas en otro momento, pero no frente a una señora que se apoyó en la extrema derecha para gobernar, y que se ha convertido en la que choca más con el Gobierno de España. A efectos mediáticos, Más Madrid lidera la izquierda, cuando el PSOE ganó las elecciones”.
Un interlocutor que conoce el estado de ánimo de las bases socialistas en los principales municipios de la región amplía: “La percepción, desde fuera, es que Gabilondo está estancado, y que Díaz Ayuso va para arriba, pero porque Gabilondo siempre está en el nueve y ella empezó en un cero”. “Debemos afrontar un periodo en el que alguien coja la portavocía de la Asamblea, y la ejerza con mayor agresividad”, añade. “Son varias fases: salida de Gabilondo a una institución del Estado; alguien que ya esté en la Asamblea ejerciendo de nuevo portavoz; y luego, más adelante, nuevo candidato”.
Vencedor sin apoyos para gobernar, Gabilondo se quedó en tierra de nadie tras las elecciones de 2019. No se fue, pero siguió sin capitalizar su triunfo desde la oposición, a juicio de los críticos del partido. El debate interno sobre la procedencia de presentar o no una moción de censura sin posibilidades de triunfar ha dejado heridas abiertas. Y la intensa labor parlamentaria del PSOE, impulsor de las comisiones de investigación sobre lo que ocurrió en las residencias durante la primera fase de la pandemia, o de la del caso Avalmadrid, apenas ha tenido impacto público.
En paralelo, el nombramiento como delegado del Gobierno del secretario general del PSOE madrileño, José Manuel Franco, ha limitado su capacidad para criticar a Díaz Ayuso, porque ocupa un cargo institucional.
A eso se ha unido que el grupo parlamentario se haya descapitalizado al convertirse en la mejor cantera del Gobierno de España: de él han salido la presidenta del Senado, Pilar Llop; el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes; o la secretaria de Estado de Migraciones, Hana Jalloul.
La salida de Uribes, que era el coportavoz en la Asamblea, tardó casi siete meses en ser cubierta con el nombramiento del senador José Cepeda. “Denota un problema”, afirma una fuente socialista, que lamenta tanto el tiempo perdido en el reemplazo como las chanzas que ha generado en el Gobierno de Díaz Ayuso.
— En su papel de poli bueno, el señor Gabilondo lo hace bien, le espetó a Cepeda el consejero de Justicia e Interior, Enrique López, en un pleno de enero. Usted ni siquiera sabe ser poli malo.
“¿Qué es ser más duro? ¿gritar más?”, se pregunta una fuente parlamentaria. “El problema no es Gabilondo. El problema es lo que suelta la presidenta, el nivel, y su modelo: solo vale chillar, y eso Gabilondo no lo hace”.
“En el mundo inmediático que vivimos, quizás la posición de Ángel no sea bien entendida”, abunda otra fuente.
Los dirigentes de más peso en el PSOE nacional y regional se sienten en deuda con un candidato al que reconocen haber salvado al partido en las elecciones de 2015, para luego ganar las de 2019. Los comicios de 2023, sin embargo, ya no serán los de Gabilondo. Y eso obliga a buscar alternativas a medio y largo plazo.
“Están en una nueva operación Illa”, expone otro interlocutor del PSOE sobre el intento de replicar en Madrid el éxito electoral del exministro de Sanidad en Cataluña. “El PSOE de Madrid hará su congreso entre octubre y diciembre, por lo que esa elección es mucho mejor hacerla ahora: que se elija a alguien al que los electores vean durante un año y medio antes de las elecciones”.
“Lo ideal sería traer al candidato con bastante antelación: la fórmula de buscarlo en el último mes y presentarlo no ha dado resultado en Madrid”, coincide un político con conocimiento de la estrategia nacional y regional del PSOE, y que conoce que los votantes socialistas suelen castigar la llegada de candidatos sin raíces en la región. Son los casos, por ejemplo, de Trinidad Jiménez, Miguel Sebastián o Pepu Hernández como aspirantes a la alcaldía. A eso se une que no haya ningún alcalde socialista con tirón demoscópico y mediático, como sí ocurría con Tomás Gómez en 2007, cuando llegó a la candidatura autonómica tras ser el alcalde más votado de España en municipios de más de 50.000 habitantes (en Parla).
Por eso, todas las miradas se dirigen ahora hacia cargos nacionales vinculados a Madrid, aunque recuerdan que la decisión es de Sánchez, y que luego habría primarias: la ministra de Defensa, Margarita Robles; la de Industria, Reyes Maroto; Llop, Uribes…
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.