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Pepu, frente a la maldición del paracaidista

Hernández, sin vinculación con el PSOE, aspira a ser el quinto candidato socialista a la capital en otras tantas elecciones del siglo XXI

Pepu Hernández, en una imagen de archivo.
Pepu Hernández, en una imagen de archivo. Victor Salgado

“El paracaidista de Ferraz”. Los críticos del PSOE recurren a una expresión tan vieja como la política para demostrar su oposición a que Pedro Sánchez apoye oficialmente la candidatura de Pepu Hernández a la alcaldía de Madrid. Independiente y sin pedigrí socialista, su carrera electoral empieza hoy con todos los honores. El presidente del Gobierno acude al teatro de La Latina para presentarle como aspirante. Los focos que iluminarán el acto también servirán para combatir las sombras que acompañan al proyecto. En lo que va de siglo, el PSOE nunca ha repetido candidato en la capital, ha empeorado siempre su resultado y ha visto cómo surgía una competidora temible: Manuela Carmena. “Ha habido una evidente falta de continuidad y de liderazgo que se arrastra desde hace lustros y eso ha pasado factura al proyecto”, reconocen en las direcciones federal y autonómica del PSOE. Esa es la herencia que recibirá el candidato que se imponga en las primarias, a las que también se presentan Manuel de la Rocha y Chema Dávila.

“Desde Fernando Morán, en 1999, esto ha sido un casting constante de Ferraz”, resume un político con muchos trienios trabajando en el PSOE madrileño, quejoso de que casi siempre se haya optado por rostros conocidos sin vinculación con Madrid. “Trinidad Jiménez, en 2003, no terminó el mandato [José Luis Rodríguez Zapatero le nombró secretaria de Estado para Iberoamérica en 2006]. Y Miguel Sebastián, en 2007, ni siquiera entró a recoger el acta”, repasa. “Jaime Lissavetzky es el que dio una cierta seriedad. Y se le defenestró, pese a que él quería continuar”, sigue sobre el exsecretario de Estado para el Deporte, que se quedó al frente de la oposición toda una legislatura. En su lugar se optó por Antonio Miguel Carmona, con el que el PSOE firmó en 2015 su peor resultado en la capital. En parte por las pugnas internas pero también por un programa del que aún se recuerdan con sorna las naumaquias o batallas navales en el Retiro, Desde entonces, el PSOE ha acelerado la pérdida de identidad en la institución. “Estos cuatro años, apoyando a Carmena sin entrar en su gobierno, ha estado desaparecido, sin presencia en la calle ni perfil en el Ayuntamiento”, es el sentir general en las direcciones nacional y de Madrid.

Los datos del desgaste capitalino

  • Entre la candidatura de Trinidad Jiménez (elecciones de 2003) y la de Antonio Miguel Carmona (2015), el PSOE se ha dejado 375.000 votos por el camino. En ese periodo, el PP ha ganado todas las elecciones que se han celebrado en la capital.
  • En 2015, Ángel Gabilondo obtuvo el 25,44% de los votos como candidato autonómico socialista, por el 15,27% de Antonio Miguel Carmona como aspirante municipal. Esa diferencia entre los dos cabezas de cartel no es una excepción. En lo que va de siglo, el PSOE siempre ha sacado mejor resultado en la Comunidad que en la capital.
  • Barcelona, Valencia y Bilbao son las únicas ciudades de las diez más pobladas en las que el PSOE obtuvo un peor resultado en porcentaje de voto en 2015. En Sevilla, Zaragoza, Málaga, Murcia, Palma y Las Palmas fue mejor.
  • Ahora Madrid, la plataforma de Manuela Carmena, convirtió al PSOE en la segunda fuerza de izquierdas del municipio, una situación sin precedentes para los socialistas, que siempre se habían impuesto a Izquierda Unida.

El PSOE no gobierna en la capital desde 1989. Su último alcalde fue Juan Barranco. Los resultados de las cuatro elecciones municipales celebradas en el siglo XXI reflejan que revertir esa tendencia será una tarea hercúlea. Desde 2003 a 2015, el PSOE se ha dejado más de 15 puntos en el porcentaje de voto. Afronta los comicios de mayo desde la oposición, y sin tan siquiera ser la primera fuerza de izquierdas, puesto que le corresponde a la plataforma que encabeza Carmena (Más Madrid). Ahora mismo sería el último partido del municipio, por detrás de Vox, según una encuesta de Telemadrid. Las urnas juzgarán al quinto candidato socialista en otras tantas elecciones, porque algunos no quisieron quedarse, a otros no les dejaron y referentes socialistas como Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros, declinaron la invitación de Sánchez para presentarse. “Lo mínimo era dejar a los candidatos que se han sucedido en este tiempo al menos dos mandatos, dos legislaturas”, critica un dirigente ya retirado.

En política, dicen los expertos, el poder es un elemento aglutinante. Huérfano de ese pegamento, el PSOE de Madrid se ha distinguido por sus luchas internas en las últimas décadas. Joaquín Leguina contra José Acosta. Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez contra Rafael Simancas. Tomás Gómez contra Pedro Sánchez. La proliferación de familias políticas, clanes y subclanes hasta la llegada del actual secretario general, José Manuel Franco, fue proporcional al empeoramiento de los resultados. Y nunca hubo ninguno peor que el último: 15% de los votos y 9 ediles.

“La caída se debió a la caída general del PSOE”, argumenta Carmona, candidato cuando Podemos despegaba impulsado por la promesa del cambio y el cántico del “sí se puede”. “El PSOE se hundió en toda España. Aunque parezca paradójico, en Madrid aguantamos el golpe”, insiste.

Talento externo

Para revertir esa situación se presenta Pepu Hernández, el hombre que dirigió a la selección de baloncesto hasta la cima del mundo en 2006. Si se impone en la votación interna, el técnico intentará hacer valer su tirón para convertirse en la pieza clave para la formación del gobierno. Sin embargo, su condición de independiente, y el decidido apoyo público que le presta el presidente del Gobierno, han despertado suspicacias en la federación madrileña, donde hay quien critica las llamadas oficiales para llenar hoy el teatro de La Latina, o la presencia del propio Sánchez. Así se dijo en la ejecutiva regional del miércoles como adelantó EL PAÍS.

“En esa reunión también hubo quien tomó la palabra para decir que hay que mirar el talento que hay dentro del partido, sin cuestionar a Pepu”, explica un integrante del organismo. “Se dejó claro que la gente apreciaba que hubiera dado el paso adelante alguien que no pertenece a la militancia, y en el contexto en el que se da”, añade otra voz. “Hablamos de alguien conocido, con carisma, que refleja que hay gente de fuera que se atreve a venir”, rematan en la dirección federal, donde interpretan que las siglas del PSOE mantienen el suficiente atractivo como para captar talento externo.

“Soy un ciudadano de Madrid”, recuerda el exseleccionador en el vídeo con el que lanzó su candidatura. “Como ciudadano de Madrid siento, amo, quiero, sufro, la ciudad”, añadió. “Y tengo una perspectiva de lo que querría que ocurriera”. Lo que hoy va a ocurrir es que Sánchez presenta a Hernández. El reto de reflotar el proyecto capitalino del PSOE empieza en el teatro de La Latina.

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