Una terapia con humor improvisado
El creador de ‘Velaske yo soi wapa’, Christian Flores, y el protagonista de ‘Selfie’, Santiago Alverú, presentan un espectáculo de reflexión, música e improvisación
Christian Flores llegó a cosechar más de 11 millones de visitas con el video viral de Velaske yo soi guapa. Este onubense de 32 años trabaja ahora como freelance creando contenido digital para distintas marcas y en su nuevo espectáculo, Terapia mal, se convierte en humorista de la mano de Santiago Alverú, colaborador de Zapeando y protagonista de Selfie, película que le valió una nominación a los Goya. Nada más empezar, los dos jóvenes piden a un voluntario del público que se suba al escenario para someterse a su peculiar “psicoanálisis”. En este show los asistentes se convierten en protagonistas.
El actor asturiano, de 28 años, se transforma entonces en un psicólogo que escucha atentamente y aporta soluciones. Santiago Alverú, que es quien lleva el peso en esta parte, recaba la máxima información posible para que Christian Flores la use y componga una canción que resuma la sesión. Tantas canciones como personas suban en un espectáculo que se podrá ver en el Palacio de la prensa, por ahora, en otras dos fechas: el 20 de noviembre y el 12 de diciembre.
En su estreno en octubre, trajeron a la ilustradora Ana Macías (Soy cardo en Instagram, donde tiene más de 120.000 seguidores). La viñetista contó a Santiago Alverú que se había enamorado de un joven agricultor que trabaja en una granja, pero ella le tiene miedo a los animales y pensaba que eso podría ser un obstáculo para ligárselo. Es solo un ejemplo de las consultas que se pueden dar en esta terapia grupal que sirve para desahogarse sobre líos amorosos, familiares, laborales o cualquier asunto que sirva de motor para los humoristas. Esa noche, una persona del público confesó que su padre era racista, a pesar de ser extranjero y llevar media vida en España. Se avergonzaba de él y preguntaba si siempre había que querer a nuestros progenitores aunque fuesen irracionales. Otra chica abrió su corazón para contar que fue a México a ver a su novio y que este rompió con ella en un triste colchón tirado en el suelo. No podía superarlo y pedía ayuda para pasar página.
La idea de introducir el papel de un psicólogo gustó a Christian Flores porque él mismo ha acudido a terapia. “A mí me ha cambiado la vida ir. Es una herramienta útil, poderosa y alejada de la concepción general de la gente que no ha ido. Es un lugar donde no se te juzga y se te ayuda a entender por qué eres como eres. Creo que con el tiempo el prejuicio será al contrario: ¿Cómo que no vas a terapia?”. Añade que visitar a un profesional de la salud mental es muy caro y que aunque el Estado proporciona medios son totalmente insuficientes. De hecho, la situación en España dista mucho de la media europea: hay seis psicólogos por cada 100.000 habitantes frente a los 18 de los países del entorno comunitario, según el Defensor del Pueblo.
Internet ha servido de escaparate para estos dos amigos que se conocieron a través de las redes sociales hace ya siete años, cuando ambos todavía no habían dado el salto en sus respectivas carreras profesionales. A Santiago Alverú le encontró la directora de casting de Selfie a través de los vídeos que tenía subidos a Youtube. Aunque reconoce que todo lo que ha vertido en ellas no responde a una inquietud de convertirse en creador digital. En cambio, Christian Flores ha sabido adaptarse al medio hasta dominarlo con precisión. “Sin las redes sociales tendría un trabajo que no me gustaría. Además, acaban de nacer y cuando el cine nació era una mierda si lo comparas con estos 100 años de evolución. Creo que con las redes va a pasar lo mismo”, declara.
La improvisación es el género en el que más cómodo se siente Santiago Alverú y reconoce que fue difícil convencer a su compañero para que hicieran algo juntos, hasta que dio en el clavo con un formato más experimental en el que Christian Flores encajaba mejor. Para sus canciones, el creador de contenidos usa un sintetizador y otra máquina que almacena bucles para dar ese toque de trap, que ya es marca de la casa, a las canciones que produce inspiradas en el problema que expone la persona del público. “La música está muy presente en mi movida profesional y esto es más libre, es como pintar un boceto y que surja algo interesante”, aclara. Sus gustos son variados e incluyen a artistas como Cupido, Frank Ocean o Anderson Paak.
Terapia mal es un espectáculo que no tiene por qué ser gracioso, a veces puede ser más reflexivo, otras más tenso o más incómodo, explica Santiago Alverú. El actor y humorista quiere que la gente no llegue con la imagen de que va a presenciar un stand up clásico de 90 minutos: “Se buscan otras emociones aunque la principal es hacer reír. Nos daba miedo enfrentarnos a algo así, pero el hecho de poder fallar pensamos que también podía interesar”.
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