_
_
_
_
_

“Antes no querían ver pelis de maricones y ahora sí”

Miguel Lafuente colabora en el festival Lesgaycinemad para que cineastas y productores se arriesguen por el cine LGTBI+

Miguel Lafuente, coordinador de la programación de LesGaiCineMad, en el barrio de Chueca.
Miguel Lafuente, coordinador de la programación de LesGaiCineMad, en el barrio de Chueca.Kike Para

Miguel Lafuente (Madrid, 42 años) ha dedicado su carrera a su pasión por el cine. Estudió dirección de cine en The New York Film Academy (Estados Unidos) y ha dirigido cortometrajes como Camera, Guitar, La mirada de las fotos o Guillermo en el tejado. Además, es director artístico del Festival Internacional de Cine LGBTI+ de Madrid LesGaiCineMad, que este año celebrará su 25ª edición. Busca a través de la gran pantalla la igualdad y la visibilidad del colectivo ante la falta de oportunidades en el sector.

¿Hay homofobia en el cine?

Es falta de compresión y un prejuicio. Se cree que no va a ser rentable y que el público lo va a rechazar. No hay ganas de arriesgar. El motivo es más económico que homófobo.

Estas películas tienen la etiqueta LGTBI+.

Es una ventaja. Así el público la reconoce. Yo creo que no debería de restar. Cada vez es más fácil que estas películas lleguen a otros públicos y festivales. Al final es como el cine de terror o de comedia.

Pero parece que solo son visibles por el colectivo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Está cambiando. Antes decían que no querían ver pelis de maricones y ahora sí. Les cuesta tener visibilidad y la distribución. Pero no es por el público, sino por las personas que mueven los hilos en el sector que piensan que la etiqueta es un lastre. Para producir una película o para distribuirla se ponen muchos reparos. En España tenemos una película oficial y de Argentina cinco. Aquí nos orientamos a la taquilla y nos conformamos con poner un personaje del colectivo en la trama. Pero hay películas del colectivo como Call me by your name o Retrato de una mujer en llamas que han tenido mucho éxito.

La serie Veneno ha triunfado

Es un ejemplo de lo que digo. La gente no tiene ningún reparo en ver este tipo de personajes en las pantallas. Espero que sirva para que se apoye más. El colectivo trans ha sido un gran desconocido y muy marginado.

¿Por qué es necesario este festival?

Para diversidad, normalizar y a partir de ahí construir una sociedad mejor. Una labor social con las personas LGTBI+. Pero no solo está destinado para gente del colectivo, sino que cada vez vemos un público más variado que es atraído por este cine. Ayuda a visibilizar películas que si no se ven en un festival como este nadie las conocería. Hace que los cineastas y productores se arriesguen por un cine que está fuera de la norma.

¿Es Madrid avanzada en este aspecto?

En estos 25 años que llevamos del festival hemos estado en todas las partes de la región y hemos tenido mucho apoyo de instituciones y del público. Lo curioso es que nos ha costado llegar al barrio de Salamanca más que a otras zonas de Madrid. Un año tuvimos problemas en una sala. La comunidad de vecinos pidió que retirásemos la programación de una sala. Al final la sala insistió y sí lo pudimos celebrar.

¿Lesgaicinemad es una cita imprescindible?

La gente no ha querido perdérselo pese a las circunstancias sanitarias. Las sesiones de las 22.00 se están llenando pese al toque de queda. Este año hemos querido dar un apoyo especial al cine dirigido por mujeres. Buscamos que la programación incluya a todo el colectivo, pero es difícil encontrar del tema intersexual. También hemos querido reflejar a las personas mayores, extranjeras, con diversidad funcional o físicos no normativos.

¿Al colectivo gay se le defiende más que al resto?

Tienen más visibilidad porque es un mundo patriarcal y al final los gays son hombres y tienen mayor posición económica. Aquí intentamos dar visibilidad a todos, aunque no siempre es fácil porque hay más películas de temática gay. Lo apoyamos con otras iniciativas, por ejemplo con lesbianismo vamos a proyectar la serie Luimelia que ha tenido mucho éxito. Dentro del colectivo trabajamos hacia el mismo sitio.

¿Ayuda la tecnología a este colectivo?

Son herramientas que sirven a mucha gente que viven en lugares rurales o que han tenido dificultades en salir del armario, pero el uso exagerado hace que se hayan perdido lugares de encuentro y el tú a tú. Pero lo mismo pasa con el Tinder, la gente sale menos de casa. Ya no se considera el bar gay o lésbico.

¿Conocer a alguien del mismo sexo es más difícil?

Hace unos años había mucho miedo el decir algo a una persona que te gusta. Pero ahora no creo que la gente se lo tome tan a mal. Necesitamos un lugar donde identificarnos.

¿Llegará el momento en el que no se necesite?

La gente joven es mucho más abierta y no tienen ningún inconveniente en que sus amigos salgan del armario y se junten con ellos.

Un programa lleno de visibilidad

“Destacamos la película que inauguramos la película Las mil y una”. Es de una directora argentina que se llama Clarisa Navas que da visibilidad a mujeres lesbianas de clase social baja y gente joven. Suk Suk da visibilidad a los más mayores del colectivo y es de Hong Kong. En documentales destaca Stormy Night de David Moragas y La generación silenciosa que va sobre personas que en España han vivido la dictadura y la transición.


Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_