Tras 35 semanas sin Rastro, los vendedores se manifiestan ante el Congreso de los Diputados
El Ayuntamiento organizó una jornada sobre comercio ambulante en la que no abordó el problema del mercadillo dominical más famoso de España
El Rastro abrió por última vez el 8 de marzo. Este domingo 8 de noviembre, 35 semanas después, seguirá sin abrir. Los vendedores ambulantes del mayor mercadillo de España se han manifestado este miércoles ante el Congreso de los Diputados para reclamar su vuelta. Lamentan que, en medio de la pandemia, no haya acuerdo con el Gobierno municipal para retomar una de las citas que más ciudadanos atraían cada semana en la capital. Es más, critican que citas como la del mercadillo navideño de la Plaza Mayor vayan a celebrarse con el mismo aforo, el 50%, con el que ellos no consiguen reabrir.
Un centenar de vendedores ambulantes de la asociación El Rastro Punto Es se han concentrado a mediodía en la Carrera de San Jerónimo con pancartas y gritando consignas contra el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, al que señalan como principal responsable de que las negociaciones no hayan llegado a buen puerto.
La portavoz de esa asociación, Mayka Torralbo, ha explicado durante el acto de protesta que el mercadillo madrileño se celebra al aire libre donde la posibilidad de contagio del coronavirus es “veinte veces menor” que en espacios cerrados. Piden turnarse la mitad de los puestos en domingos alternos conservando el espacio histórico del Rastro porque es “seguro” pero que el perimetraje ha de ser conjunto, sin discriminar los puestos de las tiendas. Es decir, exigen que los compradores y visitantes no sean obligados a pasar un control para llegar a los puestos y puedan hacerlo libremente para acceder a las tiendas de la zona.
“Nosotros no podemos admitir” esas condiciones que reclaman los vendedores, ha comentado Almeida. Si aceptan cambiar de criterio y de ubicación volverán, ha dicho: “Si los comerciantes del Rastro quieren abrir el Rastro, el domingo lo pueden abrir”.
La línea roja del regidor es que no se mantenga la histórica situación de los puestos en el mercadillo. “Es muy complicado -explica el primer edil- porque el nivel de gente que acude cada domingo al Rastro hace que no se pueda respetar ni las medidas de seguridad ni la distancia social”. El alcalde ha vuelto en todo caso a prometer que cuanto pase la pandemia volverán a sus lugares de venta anteriores, pero mientras tanto no se va a poner en riesgo “ni la salud de los comerciantes ni la salud de los vecinos”.
Torralbo reclama a Almeida que se ponga de inmediato en contacto con ellos y critica su “doble vara de medir” al permitir “mercadillos privados” como los que se van a llevar a cabo en diciembre en la Plaza Mayor y en otros distritos de la capital. Estima que el cierre afecta a unas mil familias. La última reunión que mantuvieron con el Consistorio fue el pasado 16 de octubre de forma telemática.
El Ayuntamiento de Madrid organizó este martes las II Jornadas nacionales sobre modernización del comercio ambulante junto a la Asociación para la Gestión y Modernización del Comercio Urbano y Mercadillos (Gescomer). “Madrid sin sus mercadillos no sería Madrid”, dijo en la apertura la vicealcaldesa Begoña Villacís sin citar en ningún momento al Rastro ni referirse al conflicto que enfrenta al Consistorio con los vendedores. “Madrid es totalmente sensible y reconoce el valor de la venta ambulante”, añadió al tiempo que recordó que las tasas para 2021 serán suprimidas para el sector. Dijo también que “la venta ambulante tiene en el Ayuntamiento de Madrid un aliado”. Mayka Torralbo, que es además coordinadora de la Plataforma Estatal de Vendedores Ambulantes, asegura que no estaban invitados a esa jornada.
El presidente de Gescomer, Carlos Martí, reconoce que el Rastro no salió a colación en las intervenciones pese a ser una referencia entre todos los vendedores ambulantes de España. “El rastro es una joya que no está sabiendo ser tratada por la administración pública” y “estoy con ellos desde punto de vista epidemiológico, pues es al aire libre”, señala. “Mi opinión es que debería llevar abierto hace mucho tiempo ya” y que “es una mala imagen para Madrid y para el comercio ambulante que el Rastro no esté abierto”, añade Carlos Martí.
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