Aguado: “Es necesario hacer un parón contundente de todos y de hasta 21 días para bajar la curva en Madrid”
El vicepresidente madrileño asegura en una entrevista con EL PAÍS que no se siente un verso suelto dentro del Ejecutivo, pese a que es el único miembro que fija un umbral de 25 casos por cada 100.000 habitantes para conseguir unas navidades sin demasiadas restricciones y en familia
Ignacio Aguado (Madrid, 37 años) asegura que no se siente un verso suelto dentro del Gobierno de la Comunidad de Madrid. El vicepresidente de la región, sin embargo, es el único miembro del Ejecutivo regional que ha marcado un umbral de 25 contagios por cada 100.000 habitantes. Asegura en esta entrevista con EL PAÍS que es necesario hacer un parón contundente “de todos” durante 7, 14 o 21 días para conseguir doblegar la curva de contagios en Madrid y llegar a unas navidades sin demasiadas restricciones.
Pregunta. ¿Qué van a hacer la semana que viene cuando se levante el estado de alarma en Madrid?
Respuesta. Esperamos tener una orden de carácter autonómico que nos permita continuar con unas nuevas reglas de juego hasta que podamos encontrar una vacuna. No vamos a poder acabar con las restricciones y tenemos que seguir con ellas. Tenemos que llegar a Navidad con una incidencia acumulada de 25 casos positivos por cada 100.000. Ese es el reto, ambicioso, pero si somos capaces de llegar a esos niveles habremos salvado la campaña de Navidad y la salud. Hay que apostar por medidas contundentes que hagan bajar de manera drástica la curva.
P. En ese objetivo tan ambicioso, ¿qué está dispuesto a poner el Gobierno regional que no sea ruido?, ¿cuántos medios, rastreadores, médicos?
R. Lo primero que tenemos que entender es que la división entre Administraciones causa muertes. La unión salva vidas. Tenemos que dejar de lado la crispación. Los políticos tenemos que marcarnos unos objetivos políticos. Yo lo pongo, 25 casos por cada 100.000. Luego los expertos nos dirán cómo alcanzarlos. Yo no soy médico, ni experto. Tienen que ser ellos.
P. ¿Y qué dicen?
R. Precisamente los técnicos sanitarios del ministerio y de la Comunidad están analizando los objetivos porque hasta ahora no los había. Lo importante ahora es bajar las pistolas… políticas. Marcarnos objetivos alcanzables respecto al umbral sanitario. Yo lo propongo: 25 y estamos en 450 casos por cada 100.000. Fíjense en lo que hay que trabajar. Espero que el ministerio y la consejería estén en esa línea y confluyan.
P. Usted ha estado en reuniones con técnicos sanitarios del Gobierno y de la Comunidad. ¿Hablan el mismo idioma?
R. Sí, los técnicos desde luego que sí. Los que muchas veces no hablamos el mismo idioma somos los políticos.
P. Sí, a la sociedad nos llega el ruido de los políticos, ¿por qué no escuchamos solo a los técnicos?
R. Ellos tienen una ventaja porque dejan al margen las discrepancias políticas, que es lo que yo reivindico. Ellos son capaces de ponerse de acuerdo a pesar de que nadie tenga el manual de instrucciones. Nosotros, los políticos, no podemos ser un estorbo ni un problema para esas decisiones. Espero que los técnicos vengan con una propuesta y que el Grupo Covid político la ratifique. Ojalá que suceda y en breve, antes del viernes que viene.
No podemos pensar que una incidencia de 450 o 300 es sinónimo de ir bien, porque no es verdad
P. ¿Usted es partidario de limitar la movilidad a la capital si continuamos en este nivel de contagios?
R. Soy partidario de hacer lo que digan los técnicos.
P. Muchos técnicos sanitarios lo dicen.
R. Bueno, hay distintas opiniones. Desde luego, hay factores que afectan a la expansión del virus y uno es la movilidad.
P. Dijo a los madrileños que había que elegir entre ser virus o vacuna. ¿Qué ha elegido Ayuso pidiendo que se levante el estado de alarma?
R. Todos trabajamos para intentar ser vacuna. Lo que me refería con esa expresión es que, como ciudadanos, todos tenemos mucha responsabilidad. Los políticos podemos tomar decisiones, pero si luego cada uno hace lo que le da la gana es complicado. Si no se cumplen las cuarentenas de nada sirve. Si hacemos fiestas en casa con 200 personas eso no contribuye mucho a frenar la pandemia. Está en nuestra mano elegir qué queremos ser para evitar ser un efecto propagador del virus.
P. ¿Y por qué se pide entonces levantar el estado de alarma?
R. Ponemos muchas veces el foco en la herramienta jurídica y creo que el debate tiene que estar en las medidas y en qué queremos hacer. Creo que estamos de acuerdo todas las administraciones en determinadas restricciones. El alcalde Almeida y la presidenta Ayuso recomendaron a los ciudadanos no salir de puente antes del decreto del estado de alarma. Yo también recomendaba no salir de puente, el Gobierno de España también. ¿Por qué? Porque intentamos controlar la movilidad. El virus no se desplaza solo, lo movemos nosotros. Estando de acuerdo en las restricciones, la herramienta jurídica es lo de menos, tenemos que centrarnos en las medidas.
P. Entonces, ¿por qué el Tribunal Superior Justicia de Madrid ha rechazado las medidas de Madrid y no las del resto de comunidades?
R. La Justicia de Madrid ha tumbado órdenes que venían dictadas por el Gobierno de España. Nuestro marco jurídico no se ha adaptado a la necesidad de una pandemia. El TSJM consideró que no había que ratificar un apartado y esa es la razón que esgrimió el Gobierno para decretar el estado de alarma durante 14 días. Creo que se podía haber evitado el estado de alarma. Se podía haber rehecho la orden y haberlo evitado. En cualquier caso, vamos a ver cómo solucionamos de cara al viernes que viene esa transición del estado de alarma a una nueva realidad jurídica que permita ofrecer certidumbre a la gente.
Creo que se podía haber evitado el estado de alarma. Se podía haber rehecho la orden y haberlo evitado
P. ¿En qué ha sido perjudicial el estado de alarma si es que lo ha sido?
R. Es una herramienta jurídica que afecta a los derechos y libertades de los ciudadanos. Debía de haberse utilizado como último recurso. Hay que hacerlo de forma consensuada, no impuesta. La herramienta tiene que perseguir un fin. Es más importante a día de hoy ponernos de acuerdo en qué queremos. Las medidas tienen que venir de los expertos. No discutamos sobre el cascarón sino sobre lo que hay dentro, que implica llegar a Navidades en las mejores circunstancias.
P. Paris, como dice Ayuso de Madrid, es la locomotora de Francia. Acaba de declarar el toque de queda desde las 21.00 hasta las 6.00 con 240 casos, la mitad que Madrid, y durará entre cuatro y seis semanas. En Londres, desde este fin de semana, quedan prohibidas las reuniones en espacios interiores públicos y privados y toque de queda en todos los bares ¿Cómo explica que Madrid vaya al contrario de estas capitales europeas con más casos positivos?
R. Creo, en primer lugar, que si queremos llegar a Navidades con una incidencia acumulada más baja hay que tomar decisiones contundentes y en breve… y más contundentes. Está comprobado que así la curva baja. Soy partidario de tomar medidas contundentes durante un periodo temporal fijado y claro y definido que estar tomando medidas más laxas que alarguen la agonía también de la economía. Nosotros llevamos tomando medidas desde finales de agosto, pero el sector económico no sabe cuándo se van a la levantar esas medidas. Estamos intentando ser proporcionales para controlar la curva. Pero tal vez sea necesario hacer una parada, un stop and go que dicen en la Formula 1, durante unos días definidos, siete, 14 o 21, donde todos hagamos esa parada, consigamos bajar la curva y eso nos permita llegar a navidades con más garantías. ¿Por qué digo esto? Porque si no somos capaces de bajar la curva de forma contundente llegaremos a Navidad en una situación comprometida: con camas con muchos pacientes de UCI, con la gripe, con más ingresos, no podrán venir turistas, habrá más restricciones y perjudicaremos a los comerciantes, no habrá campaña de navidad y nos veremos desde el punto de vista social en una circunstancia donde será muy complicado levantar la mano para que las familias se reagrupen.
P. Entonces no es partidario de abrir los locales hasta la 1.00.
R. No, soy partidario de que a partir de ahora tengamos que adaptar la estrategia en base de cómo vayan los acontecimientos. En un periodo de tiempo prefijado, definido y acotado hay que tomar decisiones contundentes que hagan que la curva baje de forma radical.
Nosotros somos socios de Gobierno, no súbditos de nadie
P. Ampliar el horario de las discotecas hasta la 1.00 no es una medida muy contundente.
R. La explicación que nos han dado desde la Consejería de Sanidad es que si se prolonga la hora de cierre de las 23.00 hasta las 00.00 la reunión del restaurante no se prolongará en las casas y la noche acaba. No se hace para favorecer la movilidad y los desplazamientos, sino para que no se lleve la fiesta a casa. Los contagios se producen fundamentalmente en casas porque pensamos que nuestro entorno no nos puede contagiar.
P. Es usted el único miembro del Gobierno que habla de reducir el índice de contagios hasta 25 casos. Le rodea un desierto, ¿se siente un verso suelto?
R. Todos estamos en el camino de reducir la incidencia. La realidad es que no podemos pensar que una incidencia de 450 o 300 es sinónimo de ir bien porque no es verdad. La curva tiene que llegar al invierno con un número de contagios bajo. Hay que trabajar ya. ¿Vamos tarde? Sí. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.
P. Para eso hacen falta más rastreadores. Ayuso prometió hace un mes y medio 1.500 para el 15 de octubre. Según usted ahora mismo hay 1.100, pero el consejero de Hacienda dijo después que son 1.089, 11 menos. ¿Por qué hay tanto lío con los rastreadores? ¿No se puede contratar a más?
R. Yo les traslado lo que la Consejería de Sanidad nos cuenta. Ellos tienen la última palabra para contratar más o menos. No nos dicen que haya un problema de contratos, sino que hay 1.100 y que siguen contratando a más.
P. Ustedes solicitaron al Ministerio de Defensa 150, pero Galicia y Andalucía ya han pedido el doble y hasta el triple con una incidencia de contagios mucho menor que Madrid. ¿Por qué no piden más?
Lo importante ahora es bajar las pistolas… políticas.
R. Lo están estudiando. Hay muchos perfiles de rastreadores. Es un tema técnico del que todos hemos leído mucho, pero es una decisión de la Consejería de Sanidad.
P. Decía en julio que los refuerzos se contratarían en función de cómo avance el virus. Ahora, según usted, estamos en una incidencia altísima y muy grave. ¿No se anticipa uno al virus contratando más? ¿Por qué no se contrataron más en agosto?
R. Bueno, nosotros hemos pasado de 250 a 400, 600, 800, 1.100. Desde mayo hemos triplicado y casi cuadruplicado el número de rastreadores. Si es mucho o poco es responsabilidad de la Consejería de Sanidad. Yo traslado lo que dicen ellos.
Si es mucha o poca la cantidad de rastreadores es responsabilidad de la Consejería de Sanidad
P. Escribe tuits anunciando acuerdos con el Gobierno central que su Gobierno rompe un día después. ¿Cómo es posible que el vicepresidente y portavoz no sea informado de las medidas que toma su propio Ejecutivo?
R. No es un tema de que nos informen. Es que es un Gobierno de coalición y el PP tiene mayoría y por tanto la última palabra. Mi opinión es que hay que ir por la vía política y no por la vía de la confrontación judicial. Nosotros somos socios de Gobierno, no súbditos de nadie. Aquí el PP tiene la mayoría. Si hubiese sido al revés las cosas hubieran sido distintas, pero la realidad es esta. Somos socios de Gobierno, no somos un ejército.
P. Usted decía que entró en política para ser útil, pero las ideas de Ciudadanos para tomar decisiones durante la pandemia apenas existen.
R. No es cierto. El 17 de septiembre pedí al Gobierno que se implicara en Madrid. Cuatro días después, Sánchez vino a [la Puerta del] Sol y luego pusimos en marcha el Grupo Covid. Hemos conseguido que se autorice al Gobierno de Madrid a contratar médicos extracomunitarios, 7.000 efectivos policiales, no prolongar el estado de alarma y el despliegue del ejército para labores de desinfección. ¿Otras cosas no las hemos conseguido? Claro que no. Pero es que esto es así. Los madrileños me han situado en la vicepresidencia. Lo más útil en estos momentos es minimizar al máximo la crispación y objetivos comunes. Cuando acabe la pandemia ya buscaremos quiénes fueron los responsables y quiénes tienen que irse a su casa porque no saben gestionar. Durante una pandemia, donde cada 35 minutos muere un madrileño, no me parece razonable hablar de mociones de censura ni estar a palos.
P. En estas fechas deberían de presentar los presupuestos en la Asamblea de Madrid. ¿Es Vox su grupo prioritario para lograr la mayoría y aprobarlos?
R. Tiene que jugar un papel relevante en los presupuestos. Permitió la investidura y creo que tiene que jugar un papel relevante. Tiene que decidir qué hacer si quiere construir o si quiere seguir en el enfrentamiento.
P. Siempre busca el diálogo con todos los grupos. Mas Madrid, Unidas Podemos y PSOE han pedido una reunión con usted para dialogar sobre otra forma de gobernar Madrid. ¿Se sentará con ellos?
R. No tengo ningún problema en hablar con todos ellos. También si es un diálogo sincero para construir y no para buscar el poder. El poder tiene que ser un medio y no un fin. El poder ejecutivo recae hoy en el PP y Ciudadanos y así va a seguir siendo. Si ellos quieren propuestas iniciativas o formas de ampliar mayorías, estoy de acuerdo. Si buscan una inestabilidad o una moción de censura no estoy de acuerdo. Es igual de irresponsable promover una moción de censura de Vox en el Congreso en mitad de una pandemia como que lo haga PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid.
P. ¿Qué cree que hizo mal su partido para pasar de 57 a 10 diputados en las últimas elecciones generales? Es una pregunta que todavía no ha tenido una respuesta en Ciudadanos.
R. Ni creo que aporte mucho en estas circunstancias. Pasó lo que pasó y puede haber muchos elementos a tener en cuenta que desde luego tenemos que aprender. Creo que hay españoles moderados que creen que los políticos no tienen que ser protagonistas todos los días en los telediarios. Quedan tres años para las elecciones y cuando llegue el momento de votar, veremos si nos hacen subir o bajar.
P. Usted quiere ocupar el centro. En su partido dicen que es una posición incómoda la de estar en el centro. ¿Se siente así?
R. No, yo me siento muy cómodo. El centro es más importante que nunca. Hay que llamar a buscar soluciones y elevar el prestigio de la política porque está por los suelos. Me gustaría que en Madrid saliéramos a las calles a tocar el claxon reivindicando la unidad en Navidad y no la división entre españoles. Me gustaría que cuando saliéramos a un Parlamento saliéramos con medidas pactadas y no levantando pistolas, aunque fueran simuladas. Porque eso me indigna y me cabrea.
P. Ayuso habló precisamente de pistolas en el Parlamento en el pleno del jueves. De hecho, en la Asamblea se vive un ambiente muy crispado. ¿Usted cuando llega a casa se ha planteado alguna vez tirar la toalla?
R. No, todo lo contrario. Me da más razones para que la política sea útil. Mi deber moral es este.
P. Todos los partidos excepto Vox han llegado a un acuerdo con 214 medidas para la crisis sanitaria en Madrid. El documento se iba a entregar el jueves a la presidenta, pero no fue.
R. Eso debería quedar en una anécdota. Lo importante es que todos los partidos excepto Vox, que está en su batalla particular, somos capaces de ponernos de acuerdo. Cuando los españoles nos juzguen espero que vean que hubo gente que estaba por la unión y otros por la confrontación y el choque de trenes.
P. Ayuso también se marchó del pleno cuando usted daba cuenta del Grupo Covid.
R. Tendría sus razones. Es también anécdota. Me consta que sigue el pleno desde el despacho. Es la presidenta y tiene muchas cosas que hacer. Los plenos son largos y muchas veces tiene que ausentarse.
P. ¿Es Ayuso la mejor presidenta que puede tener Madrid ahora mismo?
R. Me presenté a las elecciones para ser yo presidente. Mi voluntad es trabajar esta legislatura por sacar adelante este Gobierno de coalición y, de cara a las siguientes elecciones, crecer como partido y aspirar a liderar la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España.
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