Madarcos, el pueblo más pequeño de la región, da la tasa más alta de coronavirus
Los cuatro positivos de esta semana elevarían a 2.083 contagiados por 100.000 habitantes
La confirmación esta semana de cuatro positivos en Madarcos, el pueblo más pequeño de la Comunidad de Madrid, ha convertido a este municipio en el de mayor tasa de casos de la región (2.083 por cada 100.000 habitantes), en una zona —la Sierra Norte— que tiene una incidencia acumulada de covid-19 inferior a 25 y en la que siete localidades están “libres de coronavirus”.
Desde el inicio de la pandemia, Madarcos —situado a 87 kilómetros de Madrid y con 47 habitantes censados—, era un municipio sin covid, pero la detección de cuatro casos el pasado sábado, entre ellos el de su alcaldesa, Eva Gallego, ha trastocado su tranquilidad y lo ha convertido este fin de semana en un “pueblo confinado”.
Ni siquiera el sol otoñal que bañaba este sábado el municipio serrano, cuyo centro médico de referencia se ubica en Buitrago de Lozoya, a unos 15 kilómetros, había conseguido sacar de sus casas a los vecinos. “Ha venido muy poca gente. Ni siquiera lo han hecho los que vienen todos los fines de semana”, comentaba Quique desde su jardín, en medio de las calles desiertas, al explicar que hasta el bar había cerrado. Se desconoce el origen de este brote de contagios, pero Quique cree que, aunque en el pueblo se “han movido menos” que en otros sitios en los últimos meses, “cualquiera que salga un poco lo puede traer” y “no hay que culpabilizar a nadie”.
Le sorprende que el virus haya llegado a Madarcos con la vuelta a la normalidad, tras un verano con mucha más gente que otros anteriores porque el pueblo ha atraído a “los que no se han ido a la playa”.
Tras confirmarse los cuatro positivos, el 9 % de la población, se han hecho pruebas diagnósticas de covid al resto de los vecinos y todas ellas han dado resultado negativo, según Quique, que revela que la mayoría de la población del municipio son personas mayores, aunque en los últimos meses el padrón se ha rejuvenecido con la llegada de dos parejas y un joven.
Son nuevos vecinos que han abandonado las ciudades tras el confinamiento en busca de una vida rural, como ha sucedido en otros municipios de esta Sierra Norte de Madrid, aunque no todos ellos se empadronan en estos municipios para vivir, ya que alguno solo lo hacen para poder salir de la capital pese al estado de alarma.
Así ha sucedido en Horcajo, otro de los pueblos de esta zona de la región, donde esta última semana ha habido 50 nuevos empadronamientos. Así lo ha revelado Lidia, una vecina de Somosierra, localidad de 73 habitantes y uno de los siete municipios que junto a Robregordo, La Hiruela, La Acebeda, Horcajuelo de la Sierra, Puebla de la Sierra y la Sierra del Monte se han librado, hasta ahora, del coronavirus. Lidia cree que el “covid cero” se debe a que la mayoría de sus habitantes “trabajan por aquí y muy poca gente se mueve a Madrid u otros pueblos”, así como a que llevan siempre mascarilla y mantienen las distancias de seguridad.
Una opinión que comparte Hilario Fernández de la Torre, un septuagenario ex trabajador del Ministerio del Ejército en Madrid, para quien la rutina de vida del pueblo —"nos levantamos temprano, nos da el aire y vamos con mascarilla"— ha evitado que el virus se haya acercado al municipio. Fernández también explica que no hay reuniones de vecinos en las casa, ya que “cada uno está en la suya” y se juntan “de lejos” en los bares de la carretera: “Nos saludamos con la mano, pero no hay contacto”.
Se refiere a los dos bares con que cuenta el Puerto de Somosierra, enclavado en el kilómetro 91 de la A-1, lugar de paso entre la submeseta norte y la sur. Son establecimientos hosteleros en los que recalan centenares de madrileños que recorren, a pie o en bicicleta, los senderos y parajes de la zona, lo que ya no pueden hacer los que residen en la capital desde el pasado 9 de octubre debido al estado de alarma. Este hecho ha provocado una caída de hasta el 70 % de la caja diaria que hacía el Hostal El Puerto, uno de estos restaurantes, según han comentado su responsable, al asegurar que “un sábado por la mañana esto estaría a tope y tenemos cinco clientes”.
“Claro que se ha notado la bajada por el estado de alarma”, dice la responsable de este hostal, que también atiende a numerosos viajeros que desde el País Vasco se dirigen a la capital por asuntos comerciales o laborales, y lamenta que “si se para Madrid, se para todo”.
Información sobre el coronavirus
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