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Salir de la crisis en Madrid: más ladrillo, o innovación

La región que más aporta al PIB apuesta por la construcción para superar la pandemia, que ha desvelado la brecha digital, las limitaciones de su industria y el enorme peso del sector servicios

Imagen de una obra en Madrid.
Imagen de una obra en Madrid.Ballesteros (EFE)
Juan José Mateo

El estallido de la pandemia del coronavirus ha frenado en seco a la locomotora económica de España. En la Comunidad de Madrid, que cerró 2018 y 2019 como la región que más aportó al PIB nacional, el desempleo interanual ha aumentado un 26,24% con respecto a julio del año pasado, más de 400.000 trabajadores han quedado atrapados en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), y se ha estimado en más de 2.700 millones el impacto de la crisis. En un contexto de recesión mundial que azota con virulencia al conjunto de España (la actividad económica nacional se contrajo un 22,1% durante el último año), el PIB autonómico retrocederá más de un 10%, según las previsiones de la Consejería de Hacienda.

¿Cómo reinventarse para revertir la situación e intentar liderar la recuperación? ¿Qué conclusiones hay que sacar sobre las dificultades que ha tenido la industria local para producir mascarillas o respiradores durante la pandemia? ¿Debe mantener el sector servicios su peso actual?

“Debemos ponernos como meta elevar el peso de la industria, del 10% aproximadamente del PIB actual en la comunidad, al objetivo del 15%”, apuntó Miguel Garrido de la Cierva, presidente de la patronal madrileña, en una de las primeras comparecencias de la comisión para la recuperación e impulso de la actividad económica y social que se viene celebrando desde julio en la Asamblea de Madrid a propuesta del PSOE.

“Va a ser crucial invertir más en investigación, desarrollo e innovación y también en capital humano”, avisó Rafael Doménech, responsable de análisis económico de BBVA Research, en el mismo foro.

“El empleo verde sería fundamental”, opinó Luis Miguel López Reillo, secretario general de UGT Madrid, en referencia a los trabajos dedicados a proteger el medio ambiente, o que buscan minimizar el impacto sobre la salud del planeta.

“La pandemia ha demostrado las consecuencias tan nefastas de la brecha digital: ¡necesitamos digitalizar todas las empresas, sobre todo las pymes y el comercio, y a las familias!”, advirtió Jaime Cedrún, secretario general de CC OO en Madrid, tras ver la proliferación del teletrabajo y las dificultades de cientos de alumnos para seguir las clases online. “Hay que empezar a plantear políticas públicas dirigidas a la sostenibilidad, energías renovables, economía circular... ¡Pero lo de la construcción no puede ser!”.

“Se debe plantear un plan de choque regional de liberalización de la actividad económica”, discrepó Gregorio Izquierdo, Director General del Instituto de Estudios Económicos, haciéndose eco del proyecto gubernamental para sustituir licencias urbanísticas por declaraciones responsables.

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso tiene un plan de reactivación con una treintena de medidas: más becas universitarias, subvenciones para contratos indefinidos y compra de vehículos eléctricos de movilidad personal cero emisiones… Sin embargo, el grueso de su receta pasa por impulsar la colaboración público-privada (destinando, por ejemplo, 30 millones a un ente para promocionar el turismo), sacar suelo al mercado (193 parcelas ubicadas en 20 municipios), y fiar gran parte del futuro al proyecto de Madrid Nuevo Norte.

Díaz Ayuso, discípula de Aznar

“Díaz Ayuso es discípula de Aznar y va a cometer los mismos errores del ‘España va bien”, opina el economista José Carlos Díez, que se encargó de la ponencia económica PSOE durante el 39 Congreso del partido (2017). “La burbuja inmobiliaria que se generó cuando gobernaba el PP ha sido la mayor desgracia de la economía española desde la Guerra Civil y acabó con Mariano Rajoy siendo rescatado por los socios europeos”, argumenta este experto. “Madrid se la juega en la Operación Chamartín y es necesario que el Estado tenga una presencia activa. Podría ser uno de los grandes centros de innovación del mundo en el que experimentar la movilidad y la ciudad del siglo XXI o un barrio más con más viviendas y oficinas”, advierte.

Las posibilidades de futuro de Madrid dependen de su presente y de su pasado. El presente: controlar los brotes de la enfermedad puede obligar próximamente a que el Ejecutivo limite de nuevo los horarios y aforos de bares y restaurantes, e incluso a que cierre los locales dedicados al ocio nocturno. El pasado: las debilidades estructurales de la economía madrileña mediatizarán la velocidad de la recuperación.

El 87% de los 453.476 trabajadores incluidos en ERTE en junio pertenecían al sector servicios, según datos de la Comunidad de Madrid. El 66% tenía entre 30 y 54 años. Y el 26% no tenían estudios. Además, en julio, primer mes en el que se creó empleo desde que estalló la crisis, un total de 224.798 personas resultaron afectadas por un ERTE, según hizo público el lunes el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. En paralelo, la mayoría de empleos perdidos por la crisis sanitaria se han concentrado en los sectores de la construcción y los servicios, según los indicadores de coyuntura económica del Gobierno.

“Madrid ha sido la ciudad más dinámica de Europa en los últimos años, pero no ha aprovechado para reforzar sus universidades y el ecosistema de investigación, que ahora habría sido muy útil en la recuperación en los sectores de la nueva economía, que son los que crecen”, lamenta Díez, que también resalta las fortalezas de la región para la recuperación: “Localización, buena conectividad aeroportuaria y salarios de trabajadores cualificados mucho más competitivos que las ciudades más avanzadas de Europa. Madrid tiene una gran oportunidad con la pandemia para atraer nómadas digitales europeos a teletrabajar aquí”.

“Si la epidemia se controla, no hay un nuevo confinamiento, y estuviéramos vacunados una gran proporción de la población antes del verano de 2021, creo que la economía de Madrid podría recuperarse a los niveles de 2019 en la segunda mitad del 2022”, vaticina Francisco Javier Velázquez, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense. “Si se mantienen los ERTE y no hay nuevos confinamientos, creo que podríamos haber tocado el fondo en el segundo trimestre: sin segunda ola es posible una recuperación en V”, sigue. “Un segundo confinamiento como el que hemos vivido supondría un problema importante que requeriría al menos entre dos y cuatro años adicionales”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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