Mudanzas que se saltan el confinamiento
Se siguen ofreciendo visitas presenciales para alquilar pisos en Madrid a pesar de estar prohibido y puede conllevar multas de entre 600 y 1.500 euros
La clienta acepta un poco escéptico después de estar mirando pisos durante días por el portal inmobiliario Idealista sin ningún resultado.
—¿Puede venir a ver el piso mañana a las 12.00?
—Pero y la policía...
—Tengo muchas visitas programadas de gente interesada en ese piso.
La comercial de una inmobiliaria ubicada en el bajo de un edificio del barrio de Salamanca le invita a entrar y le enseña varios pisos en el mismo inmueble. Lleva mascarilla y guantes y enseña con entusiasmo uno de los pisos: habitación, baño remodelado, salón, cocina y un pequeño balcón. “870 euros, dos fianzas y te puedes mudar mañana”, dice.
Sin salir del edificio, muestra tres pisos más. Todos iguales, solo cambia la distribución de los espacios y la vista. Cada uno está pintado de un color diferente para poder distinguirlos: la sexta planta es amarilla, la quinta es blanca y la cuarta, gris. “Mucha gente se fue por la pandemia. Son pisos pequeños y baratos para extranjeros y estudiantes”, comenta.
Al acabar la visita, sugiere a la clienta que no tarde mucho en decidir: “Hay mucha gente interesada. Va a volar”. En el último mes, afirma, de seis apartamentos que quedaron vacíos, solo queda disponibles la mitad. “A pesar del confinamiento, la gente prefiere saltárselo y venir a ver el piso, no podemos parar todo por este bicho”, añade la comercial.
A pocos minutos en coche, muy cerca de la plaza de toros de las Ventas, otra inmobiliaria enseña un piso a una estudiante de 20 años que en plena cuarentena quiere dejar de compartir espacio con sus cinco compañeros. “Llamé a la policía y me dijeron que no podía mudarme y que nadie me podía ayudar a hacerlo, pero yo sigo viendo pisos por si la desesperación me lleva a atreverme”, dice Helena, que, como el resto de testimonios, pide no identificarse con su apellido.
El estado de alarma en Madrid lo ha paralizado casi todo, también las mudanzas. Los servicios de cambio de residencia no se encuentran regulados en ninguna de las excepciones previstas en el Real Decreto 463/2020 por el que se declara el estado de alarma, ni en el Real Decreto Ley 10/2020, cuyo anexo establece excepciones a las restricciones de circulación de personas. Solo se contempla una posibilidad: mudanzas urgentes en las que la persona que se mueve puede presentar documentos que justifican el traslado como, por ejemplo, la finalización de un anterior contrato de alquiler. En ningún caso se contempla la posibilidad de que las personas puedan acudir físicamente a visitar ningún piso.
Esto ha obligado a las inmobiliarias o bien a realizar estas visitas a través de videollamadas o bien a saltarse la ley, una actitud que puede acarrear multas de entre 600 y 1.500 euros para las personas que se salten el confinamiento.
Gabriel, de 30 años, vive en Parla con sus padres, pero compró una vivienda sobre planos en 2018 que ha ido pagando con una hipoteca. “Hoy me han hecho la entrega de llaves oficial de mi nuevo piso”, cuenta mientras vuelve en el tren tras visitar su nueva vivienda en Madrid, que por ahora está vacía. “Me han dicho que puedo mudarme cuando quiera, pero me preocupa que no me instalen internet rápido, y lo necesito para teletrabajar”, afirma Gabriel, que asegura que tiene vecinos que se han mudado durante el confinamiento.
La Policía Municipal, por ahora, no ha detectado este tipo de comportamiento, según un portavoz. “Está prohibido salir para ir a ver un piso con una inmobiliaria durante el estado de alarma”, advierten.
No es difícil encontrar portales en internet en donde se venden o alquilan pisos y se ofrecen visitas guiadas sin compromiso, como pudo comprobar este martes EL PAÍS con cinco inmobiliarias con varios anuncios disponibles en el centro de Madrid. La mayoría de estas ofertas vienen con importantes descuentos en la renta y en muchas se indica al posible inquilino que el alquiler sería solo hasta septiembre o que entonces se acabaría la “oferta” en el precio. Se trata, en muchos casos, de pisos turísticos que la pandemia ha reconvertido en pisos de alquiler, según explican fuentes del sector. Los movimientos que hagan estos y otros miles de propietarios en Madrid -hay entre 10.000 y 15.000 pisos turísticos- podrían suponer una una sacudida al mercado del alquiler tras años de “turistificación” del centro aunque por ahora los dueños de pisos en Airbnb o Booking en Madrid no han dado un salto masivo al mercado del alquiler. De ahí que haya anuncio en los que indican que el rebajado es un precio solo para los próximos meses.
El anuncio de uno de los inmuebles de Madrid que ha bajado el precio durante el estado de alarma, un céntrico piso de 45 metros cuadrados ahora por 1.400 euros (un 38% menos), indica: “A partir del 1 de septiembre el precio pasa de nuevo a ser de 2.250 al mes”. Y añade que “el arrendatario deberá garantizar que el desplazamiento o traslado está debidamente justificado por razones laborales o profesionales y que cumple con lo dispuesto en el RD 463/2020 por el que se declara el estado de alarma". En ninguna de las llamadas telefónicas realizadas a los anunciantes se preguntó si era un traslado o desplazamiento justificado en el real decreto. En una de ellas sí indicaron que si la mudanza se realizaba con una empresa, se necesitaba un justificante.
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