El flautista de la ventana y su fiel espectadora
El relato en las redes sociales “está muy romantizado”, afirman ambos
Todos los días después de los aplausos de las ocho de la tarde, Alberto Rodríguez sale a su ventana en Pinto, Madrid, a tocar la flauta travesera. “Intento compartir un poco de lo que sé hacer con el resto de la gente porque creo que la música te puede subir el ánimo o variar la rutina de tu día”, explica el joven madrileño de 21 años. A veces sus pequeños conciertos tienen mucho público, otras veces menos, pero hay una espectadora que nunca falla. “Es la más fiel, desde luego”, asegura.
Cada tarde,tras los aplausos sanitarios,este chico que vive en el edificio de entrente sale a la ventana con la flauta travesera. Su única espectadora,una chica.Hablan entre canción y canción.Parece que él toca para ella y,la verdad es que desde que ella se asoma él toca mejor. pic.twitter.com/v5OHunX2z5
— Ibon Pérez (@ibonpereztv) April 7, 2020
La oyente incondicional se llama Laura López, tiene 30 años y vive en el edificio de al lado. “Yo ya lo espero todos los días deseosa, es la diversión del día”, comenta riendo. Alberto intenta que los vecinos conozcan las canciones que toca “para no ser pesado” y cada tarde les pide recomendaciones. “Si te toco una serenata, pues bueno, es bonito, pero a lo mejor les gusta más que toque la banda sonora de una película conocida o una canción de Disney”, dice. Así es como empezó a hablar con Laura. “Pidió alguna sugerencia y solamente grité yo. Le dije que tocase el Bella Ciao y me dijo, ‘espera un momento’. Se metió para dentro, cogió la partitura y la empezó a tocar”, cuenta la joven.
Su historia se ha vuelto viral después de que Ibon Pérez, un vecino de la zona, hiciese un hilo en Twitter explicando la escena que veía cada tarde. Miles de usuarios lo compartieron enseguida. Aun así, ambos jóvenes reconocen que el relato en las redes sociales “está muy romantizado” y que, para desilusión de los tuiteros, “no hay nada de eso detrás”.
Aunque viven en el mismo bloque y según Alberto, que vive con su familia, “en Pinto se conoce todo el mundo”, nunca antes habían coincidido. “Es lo que tienen las situaciones excepcionales, que también te dan la oportunidad de conocer a gente nueva”, asegura. “Yo creo que la chica es muy maja y probablemente acabe en contacto con ella. Cuando todo acabe nos podemos tomar unas cervecillas y charlar un rato”. Gracias a las redes, también se han encontrado por Instagram.
Laura está pasando el confinamiento sola, pero reconoce que lo lleva muy bien. “Teletrabajo muchas horas y el resto del tiempo hago deporte, cocino... y a veces intento ponerme con la guitarra, aunque no tengo ni idea”, sostiene. Y quién mejor que el recién descubierto músico del bloque para enseñarle. “Alberto también toca la guitarra, a mí que me dé unas clases”, propone. De momento, ya tienen los teléfonos el uno del otro.
Él ensaya a diario para su actuación. Dice que al principio “estaba de los nervios”, pero con el tiempo se ha acostumbrado a mostrar su música al vecindario. Para ella, escucharlo es un momento imprescindible del día: “Se ha convertido en una tradición. Cuando acabe el confinamiento lo echaré de menos”.
Coronavirus: preguntas y respuestas
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- Así evoluciona la curva del coronavirus en España y en cada autonomía
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Guía de actuación ante la enfermedad
- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad
- Pinche aquí para suscribirse a la newsletter diaria sobre la pandemia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.