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Alumnos chinos en Madrid dejan de ir a clase por el coronavirus

Decenas de padres han enviado cartas a los institutos diciendo que España debería cerrar los colegios siguiendo el ejemplo de China

Vecinos de origen chino en el distrito madrileño de Usera.
Vecinos de origen chino en el distrito madrileño de Usera.Kike Para

Padres de origen chino en Madrid han dejado de llevar a clase a sus hijos para evitar el contagio del coronavirus, siguiendo el ejemplo de su país donde universidades y escuelas llevan semanas cerrados. A los centros escolares están llegando cartas de padres que informan de la decisión de que sus hijos no asistan temporalmente a clases hasta que el riesgo no esté controlado, según ha podido ver este periódico.

“Desde mi punto de vista la forma correcta de frenar todo esto es aislar ciudades y restringir accesos y paralizar colegios y comercios”, dice una carta. “Por ahora la administración pública no ha tomado ninguna medida de protección seria”.

La Asociación de Directores de Instituto de la Comunidad de Madrid (Adimad) dice que han recibido decenas de cartas de este tipo. Es siempre el mismo modelo, con espacios en blanco para rellenar el nombre del alumno. Sospechan que ha sido compartido en las redes sociales por ciudadanos chinos en España. “Desde mi punto de vista, la forma correcta de frenar todo esto es aislar ciudades y restringir accesos y paralizar colegios y comercios”, dice una carta enviada a un colegio vista por este periódico. “Por ahora, la Administración pública no ha tomado ninguna medida de protección seria”.

La decisión es ilegal porque la escolarización es obligatoria, pero los directores no están pensando aún en denunciar a los padres, en parte porque entienden que es una situación extraordinaria producto del miedo. Según Adimad, el 90% de los escolares chinos en los municipios de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, han abandonado las aulas.

China fue el primer país que impuso un cierre total de escuelas. Ha sido seguido por otros 12 países, según una nota de prensa de este miércoles de la Unesco, que estima que 290 millones de niños han dejado de ir a clase por el virus, una alteración educativa sin precedentes. Muchos padres chinos en Madrid creen que las autoridades españolas deberían seguir el ejemplo de China. Beini Qiang, de 33 años, dice que la semana que viene dejará de llevar a su hijo a clase. Muchos conocidos suyos también han tomado esta medida en los últimos días, conforme la situación se ha ido agravando en la región. “La gente tiene que saber que el coronavirus no es una gripe, sino un virus nuevo que está evolucionando. Estamos preocupados por los españoles”, dice Beini.

Changyi Qian, un empresario de Getafe y padre de un niño de cuatro años, dice que cada día evalúa la situación, en conversaciones con otros padres. Su hijo aún va a clase pero dice que no descarta dejar de llevarlo. Él no acude desde hace una semana a su negocio de viajes e importaciones, Inversiones Eurogo. Trabaja desde casa porque así evita exponerse. Amigos suyos de origen chino han decidido volver a su país porque allí se sienten más seguros. Temen que se colapse el sistema sanitario español. “Si esto explota en un mes, España se va a quedar sin camas y sin médicos. Confío en el sistema de sanidad español pero creo que se pueden hacer las cosas de otra forma”, dice Changyi, de 46 años, 30 de ellos en España.

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El pánico de los padres chinos contrasta con la actitud de los españoles. Esteban Álvarez, director del instituto Sierra de Guadarrama en Soto del Real y presidente de Adimad, dice que su centro sigue dando clases con normalidad. Los padres decidieron no cancelar una excursión la semana que viene a Brighton (Reino Unido). Otros institutos de la región de Madrid sí han suspendido sus viajes por Europa.

Los niños chinos en Madrid ya dejaron de ir hace semanas a sus clases particulares de chino, que muchos toman para dominar la lengua paterna. Las escuelas privadas de chino de la región y de Toledo acordaron un cierre temporal a principios de febrero, cuando aún no se conocían casos de la enfermedad en la península Zhang Li, la delegada en España de Hanban, el instituto de promoción lingüística del Gobierno chino, dice que muchos padres creen que sus hijos pueden seguir las clases por videoconferencia en Internet, como están haciendo estos días los alumnos en China. Su centro en Madrid, en el paseo del Pintor Rosales, sigue abierto porque los alumnos españoles no han dejado de asistir. Son unos 60 alumnos que se preparan para los exámenes oficiales. Otros profesores que atienden a estudiantes españoles tampoco han cancelado clases.

Los que han cerrado, como Asia Idiomas (con tres academias en Carabanchel, Usera y Fuenlabrada), han tenido un febrero negro, “con cero ingresos”. Pero no hay mal que por bien no venga. Chema Fernández, el responsable, dice que han descubierto un nuevo mercado gracias a las clases online. De repente, les han llegado alumnos de Portugal, Francia e Italia. “Ante problemas grandes, soluciones grandes. ¡Es el momento de abrirse a nuevos mercados!”, exclama.

22 países han cerrado colegios

La Comunidad de Madrid aconseja a padres y alumnos que sigan su vida normal aunque han pedido tomar ciertas medidas de precaución. El principal consejo es el lavado frecuente de manos con agua y jabón, especialmente después de toser o estornudar. También se recomienda a los jóvenes estudiantes evitar eventos multitudinarios y el transporte público en hora punta. El Gobierno regional envió ayer una circular a los centros educativos con estas medidas de precaución.

Mientras, en algunos países muy afectados por el coronavirus las autoridades han adoptado medidas de extrema precaución como cierres de escuela a nivel nacional o regional. Según la Unesco, la agencia educativa y cultural de Naciones Unidas, 14 países habían impuesto hasta este miércoles una clausura nacional de sus colegios, entre ellos Italia, Japón, China, Irán y Corea del Sur. Otros países han decretado cierres localizados, entre ellos Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.

La Unesco advierte de los severos riesgos para la educación de decretar cierres de escuelas. Entre otras adversidades señala que los padres de menores recursos no tienen otra alternativa que dejar de ir al trabajo para cuidar a sus hijos mientras dura la interrupción de las clases. También recuerdan que se ha observado que las tasas de fracaso escolar aumentan después de períodos de cierre prolongado. “Las escuelas son centros de actividad social e interacción humana. Cuando están cerradas, muchos niños y jóvenes pierden el contacto social que es esencial para su aprendizaje y desarrollo”, remarca la Unesco en una nota de prensa del miércoles.

 

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