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La plantilla de CC OO en Galicia convoca una huelga indefinida: “El sindicato actúa como la empresa más rastrera”

Los trabajadores de la central reclaman una subida de sueldo de entre el 2% y el 3,5% anual de 2020 a 2024. La dirección alega que pondría en riesgo la estabilidad económica de la entidad y los empleos

CCOO Galicia
Nieves Guantes, primera por la derecha, durante la rueda de prensa del comité intercentros de CC OO este martes en A Coruña.ÓSCAR CORRAL
Sonia Vizoso

Los trabajadores de CC OO en Galicia están en pie de guerra contra la dirección del sindicato. Los representantes del medio centenar de empleados de la central, una plantilla de administrativos y técnicos que no incluye ni a los sindicalistas ni a los liberados de la organización, han convocado una huelga indefinida desde el próximo día 23 ante la falta de acuerdo para renovar su convenio colectivo, “congelado desde 2014, tanto en derechos como económicamente”, aducen. Han aprobado la movilización en asamblea con un 95% de apoyo y tras un año de negociación en el que se han sentido “maltratados”. “Pedimos lo que el sindicato está pidiendo para el resto de trabajadores de España”, reprocha Nieves Guantes, presidenta del comité intercentros de CC OO en Galicia. A su juicio, la cúpula de Comisiones Obreras en esta comunidad “está actuando como la empresa más rastrera”.

Guantes explica que para el nuevo convenio colectivo, que abarcaría de 2020 a 2024, reclaman a la dirección gallega del sindicato una “mínima actualización de salarios”, después de “una pérdida de poder adquisitivo brutal”. La subida oscila entre el 2% y el 3,5%, según el año. Es la misma horquilla que CC OO plantea para el resto de trabajadores españoles en 2023 y 2024. Sin embargo, la última oferta de la cúpula sindical, que fue retirada tras la convocatoria de huelga, incluía un incremento nulo en 2020 e inferior a esta franja en 2023 y 2024. “Es a lo que podemos llegar; los ingresos que tenemos son las cuotas [de los afiliados] y están congeladas”, esgrime Xesús Castro, secretario de Institucional del sindicato. Los porcentajes que ha reclamado públicamente CC OO para los trabajadores de las empresas, afirma, es una “recomendación” general de lo que se debe llevar a las mesas de negociación, pero que debe adaptarse a la situación económica de cada sector y compañía.

La plantilla gallega de CC OO defiende que las arcas del sindicato están preparadas para soportar sus demandas. Sus portavoces explican que la organización afrontó “un momento económico delicado” durante la última década, un trance que los trabajadores ayudaron a superar renunciando a mejorar sus sueldos. “Ahora la situación económica es favorable, pero están dedicando el dinero a otras cosas”, como la amortización de deuda o “el pago de obras de 200.000 euros a tocateja”, critica Guantes. Desde la dirección, Castro replica que el incremento de sueldos que exige el personal “atacaría la estabilidad económica y los puestos de trabajo” y “pondría en riesgo el futuro de la organización”. “Subir un 0,5% en cuatro años ya nos pone en números rojos”, asegura. Y defiende que se opta por amortizar deuda para que no les “coman los intereses bancarios”.

Los contactos para renovar el convenio colectivo comenzaron hace justo un año. Se cumplían entonces siete meses de la llegada a la secretaría general de CC OO en Galicia de Amelia Pérez, que asumió el cargo prometiendo “escucha, empatía y trabajo en equipo”. Según el comité intercentros, la negociación incluyó de entrada una “primera falta de respeto”: durante nueve meses, la dirección de la central envió a la mesa a dos trabajadoras “sin poder de negociación ni decisión”, no a directivos. “Esas dos personas son las responsables de Finanzas y Recursos Humanos, no fue una falta de respeto”, responde Castro.

En septiembre, ante la falta de avances, los portavoces de la plantilla pidieron una mediación a la que, para su “sorpresa”, se negaron los responsables del sindicato, incluso pese a que está recogida en la última reforma laboral que apoyó CC OO, subraya Guantes. Castro alega que rechazaron la mediación porque el acuerdo gallego que regula la resolución extrajudicial de estos conflictos laborales aún no se ha adaptado a los cambios y no es obligatoria. Ante el bloqueo que se produjo, tuvo que intervenir el Consejo Gallego de Relaciones Laborales, el organismo autonómico encargado de ayudar al diálogo entre empresas y trabajadores. Fue inútil. Los contactos se rompieron y ahora llega la convocatoria de huelga indefinida, una movilización insólita en la historia de la central, en la que la máxima protesta de los empleados habían sido hasta ahora los paros parciales.

Una protesta “dolorosa”

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En este conflicto laboral hay dos bandos: CC OO, por un lado, y CC OO, por el otro. Además de trabajadores con una media de 20 años de antigüedad, los convocantes del paro son afiliados y delegados del sindicato. Admiten que es una “huelga dolorosa”, a la que se sienten abocados por la actitud de la dirección. “Creemos en Comisiones Obreras, pero no en quien lo gestiona”, subraya Guantes. Ella y sus compañeros en el comité están viviendo una “situación desagradable”. En “una empresa normal”, contarían para su lucha con el apoyo y asesoramiento de los dirigentes del sindicato al que pagan sus cuotas. En este caso, contraponen, “nos critican y cuestionan”.

Los representantes de los trabajadores gallegos cuentan que han pedido ayuda a la dirección estatal de CC OO. En noviembre, enviaron correos electrónicos al secretario general, Unai Sordo, y a todos los miembros de su comisión ejecutiva, pero han recibido “la callada por respuesta”. Se sienten “ninguneados”, “indignados”, y acusan a la dirección gallega de “prepotencia” y “opacidad”. Se quejan de que no tienen acceso a los sueldos que cobra la cúpula del sindicato, ni a información sobre sus dietas o los coches de los que disponen. “No puede ser que pidan para todo el mundo y a nosotros, cero. No lo entiende nadie”, concluye Guantes.

Desde la dirección del sindicato, Castro asegura que los sueldos de la cúpula no se han subido desde 2014 y niega que la organización esté viviendo “un enfrentamiento de clase”. Afirma que la mano sigue “tendida” y que aún es posible parar la huelga que arrancará el lunes. “El único inconveniente es que no podemos asumir una subida salarial como la que piden” los trabajadores, añade. “Lo que les pedimos es que planteen alternativas al salario”.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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