Mónica García: “Necesitamos un millón de votos para que la señora Ayuso haga las maletas”
La líder de Más Madrid reivindica a su partido como “la casa común de los progresistas” e intenta evitar el choque con Podemos, IU y PSOE para lograr “un millón de votos” para cambiar de gobierno
Mónica García (49 años, Madrid) afronta el 28-M enfrentada a una doble batalla: retener el liderazgo de la izquierda frente al PSOE, y luchar por mantener viva la llama de la esperanza frente a unas encuestas que dan unánimemente la victoria a Isabel Díaz Ayuso (PP). Describe a Más Madrid como “la casa común de los progresistas” y pide “un millón de votos” para desalojar a los conservadores del poder. Intenta evitar el choque con Podemos, el partido con el que entró en política, y cuyos dirigentes y fundadores le han criticado abiertamente en campaña. Está preocupada, porque su padre está ingresado en un hospital.
Pregunta. La campaña ha estado llena de roces en la izquierda. ¿Qué le parece que Ione Belarra, líder de Podemos, caricaturice a Más Madrid como una “izquierda cuqui”?
Respuesta. Ese el marco de la señora Ayuso, que nos ha llamado de todo: la izquierda patinete, woke, caviar... ¿Defender la sanidad pública es cuqui? ¿Defender la comida de los mayores en las residencias es cuqui? ¿Defender que bajen los precios de la vivienda y que los jóvenes puedan tener expectativas de vida es cuqui? ¡Pues bienvenido lo cuqui! Pero vamos a dejar de poner adjetivos y a dejar de pisarnos el fregao entre unas y otras opciones [de izquierdas] porque el objetivo es [evitar] que la señora Ayuso, ni sola, ni acompañada [por Vox], gobierne. No quiero volver a ver una consejería de Sanidad dirigida por Ayuso, ni una de Educación dirigida por ella ni por la señora [Rocío] Monasterio [líder de Vox en Madrid].
P. Fundadores de Podemos como Juan Carlos Monedero han criticado su negativa a pactar listas conjuntas con Podemos.
R. Buena suerte a quien elija a Más Madrid como el objetivo. Estoy centrada en Madrid. No voy a tener ni una sola mala palabra para cualquier átomo progresista que quiera darle un vuelco a esta comunidad, a fuerzas progresistas que sé que tienen el mismo objetivo final que yo. Estamos en la recta final. Y una de las máximas del atletismo es que hay que llegar a meta sin mirar atrás o a los lados, porque es cuando pierdes fuerza. Necesitamos un millón de votos para que la señora Ayuso haga las maletas. Y nosotros somos la casa común de los progresistas madrileños, le abrimos la puerta a todo el que quiera unirse para liderar el primer gobierno progresista del siglo XXI, venga de donde venga y haya dicho lo que haya dicho.
P. Más Madrid surge como escisión de Podemos en 2019...
R. Es una cosa nueva, no una escisión.
P. ¿Dificultan los desencuentros personales que produjo esa situación que haya un acuerdo para listas conjuntas a la izquierda del PSOE?
R. Yo no tengo ningún reproche. El diálogo es con los ciudadanos. Es lo que me interesa.
P. ¿No es la división de la izquierda una de las razones por las que el PP gobierna desde 1995? ¿Qué se ha hecho mal?
R. Si hablamos de autocrítica, Más Madrid surge precisamente para enmendar parte de la autocrítica que se le puede hacer a la izquierda en Madrid, que es dar por perdido Madrid. Surgimos para tomarnos en serio Madrid, para dejar de hurtarles a los madrileños el debate sobre Madrid, sobre sus políticas, porque siempre se habla desde Madrid, y queremos que se hable de Madrid. Una segunda autocrítica que nosotros hemos enmendado es considerar a la Comunidad con todo su ecosistema, porque hay un tejido empresarial mucho más rico y diverso que la red clientelar que se ha montado el PP.
P. Aparte de esas diferencias estratégicas, ¿Qué diferencias ideológicas hay que impidan un pacto para tener listas conjuntas?
R. Es que no dar por perdido Madrid es una diferencia sustancial. Sustancia nuestro ADN. Vamos a pelear por Madrid, no nos conformamos con la segunda plaza, tenemos alma de gobierno. Hemos gobernado ya la ciudad de Madrid [lo hizo, en realidad, Ahora Madrid] No es una cuestión solamente de principios y valores. A nosotros nos atraviesa la justicia social, el feminismo, la ecología y la transición ecológica.
P. Seguramente a Podemos y a PSOE también.
R. Fenomenal, pero nosotros no damos por perdido Madrid.
P. ¿Daba por perdido Madrid Podemos en 2021, cuando Pablo Iglesias abandonó La Moncloa para luchar por un gobierno de izquierdas en la región? ¿O ahora? ¿Qué impide pactar?
R. Íbamos a pactar con Podemos en un gobierno de coalición. Hemos llegado a muchísimos acuerdos en la Asamblea de Madrid. Cuando hablamos de los ciudadanos, nos ponemos de acuerdo. El debate tiene que ver con centrarnos en las políticas y no en el si tú, si yo, si ahora somos una marca, otra marca... eso es de lo que estamos agotados en el espacio progresista. Les deseamos toda la suerte del mundo, les respetamos, y nunca hablaremos mal de ninguna fuerza progresista, porque necesitamos cada átomo progresista de la región, necesitamos que cada uno haga su trabajo, y que no nos pisemos el fregao.
P. Usted apoya el proyecto de Sumar para amalgamar a toda la izquierda a la izquierda del PSOE antes de las generales, que es lo que quería hacer Podemos en Madrid. ¿Por qué a escala nacional, sí; y a escala autonómica y municipal, no?
R. No es lo mismo el ecosistema de la Comunidad de Madrid, en el que Más Madrid nos hemos erigido como los únicos que le podemos disputar el Gobierno a la señora Ayuso. Es algo compatible con tener sintonía con Yolanda Díaz, con un proyecto nacional con otras características, y de alguna manera, otros encajes. Partimos de la premisa común de que la política se demuestra trabajando, poniendo en el centro a los ciudadanos.
P. ¿Se ha arrepentido alguna vez de entrar en política?
R. Cuando te metes en política, te lo quieren hacer pagar en penas. Muchas veces en penas personales, en insultos personales, en agravios personales. Esto se le da muy bien al PP y a la señora Ayuso. Yo puedo confrontar con ella ideas, pero nunca voy a hablar de ella personalmente, ni le voy a decir, como ella a mí, que voy ahí [a la Asamblea regional] a hacer terapia, que en mi familia no me aguantan, que si tengo la boca mustia... Hay una parte de la política que te la hacen pagar, pero al final se duerme mejor cuando eres partícipe y te haces corresponsable del prójimo, del devenir, y del futuro. Yo pienso en mis hijos.
P. Lamenta el coste personal. ¿Usted haría campaña como Podemos, señalando al hermano de Díaz Ayuso por cobrar comisiones por surtir de mascarillas a la empresa de un amigo que había firmado un contrato millonario con la Comunidad?
R. No me meto en las estrategias de los otros partidos, cada uno puede hacer lo que quiera. A quien hay que pedirle responsabilidades es a la presidenta y a un partido que considera que esto es un cortijo, y que ha utilizado la contratación pública como una herramienta de chanchullos. Yo prefiero enfrentarle a la señora Ayuso. Ella es la responsable. Su legado es la comisión de su hermano, los protocolos de la vergüenza en las residencias, y la chapuza sanitaria.
Si eres #Taxista de Madrid como yo , piensa que esté personaje se llevó en una comision lo mismo que tus recaudaciones brutas de los próximos 20 años#HayQueEcharlos#SiSePuede28M pic.twitter.com/k1nTOgzflm
— LØRENZØ🚕⚒️📷🔻 (@Lorentx67) May 19, 2023
P. También hay pelea en la izquierda por tener el apoyo de la exalcadesa Manuela Carmena.
R. Hay que respetar a la gente. Su legado es incuestionable, en su visión transformadora de la ciudad, y en su versión amable de la política, que conecta con la gente, y no utiliza todo el rato la polémica. Es el compromiso con la política cotidiana. Ese legado es de todos los madrileños y madrileñas. La pelea por apropiarse del legado es irrespetuosa con su propia persona.
P. ¿A qué se debe que haya cancelado varios mítines durante la campaña?
R. Tengo a mi padre ingresado. Le dio un infarto hace quince días. Es complicado. Pero también me pone en valor las prioridades. Hay que hablar de lo importante. Y cuando tienes a un familiar, a un ser querido, en una situación mala de salud, te das cuenta del valor de la sanidad pública, de sus profesionales y de cuáles son las prioridades en la vida. Ahora mismo, obviamente, mi prioridad es la salud de mi padre. Y eso es trasladable a nuestra prioridad política, arreglar la sanidad pública después de que la señora Ayuso se le haya cargado.
P. ¿En qué sentido se la ha cargado?
R. En el hospital en el que está mi padre, el 53% de la gente es temporal, es eventual. ¡No puede ser!
P. Usted propone acabar la próxima legislatura con 6.000 millones de euros más de inversión en sanidad. ¿Ese dinero de dónde sale?
R. De los milmillonarios. Del impuesto de sucesiones y patrimonio, que hace [con las bonificaciones que hay] que se nos vayan por el sumidero 4.500 millones todos los años.
P. ¿Por qué tenía que dimitir Enrique Ossorio, vicepresidente regional, por beneficiarse de un bono social por familia numerosa, y usted no, cuando también lo hacía?
R. Yo no he insultado a la gente con el que cobra paguitas, ni les he llamado subvencionados y mantenidos, ni he dicho que no veo a los pobres por ningún sitio. Esa dualidad nos diferencia. Ahora bien, no estoy orgullosa de haberlo percibido. No es una política que tenía que haber llegado a gente de mis características. Sí estoy orgullosa de haber renunciado, rectificado y asumido el error. Puedo haber cometido un error en unas declaraciones, en un tuit, pero nunca jamás me van a ver cometer el error de abandonar a los mayores en las residencias, de decir que aquí no hay un millón y medio de madrileños en exclusión social, de criminalizar a la gente de la Cañada Real, o de decir que lo de la comida bazofia de las residencias de mayores, o el cambio climático, es un invento de la izquierda.
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