Ayuso insiste en enfrentarse con Sánchez para desesperación de Gabilondo
La presidenta de Madrid busca el cuerpo a cuerpo con La Moncloa para desviar la atención a su gestión de la pandemia
Ángel Gabilondo se rebeló este domingo ante la dimensión que han tomado las elecciones madrileñas, convertidas en unas minigenerales, y se reivindicó como el candidato del PSOE frente al cuerpo a cuerpo perpetuo que Isabel Díaz Ayuso busca con La Moncloa. “Pedro Sánchez es Pedro Sánchez y yo soy Ángel Gabilondo. Y a estas elecciones me presento yo”, zanjó. Sánchez ignoró a Ayuso en el primer mitin de campaña, en el que instó a la participación, pero eso no hizo variar de estrategia a la presidenta de Madrid. “Cómo no vamos a seguir hablando de Sánchez si es el candidato en Madrid y el que decide las mentiras que decir”, afirmó.
La habilidad que Ayuso está demostrando para imponer el marco en que se juegan las elecciones del 4-M, restando la atención a su gestión, provocó una situación ya de por sí extraordinaria en tiempos de pandemia. La candidata del PP, hasta hace dos años una desconocida con la que Génova obtuvo su peor resultado en el gran bastión de la derecha —con permiso de Galicia y Castilla y León—, forzó a Gabilondo a hacerse valer en sus terceras elecciones como cabeza de cartel del PSOE.
“Ayuso echa las culpas de sus errores a los demás y solo tiene una palabra en su boca: Sánchez. ¿El virus? Sánchez. ¿Toni Cantó? Sánchez. Definitivamente, no puede vivir sin mencionar a Sánchez, ni parece tener más proyecto que la confrontación con el Gobierno de España”, cargó el vencedor de las elecciones de 2019 con 37 escaños, siete más que el PP. Para encontrar un precedente similar había que remontarse más de tres décadas: el PSOE no ganaba las elecciones en Madrid desde 1987.
La candidata a la reelección no se amilanó. “Decía el señor Gabilondo esta misma mañana que solo tengo a Sánchez en la boca. Es Sánchez el que desde África habla de la Comunidad de Madrid, es Sánchez el que miente con las cifras de la pandemia. No es capaz de dar sus cifras auténticas para España, pero sí sabe las de Madrid”, replicó Ayuso en un mitin en Las Rozas. El presidente cuestionó los datos que ofrece el Ejecutivo regional durante su gira de principios de abril por Angola y Senegal. En una conversación informal con periodistas, Sánchez mostró sus dudas por los datos de contagios por covid que la Comunidad notifica diariamente. Madrid es la tercera autonomía con más contagios, la que concentra más fallecidos desde el inicio de la crisis sanitaria y la que sufre la mayor presión hospitalaria. “Sánchez no sabe las vacunas que nos van a dar la semana que viene, pero sí sabe las que vamos a tener en agosto. ¿Pero se creen que la gente es tonta?”, apostilló Ayuso. Ciudadanos arrasó en las últimas autonómicas en la zona escogida de Las Rozas, situada en el Parque Empresarial, para la celebración del acto. Los únicos carteles electorales que se veían eran en su mayoría del PP y algunos de Vox. Del resto de partidos, ni rastro.
“Lo que nos diferencia a Ayuso y a mí es que mi palabra es Madrid”, insistió por su parte Gabilondo en el mitin telemático que compartió con Sánchez en Ferraz. El candidato socialista recordó que la Comunidad afronta la pandemia sin unos presupuestos actualizados —los últimos se aprobaron para 2019 y desde entonces están prorrogados— y, pese a ser la locomotora económica del país, está a la cola en inversión en educación y sanidad pública. “En el primer día de campaña de unas elecciones provocadas por un Gobierno fallido, en esta encrucijada les pido a todos los madrileños progresistas y demócratas que nos movilicemos. Os pido que nos demos esta oportunidad conjuntamente, que lo hagamos por todos nosotros. Os pido que lo hagáis por Madrid”, enfatizó, para poner fin al “proceso de degradación social e institucional, inequidad, corrupción y deriva extremista tras 26 años de gobiernos del PP”.
Mientras Ayuso seguía convirtiendo la confrontación con el Gobierno en una de las señas de identidad de su mandato, Sánchez evitó el choque directo. El presidente la ignoró hasta tal punto que ni siquiera la mencionó. Lo que hizo fue animar a la participación, con especial atención al electorado más joven para impedir que Madrid sea la primera región de la UE con un Gobierno con la ultraderecha dentro o tutelado por ella. “Los progresistas lo tenemos al alcance la mano. Votemos, votemos y votemos para que gane Madrid”, animó al electorado de izquierdas, menos movilizado que el conservador. “El final está más cerca, lo tenemos al doblar la esquina: el 4 de mayo se elige el camino de la recuperación justa o el del Gobierno de la plaza de Colón”, cerró.
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