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Duelo de gobiernos en Madrid

La Puerta del Sol y La Moncloa echan el resto en la campaña que arranca este domingo

Carlos E. Cué
Isabel Díaz Ayuso, acompañada por el presidente del PP, Pablo Casado, este sábado durante un mitin en el centro de Madrid.
Isabel Díaz Ayuso, acompañada por el presidente del PP, Pablo Casado, este sábado durante un mitin en el centro de Madrid.Zipi (EFE)

Son los dos gobiernos más mediáticos y tal vez con más poder del país: La Moncloa y la Puerta del Sol. Tienen enormes diferencias, pero también algunas similitudes: ambos cuentan como jefes de Gabinete con dos gurús electorales: Iván Redondo y Miguel Ángel Rodríguez. Es algo absolutamente atípico: no sucedía en los demás gobiernos autonómicos desde que precisamente Redondo implantó el modelo en Extremadura (cuando asesoraba al PP) hace casi una década, y no había pasado nunca en La Moncloa. Y los dos, desde sus centros de poder, con sus despachos cercanos a los líderes, dirigen las campañas del PSOE y del PP y enfrentan sus estrategias para la gran batalla política del año: las elecciones de Madrid. Este domingo arranca oficialmente una campaña que en realidad comenzó hace meses, cuando Rodríguez llegó a la Puerta del Sol.

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Ambos conciben la política como una campaña permanente en la que todo tiene efecto electoral, y ambos exhiben su gestión —Sánchez la vacunación y el plan de recuperación para sacar a España de la crisis, Ayuso su polémica decisión de no cerrar nunca bares y restaurantes— como gran reclamo de campaña.

En la Puerta del Sol están encantados con este reto de enfrentarse a Sánchez y su equipo electoral, encabezado por Redondo y Francisco Salazar, su mano derecha, que ya dirigieron la campaña de Salvador Illa en Cataluña y ahora controlan la de Ángel Gabilondo. “Sánchez es mi rival sin ninguna duda. Somos una comunidad incómoda para su proyecto socialista”, clamó Ayuso este sábado en Antena 3. En La Moncloa no están tan contentos con esa imagen de choque entre gobiernos, y señalan que Redondo no se la juega aquí, que sus elecciones de verdad son las generales y en estas se limita a ayudar a Gabilondo.

Pero varias fuentes socialistas admiten que Sánchez ha decidido bajar al barro de Ayuso porque sabe que la partida está muy difícil —la derecha es clarísima favorita— y la única manera de lograr una gran movilización es poniendo en juego lo mejor que tienen. Y eso es, desde el punto de vista electoral, el propio presidente.

Incluso en Madrid, donde el rechazo a Sánchez es mucho más fuerte que en otras comunidades —de hecho Ayuso ha conseguido aglutinar el antisanchismo en su candidatura y eso explica parte de su éxito, admiten incluso los socialistas—, la imagen de marca del presidente está por encima de la de su propio partido, el PSOE.

“Si lo sacamos [a Sánchez] nos dicen que entramos en la trampa de Ayuso. Pero si no lo hubiéramos sacado nos dirían que damos por perdidas las elecciones. Y no es nuestro estilo. Nos gusta arriesgar. Y vamos a dar la batalla porque está muy difícil. Pero la derecha ya ha movilizado a todo lo que tenía, ahora es la izquierda la que puede crecer”, señalan desde el Gobierno central.

Sánchez no solo ha entrado al choque directo con Ayuso. No solo ha puesto a Redondo a lograr esta “misión imposible”, como la llaman en La Moncloa: recuperar Madrid para la izquierda después de 26 años. Además, ha colocado a Reyes Maroto, la ministra de Industria, como figura económica de un posible Gobierno de Gabilondo. Es el mismo esquema que usó en Cataluña, donde puso al principal gestor de la pandemia, Illa, como candidato.

La estrategia básica de la campaña socialista, que era captar voto de Ciudadanos, no está funcionando, según las encuestas. No hay apenas trasvase: todo se va al PP. Y ya hay críticas internas en el PSOE por la decisión de centrar todo el foco en ese voto —con mensajes claros como el de “con este Iglesias no”— en vez de buscar una gran movilización de la izquierda. En la recta final, se centrarán en esto último.

Mientras, esta batalla Sánchez-Ayuso ha dejado en un segundo plano, al menos de momento, a Pablo Iglesias. Él imaginó un gran choque con Ayuso pero ella se centra en Sánchez. La campaña de verdad, en cualquier caso, empieza ahora, con un debate clave el miércoles en el que Sánchez ya no estará y sí los candidatos, Iglesias incluido, el gran especialista en este formato.

Más Madrid es otra de las grandes sorpresas. No solo aguanta el embate de Iglesias, según los sondeos, sino que puede pescar también en el PSOE. Los socialistas dicen que Gabilondo tiene un suelo firme, pero admiten que hasta que empezó la campaña estaba muy desaparecido y eso le pesa. Mientras, Cs se deshace lejos del 5%, según los datos que manejan los partidos, y Vox se salva de esa quema tras la entrada de Santiago Abascal en campaña. Solo una caída de Vox por debajo del 5% daría posibilidades a la izquierda, pero ahora parece improbable.

Quedan dos semanas. “En las campañas siempre pasan cosas”, repiten esperanzados en La Moncloa. En el PP replican con sorna: “Nos lo están poniendo muy fácil: Gabilondo no tocará los impuestos, dice que no habría cerrado bares, solo falta que se apunte a la lista de Ayuso en lugar de Cantó”.

Parece que está todo listo para una gran victoria de Ayuso. Pero nadie se rinde. Una gran movilización de la izquierda podría forzar un vuelco. La Moncloa y la Puerta del Sol jugarán hasta el final la mejor baza que tienen: sus gobiernos, que están en campaña.

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