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Feijóo y Abascal se reunieron en privado tras las elecciones del 23-J

El PP enmarca el encuentro en sus contactos “con otros partidos”, pero Vox ya no pone condiciones para apoyar la investidura del candidato popular

Feijóo y Abascal se reunieron en privado tras las elecciones del 23-J.
Feijóo y Abascal, en los actos de conmemoración del 12 de octubre del año pasado en Madrid.Rodrigo Jiménez (EFE)

Mientras Vox culpa públicamente al PP de haber provocado con sus mensajes de campaña que el bloque de la derecha no sumase el 23-J una mayoría suficiente para poder gobernar, sus líderes aproximan posturas en privado. Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo se reunieron la semana pasada después de la cita en las urnas, según han revelado fuentes de Vox y ha confirmado este periódico con fuentes de la dirección popular. Desde el partido ultra han apuntado a que el encuentro entre ambos dirigentes se desarrolló en el marco de las relaciones “cordiales” establecidas por Abascal con Feijóo desde que este tomó las riendas del PP, en abril del año pasado. En el Partido Popular se remiten a las declaraciones del líder popular, que tras la reunión de la Junta Directiva Nacional, el lunes pasado, “ya dijo que había mantenido contacto con otros partidos”. Pero, hasta ahora, solo se había informado de la conversación telefónica que mantuvieron ambos al día siguiente de las elecciones.

En el PP quieren acelerar las conversaciones con otras formaciones cuanto antes. Feijóo pretende presentar su candidatura a la presidencia del Gobierno en la ronda de contactos con el Rey —después de la constitución de las Cortes, el próximo día 17 de agosto—, y necesita del mayor respaldo posible. En su juego de equilibrios para entenderse con unos y con otros, el líder popular urgió este domingo a Pedro Sánchez, presidente en funciones, a celebrar una reunión ya esta semana para negociar su investidura. Algo que no ha sentado bien a su socio preferente. “A lo largo de la campaña ha dicho: nuestro objetivo es derogar el sanchismo, hablaré con el PSOE sin Sánchez. Y lo primero que hace es escribirle una carta a Pedro Sánchez pidiéndole un gran acuerdo”, ha censurado el vicepresidente de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé. “Creo que es un gravísimo error. Y el señor Sánchez se ha comportado como es él, un sociópata arrogante”, ha remachado el dirigente ultra en una rueda de prensa en la que se impidió la entrada a EL PAÍS, aunque se había acreditado y el aforo no estaba completo.

A pesar de que Buxadé repitió las críticas al PP que Vox viene desgranando desde el 23-J, para justificar su propia pérdida de 19 escaños, introdujo un cambio muy significativo. “Nosotros no vamos a ser un obstáculo para un gobierno que evite que entre un gobierno de destrucción nacional”, dijo. Esta misma frase ya la habían pronunciado el líder del partido, Santiago Abascal, y su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, la semana pasada, pero entonces le pusieron una condición: que Alberto Núñez Feijóo convenciera a cuatro o cinco diputados socialistas para que le apoyaran. Y también marcaron una línea roja: que entre los apoyos a la hipotética investidura del candidato del PP no estuviera el PNV.

Cesión de votos

Ambas hipótesis parecen hoy imposibles: ni Feijóo ha encontrado diputados socialistas díscolos dispuestos a apoyarle ni el PNV se ha querido sentar a negociar con él. En esta situación, y tras la entrevista entre Feijóo y Abascal, este último parece dispuesto a entregarle sus votos para una investidura fallida sin pedir nada a cambio. O casi nada: Vox espera que el PP le preste algunos de sus escaños para estar presente en la nueva Mesa del Congreso que será elegida el día 17. En la pasada legislatura, el diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro accedió a la vicepresidencia cuarta del Congreso con los 52 escaños de su grupo, mientras que el PP cedió votos a Ciudadanos, que finalmente se quedó fuera de la mesa. Ahora, los 33 escaños de Vox podrían ser insuficientes para garantizarle un puesto en la Mesa si el PSOE se pone de acuerdo con otros grupos y el PP no le respalda. Además, las negociaciones entre PP y Vox para constituir los gobiernos de Murcia y Aragón siguen bloqueadas; lo que explica que, pese a las críticas cruzadas entre ambos partidos por el fiasco electoral, empiece a imponerse el pragmatismo.

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A Feijóo se le van agotando las opciones —ya de por sí escasas tras el escrutinio del 23-J—, de aglutinar una mayoría suficiente para ser investido. Tras la respuesta de Sánchez también por carta, en la que rechazó de plano encontrarse con el líder del PP antes de que se constituyan las Cortes, el presidente en funciones ha publicado hoy un vídeo en el que anuncia que buscará una mayoría parlamentaria en el Congreso tras el 17 de agosto. El tiempo corre a la contra de Feijóo y a las hojas del calendario se suman ahora las aspiraciones de Sánchez de concurrir a la investidura, ratificadas por él mismo. El presidente en funciones cuenta, a priori, con más enteros que Feijóo para alcanzar una mayoría simple, aunque requiere del voto a favor de Junts, no garantizado de momento.

Tres horas después de la publicación del vídeo de Sánchez, Feijóo ha publicado un tuit en respuesta velada al presidente en funciones. “Como ganador de las elecciones, mi deber es escuchar al resto de partidos. No voy a aceptar en ningún caso que se pretenda convertir en minoría a la mitad de los españoles. Marginar a millones de ciudadanos no es conformar mayorías, sino dividir el país”, ha afirmado el líder del PP a través de la red social. En el bloque de la derecha, Feijóo cuenta con sus 137 escaños, más los 33 diputados de Vox y el de UPN, que en el Partido Popular dan por descontados. Sobre las conversaciones con las otras fuerzas, la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra, había afirmado a primera hora de la mañana que el PP estará “al pie del cañón” y trabajará con el objetivo de “liderar” la investidura, pero que no tenía “nada que trasladar” respecto a más contactos con Vox. “Cuando haya algo que trasladar, lo haremos con absoluta transparencia”, ha remachado Gamarra. La formación ultra ha desvelado después el encuentro entre Abascal y Feijóo. Fuentes de la dirección popular asumen en privado, sin embargo, que hasta el 17 de agosto todo está “muy paralizado”.

Otro problema añadido para Feijóo es diseñar su propia calculadora de pactos con fuerzas políticas encontradas. El día siguiente de las elecciones, el secretario general del partido ultra, Ignacio Garriga, descartó la posibilidad de que los diputados de Vox pudieran unir sus votos a los del PNV para hacer presidente a Feijóo. “No puede haber un voto patriótico al lado del PNV. Jamás. Es imposible”, enfatizó, tras recordar que los estatutos de Vox le prohíben cualquier tipo de acuerdo “con los partidos separatistas”, como además confirman fuentes del partido ultra. Del otro lado, el presidente de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Javier Esparza, ha sostenido este lunes que es “legítimo” que el candidato del PP se presente a una investidura “porque ha ganado las elecciones”, pero ha matizado que “la realidad política es otra” y no va a ser presidente del Gobierno en “ninguno de los escenarios”. “No se puede estar engañando a la gente”. ha añadido.

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