Garzón apuesta por reforzar Sumar como espacio “autonómo y diferenciado” del PSOE
El coordinador federal de Izquierda Unida aboga por convertir la plataforma de Yolanda Díaz en referente de la “izquierda transformadora europea”
Tan solo cinco días después de las elecciones generales, Izquierda Unida hace balance de la campaña y mira al futuro. Su coordinador federal, Alberto Garzón, quien decidió dar un paso atrás en junio y no repetir en listas, apuesta por reforzar Sumar como un espacio “autonómo y diferenciado” del PSOE los próximos años, así como hacer de la plataforma que lidera Yolanda Díaz la “referencia de la izquierda transformadora europea”. El informe político al que ha tenido acceso EL PAÍS y que el ministro de Consumo presentará este viernes ante el órgano de dirección de IU reconoce que ni el proceso ni el resultado de las negociaciones para configurar la coalición fueron “el mejor de los posibles” y que existen algunas “dificultades internas”, pero ante un contexto que califica de “tormenta perfecta”, Garzón hace una lectura distinta a la de Podemos y considera que los resultadoss de Sumar han sido “cualitativamente buenos”.
El pacto histórico entre 16 formaciones a la izquierda del PSOE, ecologistas y de ámbito regional logró en las elecciones del pasado domingo 31 escaños, siete menos que los obtenidos por todos los partidos del bloque en 2019, pero en un momento diferente, tras una legislatura “muy difícil”, destaca el ministro, y con el batacazo de las autonómicas y municipales reciente.
El apoyo al bipartidismo subió en estos comicios en 15,5 puntos, subraya Garzón, que explica ese incremento en la llamada al voto útil. “Cuando se está en empate técnico y se trata de ganar a los enemigos, una parte del electorado opta por la opción mejor situada para dicho propósito. Así pues, una de las tareas de Sumar será la de reforzar la autonomía del espacio político, mimando los atributos diferenciadores respecto al PSOE”, concluye el líder de IU, quien refrenda el compromiso de su formación por trabajar “para que se conforme en España un nuevo Gobierno de coalición progresista que se apoye en el bloque plurinacional”. Ahora mismo, PSOE y la coalición de Díaz tiene solo 153 escaños y la mayoría de investidura depende de fuerzas nacionalista e independentistas, como Junts.“Nuestro país necesita que se acometan reformas democratizadoras de calado de manera impostergable”, añade antes de defender traducir la “voluntad popular” en una “nueva correlación de fuerzas dentro del Estado” y ser capaces de transformar la “movilización histórica” de la ciudadanía progresista en “avances profundos y ambiciosos”.
A pocos meses de las elecciones al parlamento Europeo, frente a un continente con la extrema derecha en auge y su entrada últimamente en los gobiernos de Finlandia e Italia, Garzón defiende que Sumar ha de configurarse como un espacio político “amplio, diverso y democrático, capaz de erigirse como la referencia de la izquierda transformadora europea” e “influyente” en espacios comunitarios como la Representación Permanente española ante la Unión Europea y el proceso de elección del próximo Colegio de Comisarios, señala. Las generales, concluye, generaron “mucha expectación en Europa” coincidiendo con la presidencia española del Consejo de la UE y cree que han lanzado un “mensaje nítido”, el de que España es una “feliz anomalía europea”, describe.
En el apartado de críticas, Garzón reconoce que tras el adelanto electoral decidido por Pedro Sánchez las negociaciones se saldaron con un pacto “en tiempo récord” , pero concede: “Ni el proceso ni el resultado fueron el mejor de los posibles a nuestro juicio, pero debemos partir del reconocimiento de estas dificultades” (en referencia a las crisis durante la legislatura y al 28-M). El líder de IU afirma que la convocatoria los “pilló con los deberes por hacer”, aunque por otra parte, añade, “obligó a terminar de una vez con las tiranteces internas” para llegar a un acuerdo. Entre las complicaciones de Sumar para afrontar una campaña que según el ministro se desarrolló en “dos fases” y fue un doble referéndum —primero sobre Sánchez, luego sobre Alberto Núñez Feijóo—, enumera la “debilidad del posicionamiento estructural desde hace años del espacio”, los “graves problemas” que arrastraba Unidas Podemos después de desaparecer en algunos territorios en mayo o una campaña de “corte plebiscitario que apelaba al voto útil”.
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