Sánchez asegura que hay líderes europeos “contrariados” por la “involución” que implican los pactos del PP con Vox

Los pactos entre el PP y Vox y la posibilidad de que se produzca un giro a la derecha en España que cambiaría los equilibrios dentro de la UE —porque otro de los cuatro países grandes, después de Italia, quedaría en manos de los conservadores— han llegado hasta Bruselas. Primero fue con Alberto Núñez Feijóo, que el jueves estuvo en la capital comunitaria y aseguró que ninguno de sus colegas del Partido Popular Europeo (PPE) le había expresado ninguna inquietud por esos acuerdos, y este viernes ha sido Pedro Sánchez, que ha dicho exactamente lo contrario. Según el presidente del Gobierno, varios líderes europeos —no ha querido decir cuáles ni de qué corriente ideológica— le han trasladado durante estos dos días en Bruselas que están “contrariados” al ver las noticias que llegan de España sobre la retirada de la bandera arcoíris en algunos ayuntamientos gobernados por el PP y Vox y otras decisiones polémicas.

Sánchez ha recordado que España es un referente en estas cuestiones —fue uno de los primeros países en legalizar el matrimonio entre homosexuales, algo que Italia aún no ha hecho, por ejemplo— y ha afirmado que ahora está sorprendiendo mucho en Bruselas que lleguen noticias en sentido contrario. “Vemos que donde gobierna el PP con la ultraderecha hay un recorte obsceno de derechos. Quitar una bandera arcoíris es quitar derechos. No es solo quitar una bandera, es no reconocer unos derechos que están aprobados. Causa sonrojo. En Bruselas he tenido conversaciones con distintos líderes que están sorprendidos y contrariados con la involución en debates donde España, hasta el 28 de mayo, era un ejemplo y ahora están siendo un contraejemplo”, ha dicho el presidente.

La campaña electoral se ha trasladado, pues, durante unas horas a Bruselas: ayer con Feijóo y hoy con Sánchez. Y ambos tratan de llevar el debate al terreno que más les conviene. Feijóo quiere trasladar la idea de que él es un dirigente europeísta, líder de un partido que está en el corazón del PPE —es uno de los más grandes, y ha tenido durante muchos años la secretaría general— y que en ningún caso va a tomar ninguna decisión que ponga en riesgo los fondos europeos; mientras, Sánchez insiste en que, si Feijóo cumple con su palabra y “deroga el sanchismo” (esto es, las principales reformas legales impulsadas en los últimos años), Bruselas no entregará el dinero vinculado a esas reformas. Por eso, dice el presidente, Feijóo apoya ahora la reforma laboral que el PP intentó tumbar en 2022.

El líder del PP sabe, además, que en el PPE las cosas están cambiando y ahora no hay la misma resistencia que antes a pactar con la extrema derecha, y por eso insiste en que nadie se inquieta por eso en Bruselas. Sin embargo, Sánchez cree que este asunto es el que más está complicando la campaña del PP en España, donde aún hay mucho rechazo a Vox, y por eso ha insistido en ello en la rueda de prensa tras la cumbre.

“En Extremadura ha ocurrido lo que sabíamos que iba a ocurrir. Ya sabemos que donde puedan, gobernarán. Y sabemos que donde haya coalición PP-Vox ese territorio va a retroceder. Todos debemos tomar nota”, ha señalado el presidente. Sánchez cree que esta realidad activará a los votantes de izquierda que en las municipales se quedaron en casa. “Se está produciendo una clarificación sobre el escenario político”, ha proseguido. “El 28-M hubo una hipermovilización del electorado de PP y Vox, y el PSOE retrocedió 400.000 votos por una desmovilización. Después de 28 de mayo, dos informaciones nuevas: primero, que, si suman, PP y Vox gobernarán juntos; y dos, que a la izquierda del PSOE ahora hay un único proyecto con Yolanda Díaz al frente, y no una dispersión. Vamos a dos opciones: un Gobierno de coalición ultraderechista con PP y Vox o un Gobierno progresista de PSOE y Sumar”. El líder socialista insiste en diferenciar sus pactos con Unidas Podemos, ERC o EH Bildu de los que mantiene el PP con Vox: “Una cosa es pactar para retroceder en derechos y otra para avanzar en derechos”, ha zanjado.

Sánchez también ha bromeado con lo que dijo el día anterior en Bruselas Feijóo, esto es, que le parece que la reforma laboral que el PP tanto criticó es “sustancialmente buena”. “Hoy el PP se acuerda del diputado [Alberto] Casero, que nos apoyó fortuitamente”, se ha reído el presidente. “Ahora Feijóo reconoce que fue una buena reforma laboral. Es curioso que pasen de derogar el sanchismo a que la reforma laboral sanchista es buena”.

El presidente también ha entrado en la cuestión de la migración, un asunto muy sensible en Europa y contra el que Vox hace bandera en España, aunque de momento no es uno de los ejes de la campaña. El presidente ha criticado sin citarlos a aliados de Vox como el húngaro Viktor Orban y el polaco Mateusz Morawiecki, que ha bloqueado las conclusiones de la cumbre porque no aceptaban un párrafo en el que se apostaba por la colaboración con los países de origen para intentar frenar la migración. “Era una mención light”, resumió Sánchez. “En las conclusiones no estábamos hablando de la cuestión interior, sino de la exterior, donde hay mucho más acuerdo. Negar que la mejor manera de resolver la migración es reforzar la cooperación entre países de tránsito es absurdo. En cinco o seis horas no me ha dejado de sorprender la ceguera de algunos en no querer incorporar la visión exterior”, remató al hablar de este tema “especialmente sensible”. Sánchez reivindica la política española, que gracias a acuerdos con Marruecos, Mauritania y Senegal “ha logrado que cayera la inmigración irregular en la ruta occidental”.