La última batalla por el escaño de Alberto Rodríguez

Alberto Rodríguez volverá a pelear por un escaño en las generales del 23 de julio. El coportavoz de Drago Canarias y ex número tres de Podemos, a quien la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, retiró el acta de diputado en octubre de 2021 en una polémica interpretación de la sentencia condenatoria del Supremo por dar una patada a un policía en una manifestación en 2014, será finalmente el cabeza de lista de Sumar, la coalición impulsada por la vicepresidenta Yolanda Díaz, por Santa Cruz de Tenerife. Después de meses de batalla en los tribunales, si en las elecciones se repiten los resultados obtenidos en 2019, Rodríguez volverá a la Cámara baja por la vía más directa: el resultado que salga de las urnas. En paralelo, los dos recursos del exparlamentario canario siguen pendientes en el Tribunal Constitucional casi año y medio después de su presentación, una lucha sostenida en el tiempo también en el plano político, con su asiento vacío en el hemiciclo como denuncia de la situación.

Hace ya casi un año y ocho meses que la presidenta del Congreso resolvió la retirada del acta de Rodríguez. Semanas antes, el Tribunal Supremo le había impuesto una pena de 45 días de cárcel —sustituida por una multa— e inhabilitación para el derecho al sufragio pasivo. Aquel mismo 22 de octubre, la formación dirigida por la ministra Ione Belarra anunciaba una querella contra Batet por prevaricación que finalmente nunca llegó a presentar. Al día siguiente y en pleno cruce de acusaciones entre los dos socios de la coalición por lo sucedido, Rodríguez llegaba a Tenerife y anunciaba en el aeropuerto que dejaba el partido del que hasta pocos meses antes había sido responsable de Organización. La tensión con Podemos fue evidente algún tiempo después, cuando Rodríguez denunció públicamente que podían haber hecho mucho más por él.

A lo largo de los meses siguientes y junto a un equipo de colaboradores, Rodríguez fue forjando un proyecto propio de “obediencia canaria”, como lo define, con la “defensa del territorio” entre sus principales banderas. Cuando la reconciliación con Podemos parecía imposible, Drago se unió a la alianza de partidos de Íñigo Errejón y junto a formaciones ecologistas presentó su propia candidatura a las municipales y autonómicas del 28 de mayo. La división castigó a la izquierda en esos comicios y Podemos pasó de formar parte del Gobierno del archipiélago a desaparecer de su Parlamento. Pese a la juventud del movimiento de Rodríguez, las dos coaliciones —Drago Verdes Canarias y Unidas Sí Podemos— obtuvieron un número similar de votos y ninguna de ellas logró representación. El exdiputado, que también concurría como candidato a la Alcaldía de La Laguna, sí obtuvo acta de concejal.

La relación del político canario con la vicepresidenta Díaz siempre ha sido cercana —ambos compartían labores en la Comisión de Trabajo del Congreso— y el acuerdo entre Drago y Sumar fue uno de los primeros en cerrarse. El pacto incluía que la formación encabezase las listas de Tenerife, mientras Las Palmas era para Podemos (la cabeza de lista es Noemí Santana). Junto a Rodríguez, en las listas registradas este lunes a última hora de la tarde está como número dos la politóloga Carmen Pestano y en el séptimo puesto el activista LGTBI Roy Fernández Galán.

La semana pasada, ya presentada la coalición, trascendió que Rodríguez, técnico superior en Química Ambiental y obrero industrial, ha decidido emprender una aventura alternativa. En un registro radicalmente opuesto al de la política tradicional, el coportavoz de Drago participa como concursante en un nuevo reality show de HBO Max llamado Time Zone. El programa se emitirá a partir del 14 de julio, en plena campaña electoral, y entre otros competidores se medirá a la modelo y Miss Universo España Ángela Ponce, la boxeadora Joana Pastrana o el cantante e influencer Víctor Pérez.

En el plano judicial, los dos recursos que Rodríguez presentó ante el Constitucional asesorado por el despacho de Gonzalo Boye, abogado del expresident Carles Puigdemont, siguen aún hoy en tramitación. Uno de ellos es contra la condena impuesta por el Supremo. El otro impugna la decisión de la presidenta del Congreso de quitarle el escaño. El retraso en la resolución hace que esta vaya a convertirse, en caso de que sea a su favor, únicamente en simbólica, por la imposibilidad de devolverle el acta una vez haya terminado la legislatura. Las opciones del líder de Drago pasan por lograr el escaño con Sumar el próximo 23 de julio.