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Dos nuevos partidos pugnan con Junts por el voto más identitario y de derechas

Los ultras de Aliança Catalana y la plataforma de la exconsejera Clara Ponsatí consiguen los avales para competir contra Junts el 12 de mayo

Puigdemont
Los eurodiputados de Junts Toni Comín, Clara Ponsatí y Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo.OLIVIER HOSLET (EFE)
Marc Rovira

La primavera electoral catalana ha hecho florecer candidaturas de ideología identitaria y ultra que nacen de los esquejes que ha sufrido el independentismo. El partido de extrema derecha Aliança Catalana ha informado que este domingo logró recabar los avales necesarios para poder concurrir a la cita con las urnas del 12 de mayo. La formación, liderada por la alcaldesa de Ripoll (Girona), Sílvia Orriols, concentra todo su argumentario en criticar la inmigración y rechazar el islamismo y se presenta con el lema “Salvemos Cataluña”. También ha logrado los avales Alhora, la plataforma que comanda la exconsejera Clara Ponsatí junto con el filósofo Jordi Graupera. En cambio, se queda fuera de la carrera electoral Solidaritat Catalana, que solo ha sumado 3.543 apoyos para presentar candidatura. Hace dos meses, Solidaritat impulsó una iniciativa legislativa popular (ILP) en el Parlament reclamando una proposición de ley que declare la independencia de Cataluña. La propuesta recibió los votos a favor de Junts y la CUP, la abstención de ERC y el rechazo del PSC. Los letrados de la Cámara advirtieron de que la iniciativa desborda las competencias autonómicas, pero sigue tramitándose en sede parlamentaria.

Este lunes era la fecha límite para presentar las candidaturas a la Junta Electoral. Aquellas formaciones que no cuentan con representación en el Parlament debían aportar cerca de 6.000 firmas de apoyo, un 0,1% del censo, para asegurarse poder participar en la contienda del 12 de mayo. Aliança Catalana informó el domingo que había superado el reto. También ha oficializado su candidatura Alhora. La lista la comanda Clara Ponsatí, exconsejera de Educación en el Govern de Carles Puigdemont y actual eurodiputada de Junts. La afinidad con el expresident vivió tiempos mejores, y Ponsatí se presenta enarbolando la idea que el único independentismo factible es el que confronta abiertamente con el Gobierno. “Dentro de Junts per Catalunya hay gente que quiere hacer una política más conciliadora con el Estado español, y hasta ahora esa idea no se había impuesto”, declaró la exconsejera el pasado noviembre.

Ella misma admite que su tono es “brusco” y mantiene un argumentario marcadamente identitario que propugna “la catalanización de la migración”. Jordi Graupera, ideólogo de la formación, urge a ser “talibanes” de la lengua catalana. Ha acusado a una de las candidatas a ser cabeza de lista por la CUP de representar al “españolismo cultural”. Alhora ha difundido que cuenta con el respaldo de varios representantes del sector cultural catalán, como el músico Roger Mas o los escritores Carlota Gurt y Narcís Comadira, y este lunes hizo público que el número 10 de la lista será Joel Joan, actor cómico que ha popularizado la proclama “Puta España”.

Los vínculos que ha tenido Ponsatí con JxCat, y el desencanto de una parte del electorado independentista con Puigdemont tras haber pactado con el PSOE y tenido conversaciones con el PP, alimentan las dudas sobre qué efectos puede tener para Junts la entrada en escena de Alhora. “No nos preocupa para nada”, informa una fuente cercana a la dirección de Junts per Catalunya. Existe la convicción de que Ponsatí se quedará sin escaño. Una representación que, según algunas encuestas internas que tienen los partidos, sí puede obtener Aliança Catalana. La teoría que barajan los asesores de Junts es que las soflamas patrióticas de Orriols lo mismo pueden servir para captar a votantes deshechizados de Puigdemont como seducir a un sector del electorado de la CUP. La clave, señalan, está en la participación. Una alta abstención facilitaría la irrupción de Aliança Catalana en el Parlament.

“Junts nos copia el discurso y Vox el eslogan”, ha manifestado la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols. Sus tesis contra la inmigración son el principal ariete para irrumpir de golpe y porrazo en la campaña electoral catalana. Tras las elecciones municipales del año pasado, Aliança Catalana logró hacerse con la alcaldía de Ripoll al descolgarse Junts per Catalunya de un pacto a cuatro, con ERC, PSC y la CUP, que pretendía cerrarle la puerta a la extrema derecha. Entonces, Laura Borràs, presidenta de Junts, se posicionó en contra de un veto al partido ultra. “Yo no soy partidaria. Pienso que si defiendo que contradecir la voluntad popular cuando nos perjudica no es correcto, hacerlo cuando nos favorece, tampoco”. Más tarde, Borràs matizó su postura asegurando que “siempre” ha combatido a la extrema derecha, pero añadiendo que la estrategia de no dejar gobernar a la lista más votada solo agrava el problema. Sobre qué papel puede jugar Aliança Catalana si entra en el Parlament y si habrá posibilidades de pactos con el independentismo, el entorno de Puigdemont se limita a señalar que no va a aceptar lecciones de nadie, en este sentido.

Esquerra Republicana, a través de su portavoz Raquel Sans, manifestó este lunes que no hay opciones de llegar a un acuerdo con los ultras: “Con la extrema derecha nunca, lo mismo que lleven la estelada [bandera independentista catalana] o cualquier otra bandera”. Orriols ha apuntado que el intento de aislamiento que propone ERC con Aliança Catalana es por “miedo”. “Toda la partitocracia que hace años que vive del cuento está temblando”, subrayó la líder de la formación ultra. Ella misma publicó en las redes sociales una profecía, al dar a conocer que tenía los avales asegurados: “La partida ha comenzado”.

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