Los partidos que apoyan a Yolanda Díaz hacen valer su peso en Sumar

El futuro del espacio a la izquierda del PSOE sigue en el aire. A ocho días de que termine el plazo para el registro de coaliciones que concurrirán a las elecciones generales del 23 de julio, los ministros despejan sus agendas y el equipo de Sumar blinda unas negociaciones especialmente delicadas. El encaje del puzle es complejo. Yolanda Díaz deberá construir en tiempo récord un acuerdo que concilie los intereses de en torno a una quincena de partidos cuyo entendimiento es imprescindible, al menos, para salir a dar la batalla. Nada está hecho y cada día que pasa, los actores van poniendo en negro sobre blanco sus exigencias. El último en hacerlo de forma más o menos pública fue Compromís, que a última hora del martes pedía liderar una papeleta en la Comunidad Valenciana para la que fuentes del partido exigen también una marca propia y, a priori, sin gran presencia de Podemos. Las condiciones han indignado este miércoles a la cúpula de la formación. El exvicepresidente Pablo Iglesias, una figura aún con una enorme influencia sobre la ejecutiva, trasladó en TV3 la presión a Díaz: “La responsabilidad que tiene el líder es el 90%”.

Rodeada de periodistas, en su primera aparición pública desde las elecciones del 28-M, la líder de Sumar evitó informar este miércoles sobre el curso de las negociaciones. “Hay muchos demócratas y personas progresistas hoy desanimadas y preocupadas en nuestro país. Les mando un mensaje claro, de esperanza y de confianza. Asumo el reto y salimos a ganar el país. España nos está esperando”, apremió Díaz a su llegada a la presentación de un libro en el centro de Madrid.

Los contactos se retomaron el lunes y distintas organizaciones han ido mostrando desde entonces adhesiones. Lo hicieron Izquierda Unida, Más Madrid, Más País, o los ecologistas Verdes Equo y Alianza Verde. El último en hablar ha sido el partido cuya candidatura a las Cortes lideraba el domingo el exdiputado Joan Baldoví. “Compromís existía antes del 15-M, somos una realidad, tenemos militancia, estructura y el aval de 350.000 votos”. Son los argumentos que el equipo negociador de la formación esgrime ante los representantes de Sumar —Amparo Piquer e Iván Castañón por Compromís y Josep Vendrell y Rodrigo Amírola por parte de Díaz—, con los que este miércoles por la tarde mantuvo un primer encuentro. La coalición celebró el martes una reunión de la dirección en la que se expusieron unos mínimos: la marca Compromís ha de aparecer en las papeletas y, en ningún caso, será una confluencia ni la marca valenciana de Sumar para las elecciones generales del 23-J. La formación perdió 100.000 votos en las autonómicas del 28-M, pero mantienen muchos más apoyos que Podemos, que respecto al 2019 perdió el domingo el 60% de los sufragios y quedó fuera de las Cortes y del Ayuntamiento de Valencia. “Eso implica a las candidaturas”, admiten fuentes de la organización que, en principio, exigirán que los cabezas de lista de las tres provincias sean de Compromís, aunque no descartan que, en el caso de que exista un nombre de consenso, Podemos pueda encabezar alguna de ellas.

Desde Sumar rechazan ofrecer detalles sobre las negociaciones, pero llaman a la “tranquilidad” y emplazan a “seguir trabajando”. Las conversaciones se desarrollan en distintos formatos y la intención, afirman, es llegar a un pacto con todas las partes. Las exigencias de Compromís, sin embargo, sí han soliviantado a Podemos. Algunas voces advertían ya antes del 28-M que su partido tiene un proyecto y un espacio electoral de ámbito “estatal” y que los resultados de autonómicas y municipales no son extrapolables a las generales. Este miércoles, fue el ex secretario general, Pablo Iglesias, quien puso voz al malestar. “Hay una situación muy compleja. Al no haber tiempo para primarias, no va a ser el protagonismo ciudadano y la escucha quien defina cómo se construye un espacio ilusionante, sino que ya estamos viendo cómo sale Compromís. Y el resto de partidos van a decir: ‘Yo también’. Esto debería hacer reflexionar a todo el mundo sobre lo importante que hubiera sido tener las cosas listas y preparadas antes. A partir de ahora todo el mundo tiene que hacer un esfuerzo”, criticó Iglesias apuntando a la lentitud del proceso liderado por Díaz.

Para el exvicepresidente, sin embargo, “no hay alternativa” a la unidad en este momento. “Si no hay acuerdo, la gente nos corre a gorrazos. Es una presión enorme para Yolanda”, añadió. Iglesias hizo hincapié en esta cuestión, al señalar que “no conseguirlo sería un fracaso” fundamentalmente de la titular de Trabajo “y su partido”. “La responsabilidad que tiene el líder es el 90%. El resto de actores tiene que arrimar el hombro. Podemos es condición de posibilidad de que esto salga bien, pero es evidente quién tiene el peso y quién está recibiendo ahora mismo las exigencias”, insistió.

Desde la formación que dirige la ministra Belarra inciden en la importancia de avanzar en las negociaciones y advierten de que las próximas 24 horas son clave para empezar a cerrar detalles. Los plazos se achican y cuanto más se dilate el proceso, más se alejan las posibilidades de entendimiento, trasladan.

También Más Madrid quiere hacer valer los apoyos cosechados en la Comunidad de Madrid el domingo, nada menos que el 18,35% del voto. “Hemos tenido unos resultados muy buenos”, recordó en RNE la líder de la oposición en la Asamblea regional, Mónica García. “Vamos a aportar en el espacio progresista de Sumar con la generosidad y capacidad de unos resultados que avalan nuestro talento, experiencia y forma de hacer política. No vamos a ir con líneas rojas”, señaló la diputada. Fuentes de la formación niegan que su intención sea vetar la presencia de Podemos en las listas por Madrid. Pero todos guardan con celo los detalles. Queda poco más de una semana para sortear el abismo.