Feijóo fía su campaña al ataque de los pactos con Bildu mientras oculta su política de acuerdos con Vox

Alberto Núñez Feijóo encadenó este domingo su tercer día de campaña hablando de Bildu. La controversia por la decisión de la coalición abertzale de incluir a exterroristas de ETA en sus listas para el 28 de mayo es el asunto central del discurso del líder del PP, por encima de cualquier otro, aunque estas elecciones diriman el poder en los Gobiernos autonómicos y municipales y la formación vasca solo se presente en el País Vasco y Navarra. El jefe de la oposición insiste mañana y tarde, se encuentre donde se encuentre, en que es “indecente” que el Gobierno progresista haya pactado con Bildu leyes sociales. Feijóo apela a un voto de rechazo —hay que echar a Pedro Sánchez para arreglar sus “desmanes”, como este— que agita, como tantas otras veces ha hecho el PP, con el terrorismo de ETA y sus consecuencias, aunque ahora haga ya 12 años de que la banda anunció su disolución. “Sánchez es un presidente cautivo de Bildu y arrastra a toda la Nación. La dignidad, la memoria, el respeto a los que se han ido, a los familiares, a los heridos, es incompatible con lo que está viviendo España estos días”, criticó este domingo Feijóo en un mitin en Zaragoza. En paralelo, sin embargo, el PP pretende ocultar su política de pactos hasta después del 28-M, tratando de sortear el incómodo debate sobre si debe o no pactar con Vox.

No solo el líder centra su discurso en la coalición abertzale y sus pactos con el Gobierno, sino que todos los candidatos populares citan a Bildu una y otra vez en los mítines populares. Este domingo, en Zaragoza, ante unas 600 personas reunidas al aire libre en una calle peatonal del centro de la ciudad, la candidata del PP a la alcaldía de Zaragoza, Natalia Chueca, y el aspirante a presidente de Aragón, Jorge Azcón, recordaron que la ciudad aragonesa ha sido golpeada por el terrorismo. “Todavía tenemos grabadas las imágenes del atentado de la casa cuartel”, rememoró Chueca, tratando de evocar las sensaciones de repulsa de los tiempos en los que ETA mataba.

El terrorismo es un clásico de las campañas del PP, aunque en el equipo directo de Feijóo sostienen que esta vez no han sido ellos, sino Bildu, quien ha metido este tema en la agenda. Pero tampoco ocultan que se trata de un marco en el que el PSOE se mueve muy “incómodo” y por eso van a estirarlo. Como prueba, sostienen en el entorno del líder del PP, está que el presidente de Castilla- La Mancha, Emiliano García Page, decidiera motu proprio hablar sobre ello en el mitin que protagonizó este domingo con Pedro Sánchez en Puertollano. “Yo, con los asesinos de ETA, ni a la vuelta de la esquina”, enfatizó el barón socialista marcando distancias con lo sucedido. De nada le sirvió al PP, que de todas formas acusó a García-Page de complicidad con los acuerdos con la formación vasca.

Sobre su propio marco incómodo, el de los acuerdos con Vox, el PP pretende hacerse el sueco toda la campaña. Génova quiere llegar al 28-M sin haber despejado la incógnita sobre si pactará o no con la extrema derecha y si formará con los ultras nuevos Gobiernos autonómicos y municipales. La dirección sostiene que su política de pactos consiste en una oferta al PSOE para que ambos partidos dejen gobernar a la lista más votada, pero si los socialistas no aceptan, asume que el PP pactará con quien pueda. El PP insiste en que su intención es formar Gobiernos en solitario, pero no aclara qué hará si no tiene más remedio que aceptar, como le ocurrió a Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, un Ejecutivo de coalición con Vox, un partido al que en ningún caso ha expresado un veto. “El único veto es a Bildu”, subrayan fuentes del equipo directo de Feijóo.

Pese a ese silencio sobre su política de pactos, el líder del PP insistirá en reprochar a Pedro Sánchez los suyos con la coalición abertzale en el cara a cara que ambos mantendrán este próximo martes en el Senado. El PP asegura que Bildu le permite atraer a electores centristas que han podido votar antes a la izquierda, y por eso Feijóo apeló este domingo a los “socialistas avergonzados” y les instó a votar al PP. Génova cree que, por lo menos, así puede conseguir una desmovilización de la izquierda, así que fía ahora a Bildu su campaña para el 28-M.

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