Korah, ‘youtuber’ pionero en España: “Antes me lo creía, ya no”
Carles Caparrós, el locutor y guionista conocido como Korah en la plataforma, critica el algoritmo y el robo viral de su trabajo
“Ya está, creo que ha llegado el momento”. Carles Caparrós (Valencia, 1978), el guionista y locutor detrás de Korah, se prepara para asumir que su ventana en YouTube “dejará de existir, al menos, tal y como fue”. El canal de Korah, uno de los primeros fenómenos nativos de la plataforma en España, no solo acumula una extensa colección de vídeos con millones de reproducciones: es más viral que nunca, pero en manos de otros, los cientos de usuarios de TikTok que fusilan sus clips de doblaje paródico. “He dejado de perseguirlo. Me pasé años con decenas de notificaciones diarias de Facebook o YouTube advirtiéndome de contenido plagiado, pero con TikTok… ni lo intento”.
A pocos meses de su décimo aniversario, El canal de Korah roza los dos millones de seguidores. Eso, hoy, no significa necesariamente ni visualizaciones ni ingresos. En su caso la deriva algorítmica de YouTube no le ha beneficiado. “La plataforma está en crisis porque ha habido una gran fuga de talento y público hacia Twitch desde el confinamiento de 2020. ¿La razón? Que paga mejor. En mi caso, la caída de audiencia e impacto es irreversible”. Su cuenta de resultados funde a negro en esta pantalla mientras los ingresos se han ido consolidando por otras vías, “especialmente con la locución publicitaria y los medios”, dice el valenciano.
En esta inflexión, Carles quiere ser justo con lo sucedido: “Sin YouTube no hubiera descubierto qué sabía hacer en la vida: el payaso, contar historias, hacer reír. De no haber existido, todo esto que soy, lo que hago, no hubiera surgido. Solo tenía cabida allí”. Este estudiante de Psicología que llegó al negocio del doblaje en los estertores de Canal 9, de hecho, ve en Twitch una regresión respecto del número de oportunidades para los creadores de vídeo online. “Damos un paso atrás y volvemos a las parrillas, a la competición atroz por los horarios. YouTube ha profesionalizado a creadores muy específicos, ha convertido en casos de éxito formatos que nunca hubiéramos visto en televisión, ha permitido crear contenidos para gente de 3 a 80 años y eso, hoy, es ‘menos posible’ como modo de vida”.
Esta visión crítica no es nueva. A lo largo de su trayectoria, Korah ha señalado publicidades encubiertas (algunas de las cuales, rozan la estafa) o la publicación de contenido para adultos sin filtro. Ha intentado que el ecosistema en el que desarrollaba su principal actividad profesional fuera salubre. Ahora, coincidiendo con el decaimiento de su canal, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia se prepara para equiparar a los creadores de vídeo bajo demanda con las televisiones. No hay fecha y, “posiblemente, para cuando llegue este negocio sea incomparablemente más grande que el que sí está regulado y supervisado”. Su vídeo analizando la jugada no se ha viralizado, precisamente, pese a señalar algo sintomático: tras dos años de “consulta pública” para recabar información por parte de la institución, ningún youtuber, twitcher o, lo que la CNMC llama vloggers, ha hecho ninguna aportación. Él se pregunta en el vídeo si se habrá enterado alguien.
“YouTube me ha perdido. Antes me lo creía, pero ya no, porque he asimilado cómo ha primado el beneficio y el interés de las marcas, de sus anunciantes, frente a las garantías mínimas de los creadores de contenido. Sí, me ha dado la oportunidad de contar, compartir y crear, pero eso ahora lo puedo hacer de otra forma en Twitch”. Del servicio de Amazon alerta que “crece más lento” y abarca a un público “mucho más limitado, entre jóvenes y jóvenes… adultos, no más allá de los 40 años”. “No creo que esta plataforma no acabe cometiendo los mismos errores, pero esa será otra historia”, concluye.
El legado de Korah es extenso y sigue vigente a través de la captura infinita de sus virales, reposteados casi en cualquier parte por cualquier usuario anónimo. Este camino, recuerda, le ha llevado a conocer y admirar a compañeros de generación youtuber, amigos e influencias entre las que destaca a Outconsumer, Alexelcapo, Ter, MisterJagger o Andrea Compton. “No es su caso, pero para algunos como yo, esta forma de crear toca a su fin. Por otro lado, para las plataformas la tasa de reposición juvenil, por llamarla de alguna forma, nunca se detiene. Siempre hay alguien más joven, a veces con más talento, otras con menos, pero dispuesto a dar por buenos unos euros. En estos espacios, es ley de vida y me siento en la rampa de salida. Pero estoy tranquilo porque lo asumo. Si no lo hiciera me acabaría frustrando y mal. Es lo último que quiero”.
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