¿Cosas de gitanos?
El archivo del caso de la menor supuestamente vendida por 5.000 euros provoca frustración e incomprensión a partes iguales


El caso de la menor de edad que presuntamente fue vendida por su familia de Navarra a una de Lleida para que se casara con su hijo de 21 años ha provocado una gran alarma este fin de semana sin que, sin embargo, haya tenido por ahora ninguna consecuencia judicial. Las diferentes informaciones periodísticas —en algunos casos contradictorias por la discreción con la que las administraciones suelen llevar los asuntos que implican a menores— apuntan a que el archivo de la causa se ha llevado a cabo pese a informes policiales que inicialmente apuntaban a una transacción económica entre las dos familias con la implicación de una menor de edad. Esta transacción tenía por finalidad, además, forzar un matrimonio a una chica de 14 años, algo específicamente prohibido en España desde hace una década. Por si fuera poco, además del supuesto pago —5.000 euros y varias botellas de whisky— la menor fue hallada en las puertas de un supermercado de Les Borges Blanques pidiendo limosna. Con todos estos elementos que han podido recabar la Guardia Civil y los Mossos, el juez no ha hallado motivos suficientes para seguir con la causa y ha dictaminado el archivo.
Investigar penalmente una cuestión de este tipo, con menores de por medio, transacciones económicas sin rastro y supuestos matrimonios que no constan en ningún registro oficial, es complicado, por no decir que imposible. Sin embargo, cuesta imaginar que esta sucesión de sospechas pudiera haber desembocado en un archivo judicial si la víctima —porque no hay duda de que estamos hablando de una víctima— no fuera gitana o de cualquier otro colectivo estigmatizado por siglos de pobreza y marginación social.
También llama la atención que el archivo se haya producido con tanta celeridad, por más que la menor haya declarado no sentirse víctima de injusticia alguna cuando ha declarado ante el juez. ¿Acaso no hay decenas de víctimas de todo tipo de delitos que no son conscientes de serlo hasta pasados los meses o incluso años? Quizá con más tiempo para investigar se habría podido esclarecer más cosas. Mientras tanto, la sociedad seguirá escandalizándose durante un rato para, poco después, pasar a otra cosa. “Son cosas de gitanos”, dirán muchos. El problema es que estas cuestiones y cómo se abordan cuando ocurren, sean de payos o de gitanos, no hacen más que incrementar la brecha entre las administraciones y los ciudadanos. Porque no, no son “cosas de gitanos”, sino cosas que estallan en la cara de todos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma





























































