El milagro de las lluvias llena el pantano de Rialb y garantiza dos años de agua para los campos de Lleida
Tras dos años de sequía, el gran embalse que nutre los canales de Urgell y Segarra-Garrigues está a máxima capacidad y a la espera del agua del deshielo


El pantano de Rialb (Lleida) es, después del de Canelles (con 679 hectómetros cúbicos y compartido con Aragón), el embalse más grande de Cataluña. Está situado en el Prepirineo y sus dimensiones son faraónicas: su presa tiene una altura de 99 metros y una capacidad de 403,6 hectómetros cúbicos. No comenzó a construirse hasta el año 2.000. En 2007 lo inauguró oficialmente el president José Montilla. En 2010 se llenó por primera vez. Fue por pocos días. Después vinieron tiempos de miseria hídrica. En mayo de 2023 la infraestructura -para cuya construcción hubo que inundar el antiguo pueblo de Tiurana- solo se había llenado un 6% ( 26 hectómetros). Rialb era la imagen de la sequía y de lo que estaba por venir. Esta gran reserva nutre el canal d’Urgell y el canal Segarra-Garrigues, las dos infraestructuras hidráulicas que riegan los cereales y frutales de Lleida, una de las grandes despensas de Europa. Aquel 2023 fue catastrófico. Se llegó a prohibir el riego. Hoy, después de las últimas lluvias, el embalse está a más del 99% de su capacidad y los regantes consideran que no solo tienen garantizada el agua para la campaña de este año, sino también para la siguiente.
El canal d’Urgell está compuesto por 6.000 kilómetros de canalización, que llegan a 50.000 parcelas. Lo alimenta Rialb y, por eso, en 2023 la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) obligó a cerrar el grifo ya que no había agua para la ciudadanía. La cosecha fue un desastre. Este 2025 la imagen de Rialb ha cambiado totalmente. Amadeu Ros es el presidente de la Comunidad de Regantes del canal d’Urgell: “En 2010 parece que se llenó como ahora pero poco tiempo. Muy pocos agricultores habíamos visto Rialb tan lleno como ahora. Además, hay mucha nieve en el Pirineo y el deshielo, si es gradual, nos beneficiará”. Ros da por garantizada la cosecha de este año. “Tanto la de cereales como la de frutas. De hecho, está garantizada hasta una segunda cosecha de cereales este año. Además, como ha llovido tanto y no se está regando creemos que tenemos garantizados los riegos no solo de este año sino también de 2026″, se congratula.


Josep María Jové es el presidente de la comunidad de regantes del Segarra-Garrigues. Este canal está compuesto por 84 kilómetros de canal principal y 3.500 kilómetros de canalizaciones regando 70.150 hectáreas y captando el agua, principalmente, de Rialb. Está contento porque, por ahora, tiran del agua que cae del cielo. “No estamos utilizando el canal porque ha llovido. El problema es que al final del canal tenemos el embalse de Albagés con capacidad para 80 hectómetros. Los podríamos llenar ahora para cuando haya sequía pero no nos dejan porque no se ha cumplido el protocolo de seguridad”, denuncia Jové. El presidente del Segarra-Garrigues al igual que Ros considera también que la cosecha de este año está garantizada.
Pere Roqué es agricultor y presidente en Lleida de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja). “En estos dos años hemos avanzado mucho porque hemos hecho los deberes. Se han aprobado planes de modernización de los canales y se ha invertido para no perder ni una gota. La cosecha pinta muy bien”, admite. Roqué reivindica que en las cuencas internas de Cataluña el sector hotelero “haga también los deberes” y se continúen con los proyectos de potabilizadoras.
Para construir el pantano de Rialb en el 2000 hubo que inundar el pueblo de Tiurana y resituarlo en lo alto de la colina. Su alcalde, Àngel Villarte, lamenta: “25 años después del traslado nosotros tenemos el agua a un palmo de nuestras narices y no lo podemos utilizar porque no está canalizado. Teníamos derecho a 18 hectómetros pero nunca nos los han facilitado y nuestras tierras son de secano”. Villarte advierte que para los 70 vecinos del municipio no es importante si Rialb está lleno o vacío porque “no aporta” casi nada. “Decían que iba a venir turismo. Estos días parece que la gente quiere ver Rialb lleno de agua. Pero vienen se hacen la foto y se van”, lamenta.


Las cuencas internas de Cataluña no están tan llenas como Rialb pero sí han crecido de forma espectacular. Los embalses del Ter y el Llobregat se situaban este miércoles alrededor del 60% su capacidad total, una cifra que no se alcanzaba desde marzo de 2022.
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