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Unos 225 alumnos con altas capacidades han accedido este curso precozmente a las universidades catalanas

Los campus no cuentan con registros de estudiantes con altas capacidades y empiezan a poner en marcha tímidas iniciativas para atenderlos y motivarlos

Maria Pascual, alumna con altas capacidades que estudia Ingeniería Bioinformática en la Universidad Politécnica de Cataluña.
Maria Pascual, alumna con altas capacidades que estudia Ingeniería Bioinformática en la Universidad Politécnica de Cataluña.Gianluca Battista
Ivanna Vallespín

Maria Pascual tiene 17 años y estudia el primer curso de Ingeniería Bioinformática en la Universidad Politécnica de Cataluña. 17 años, sí, porque accedió a la universidad un año antes de lo habitual. La joven rezuma motivación y voracidad por aprender cosas. Pero su vida escolar no siempre fue tan placentera. “Al inicio de primaria no tenía ganas de ir a la escuela, me aburría”, explica. Como había tenido un desarrollo precoz y antes de la primaria ya sabía leer, sus padres la llevaron al psicólogo: le diagnosticaron altas capacidades. Desde entonces, en la escuela le diseñaron un plan personalizado. “Todo cambió, la inseguridad se marchó y estaba más motivada, ya no quería irme de la escuela”. Al finalizar 3º de la ESO, saltó a 1º de bachillerato. Y en la universidad se siente como en casa. “Antes los conocimientos eran aislados, pero aquí todo se conecta y tiene sentido. Además, la exigencia es mayor y estoy aprendiendo muchas cosas de lo que me interesa”, añade.

Casos como el de Maria hay muchos, pero si se pregunta a las universidades cuántos alumnos con altas capacidades tienen, la respuesta es unánime: ninguno. La respuesta es paradójica, teniendo en cuenta que de la educación obligatoria suben miles de ellos, concretamente, 4.191 en el curso 2023-24, los últimos datos publicados por el Departamento de Educación. El problema es que en la preinscripción escolar no se les pregunta por ello y los que se han saltado algún curso también acceden por la vía ordinaria de Selectividad y pasan desapercibidos administrativamente. Otra cosa es cuando se pregunta a las universidades sobre cuántos alumnos han entrado antes de tiempo. Aquí es cuando parte de ellos afloran: este curso lo han hecho 225 alumnos.

Pero aquí no están todos los que son. Joan Zamora, diagnosticado con altas capacidades a los 14 años, está estudiando Filosofía en la Universidad de Girona. Tuvo la oportunidad de saltar de 3º de la ESO a bachillerato, pero lo descartó porque no pasaba por un buen momento personal -problemas de entendimiento con profesores y compañeros- y se vio abrumado por el tener que elegir modalidad de bachillerato. Así que hizo la Selectividad y accedió a la universidad a la edad que le correspondía y su caso no consta en las estadísticas del campus.

Entrando en detalle de los datos sobre alumnos precoces proporcionados por las siete universidades públicas catalanas, la que más acumula es la Autónoma de Barcelona, con 107 (64 chicas y 43 chicos), de los cuales tres accedieron con 16 años. Las titulaciones que más alumnos de este tipo acumulan -una decena- son Medicina, Informática y Matemáticas. La Universidad de Barcelona cuenta con 51 alumnos menores, dos de los cuales nacieron en 2008, de modo que accedieron con 16 años. La Politécnica es el tercer campus con más alumnos precoces: 40 este curso, que accedieron un año antes, excepto en un caso, que lo hizo con 15 años. Aeronáutica e Informática son las titulaciones con más alumnos de este tipo. En cuanto al resto de campus, a la Rovira i Virgili le constan 15 alumnos precoces y a la Pompeu Fabra, 12. Las universidades de Girona y Lleida aseguran no tener ninguno este curso.

Las universidades, conscientes de este vacío, empiezan a ponerse tímidamente las pilas. De momento, el más destacado es el programa pionero en Cataluña -aunque hay otros campus con iniciativas similares, como el de Granada- de intensificación académica para alumnado con altas capacidades que la Universidad Autónoma aprobó en enero. El programa permitirá, a aquellos alumnos que lo soliciten previamente, acelerar los estudios y cursar la carrera en la mitad de tiempo: dos años. De forma adicional, se ofrece a estos estudiantes seminarios de temática avanzada, así como la posibilidad de hacer estancias en el extranjero o de colaborar en grupos de investigación. “Estos alumnos tienen mucha voracidad, quieren saber más, la idea es darles un conocimiento avanzado que no verán durante la carrera”, abunda el decano de la facultad de Ciencias de la UAB, Juan Jesús Donaire. El programa se pondrá en marcha el próximo curso en la facultad de Ciencias, pero la idea de la UAB es extenderlo al resto del campus.

El decano explica que decidieron emprender el proyecto tras detectar alumnos con altas capacidades. “Habíamos visto que teníamos algunos y vimos que debíamos hacer algo. Otras universidades del mundo tienen programas parecidos y funcionan. Nosotros nos hemos iniciado en un mundo que no sabíamos que existía”. El siguiente paso, añade Donaire, es formar al profesorado para ayudar a detectar los alumnos y poderles ofrecer una atención acorde a sus necesidades. “Hasta ahora veías un buen alumno y le ponías una matrícula de honor, pensando que el trabajo ya estaba hecho, sin pensar que a lo mejor estos alumnos necesitaban algo más”, remata. Aunque el programa está pensado para universitarios, también contempla la posibilidad que estudiantes de bachillerato puedan cursar asignaturas en el campus, que podrán convalidar en esa etapa.

Por su parte, la Universidad de Girona presenta este martes la nueva cátedra en altas capacidades, que surge de un acuerdo con la asociación Fanjac, formada por familias de alumnos de este tipo. La cátedra tendrá como objetivo mejorar la formación, el estudio y la divulgación sobre las altas capacidades y tiene previsto poner en marcha iniciativas como conferencias en universidades y centros educativos, cursos de formación, la promoción de investigación sobre este ámbito, así como el apoyo a estos alumnos.

La Universidad Politécnica admite que, “si en el momento de la preinscripción los alumnos no piden apoyo educativo no se les ofrece un seguimiento tutorizado”. La excepción está en el Centro de Formación Interdisciplinaria Superior (CFIS), que permite cursar dobles titulaciones con un plan académico de alto rendimiento. En este centro, donde sí hay detectados alumnos menores de 18 años, “sí se les hace un seguimiento cada 15 días”. Asimismo, la UPC tiene previsto este año ampliar su Plan de inclusión para incorporar a los alumnos con altas capacidades.

La Universidad de Lleida asegura que no ha recibido ninguna petición de atención de alumnos de altas capacidades, pero si lo hiciera, cuenta con el programa UdLxTothom que permite personalizar los estudios según las necesidades de los estudiantes. Núria Camps, vicerrectora de Compromiso social explica que un grupo de investigación en Neuropsicología de la universidad está realizando un estudio sobre los factores cognitivos y emocionales asociados a las altas capacidades. “Con su asesoramiento hemos ofrecido una formación específica voluntaria al profesorado para darles instrumentos en caso de detectar un alumno con altas capacidades”.

Maria no ha explicado en la universidad su particularidad. “Aquí pasas desapercibida, cada uno da lo que puede y se personaliza el aprendizaje”. La alumna asegura sentirse una más entre sus compañeros, pero sí echa en falta algo. “No encuentro referentes con quien compararme. Yo tengo unas expectativas y una visión de futuro concreta, y no encuentro nada parecido”, lamenta. La joven dibuja una sonrisa cuando se le propone que a lo mejor es ella quien tiene que abrir el camino. “Eso estaría bien”. Pero su voracidad por aprender hace que ese camino esté por dibujar. “Me gustaría investigar, pero investigar muchas cosas, me interesa la biología, pero también las ciencias, las humanidades… Espero saber mucho de muchas cosas y, mientras tanto, pasármelo bien”.


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Sobre la firma

Ivanna Vallespín
Redactora focalizada en Educación desde 2012, con pinceladas también en Política, Derechos Sociales y ElPais.cat. Anteriormente, en medios locales escritos, radio y televisión.
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