La lucha invisible: superar las barreras de la salud mental en el empleo
El porcentaje de jóvenes con patologías mentales está creciendo y no podemos permitirnos el lujo de desaprovechar sus capacidades y competencias
Hoy en día, las personas aún enfrentan múltiples barreras en su camino hacia un empleo digno y de calidad. Estas barreras comienzan en el periodo de formación. Seguir una educación formal es complejo cuando se tienen problemas de salud mental que bloquean la capacidad de aprendizaje. Tampoco es sencillo adquirir las habilidades y competencias que demandan las empresas cuando se ha pasado tiempo hospitalizado o aislado.
Si una persona logra cumplir con los requisitos de las empresas, surge el problema del estigma asociado no solo a la salud mental, sino también a la edad. Hay personas que han tardado años en completar su formación o desarrollar sus competencias tras recuperarse de un problema de salud. Lo que debería ser un proceso normal, como conseguir una entrevista y superar el proceso de selección, se convierte en un reto debido a las ideas preconcebidas sobre lo que implica tener un problema de salud mental.
Una vez conseguido el empleo, surgen diferentes obstáculos para mejorar su situación profesional dentro de la empresa, ya que el estigma suele persistir, incluso una vez dentro de la organización. En 2022, en Catalunya hubo un total de 138.588 bajas laborales por motivos de salud mental, siendo este el segundo grupo con más días en incapacidad laboral según datos del Departamento de Salud de la Generalitat. Las bajas por este motivo se han incrementado más del doble en sólo seis años.
Para afrontar y superar este desafío, necesitamos un compromiso personal y colectivo. Pero, ¿Están las empresas comprometidas con la promoción de la salud mental de las personas trabajadoras? Según el informe Salut mental i estigma a les organitzacions catalanes de Obertament, el 76% de las empresas afirma preocuparse por la salud mental, pero la cifra cae al 47% cuando se pregunta al personal sobre este compromiso de la empresa y baja hasta el 38% si se contabilizan solo las personas con problemas de salud mental. Según el mismo informe, el 74% de las personas trabajadoras encuestadas no ha recibido ningún tipo de apoyo por parte de su empresa para gestionar las problemáticas de salud mental relacionadas con el trabajo. De hecho, solo el 31% de los jefes consideran que tienen las herramientas suficientes por parte de la empresa para gestionar las problemáticas de salud mental y estigma.
Es crucial que personas con problemas de salud mental ocupen posiciones de responsabilidad para romper estigmas y demostrar que es posible tener un empleo de calidad. Las empresas deben implementar políticas de no discriminación y apoyo y debemos fomentar una cultura de apoyo entre compañeros para que puedan sentir seguridad al hablar y no tengan temor a ser juzgados. Por esto, empresas y administraciones públicas deben ofrecer formación continua sobre salud mental y lucha contra el estigma; y asegurar que todas las personas tengan acceso a los recursos y servicios necesarios para su bienestar emocional. Las empresas deben facilitar la flexibilidad horaria y las opciones de teletrabajo.
Un problema de salud mental puede ocurrir en cualquier momento de la vida. Las estadísticas oficiales indican que el porcentaje de jóvenes con problemas de salud mental está creciendo. No podemos permitirnos el lujo de desaprovechar sus capacidades y competencias. Debemos garantizar que todas las personas, independientemente de su salud mental, tengan las mismas oportunidades de alcanzar sus metas y contribuir plenamente a la sociedad. Todos y todas saldremos ganando.
Ángel Urbina es vicepresidente de la Federació Salut Mental Catalunya.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.