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SALUD
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nueva consejera de Salud, viejas necesidades

Es significativo y sintomático que la gestión del sistema sanitario de Cataluña se caracterice por la inestabilidad y la provisionalidad

Un técnico sanitario traslada a un enfermo desde el servicio de urgencias del hospital de Sant Pau.
Un técnico sanitario traslada a un enfermo desde el servicio de urgencias del hospital de Sant Pau.Marta Pérez (EFE)

Cataluña tiene nueva consejera de Salud, Olga Pané. Se trata de la sexta persona que ocupa el cargo en los últimos 10 años, con una permanencia media de solo dos años. Para encontrar una excepción debemos remontarnos a la época del exconsejero Boi Ruiz, quien permaneció en el cargo seis años (2010-2016). Es significativo y sintomático que la gestión del sistema sanitario se caracterice por la inestabilidad y la provisionalidad. Es muy difícil sacar adelante proyectos de transformación —que requieren un alto grado de consenso y una planificación cuidadosa— si los liderazgos son tan efímeros. Aun así, en la última legislatura, el exconsejero Manel Balcells activó el Pacto Nacional de Salud, un proyecto de país, transversal y desligado de los partidos, que tiene el noble objetivo de blindar el sistema público de salud y definir las reformas que este requiere para mantener su calidad y sostenibilidad. Esta iniciativa, que Pané deberá seguir liderando, fue también una respuesta a la protesta del colectivo médico durante la exitosa huelga de enero de 2023. Cabe recordar que Balcells anunció en el Parlamento la creación del Pacto el 25 de enero de 2023, primer día del paro convocado por Metges de Catalunya (MC) que movilizó a 10.000 facultativos por las calles de Barcelona.

Pané, por lo tanto, deberá mantener los proyectos de reforma del modelo sanitario catalán, que deben contar indefectiblemente con la participación de los agentes sociales y el resto de organizaciones del sector. Uno de estos espacios es también la mesa médica de negociación bilateral entre el Departamento de Salud y los representantes de los médicos que se creó como parte del acuerdo de salida de huelga de ese mismo enero de 2023. Porque, a pesar de algunas mejoras alcanzadas con la renovación de los convenios colectivos del Instituto Catalán de la Salud (ICS) y de la red concertada, todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a las condiciones laborales y retributivas si el objetivo es que el personal médico sitúe a Cataluña y a su sanidad pública como el lugar preferente para desarrollar su carrera profesional.

En una sociedad como la nuestra, abonada a la controversia y las trincheras, el nombramiento de Pané no ha estado exento de polémica. Se han hecho virales algunas valoraciones suyas sobre los funcionarios, la atención primaria o la colaboración público-privada. Si bien es cierto que determinadas afirmaciones son, como mínimo, poco acertadas, no lo es menos que no podrá replicarlas como consejera de Salud. Dicho de otra manera, no podrá mantener el mismo discurso como gerente de un hospital concertado que como consejera. A pesar de su pasado y sus evidentes vínculos con las patronales y los lobbies sanitarios, su acción política deberá priorizar el sistema público y el bienestar de los profesionales, que son la garantía del servicio y de la calidad asistencial.

Sin duda, el éxito o fracaso de su gestión dependerá en buena medida de la mejora o no de la financiación. Los números son claros. El último presupuesto de Salud, aprobado en 2023, llegó a los 11.700 millones de euros, mientras que el gasto real del departamento ese mismo año fue de 15.100 millones. Para ofrecer la atención sanitaria que requieren los ocho millones de catalanes, el presupuesto debe aumentar entre 3.000 y 5.000 millones de euros anuales. Porque recuperar la accesibilidad, reducir las listas de espera, contratar y mejorar las condiciones del personal e invertir en nuevos equipamientos solo será posible si se reúnen dos factores: disponibilidad de recursos y voluntad política. Veremos qué camino toman.

Jordi Cruz i Llobet es presidente del sindicato Metges de Catalunya

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