Trabajadoras del Sindicato de Cuidadoras: “El chat del Ayuntamiento es un despropósito, se ríen de nosotras”
El Consistorio de Barcelona defiende el servicio de WhatsApp de soporte emocional: “Sabemos lo importante que es la atención a los cuidadores”
Sofía Peregrina (Terrassa, Barcelona, 63 años) vuelve a casa agotada después de otro día de trabajo: está cansada, le molestan las piernas―con los dos meniscos rotos de subir, cargada, edificios de cinco pisos― y mentalmente superada, después de cuidar a una persona con Alzhéimer, a un niño, y a un anciano, en la misma jornada laboral. Peregrina lleva 15 años dedicándose a los servicios de atención a domicilio (SAD) en Domusvi, una gran multinacional a la que el Ayuntamiento de Barcelona concedió la prestación de estos servicios en algunas zonas de la ciudad. Este julio el mismo Ayuntamiento ha lanzado un canal de WhatsApp para dar atención emocional a las cuidadoras: “Cuando los SAD estaban gestionados por los ayuntamientos―antes de que los dejaran a las empresas privadas― teníamos reuniones de coordinación con psicólogos y sociólogos para gestionar nuestro trabajo. Nos parece lamentable que se escude en este chat, en lugar de darnos una buena infraestructura de trabajo”, critica Peregrina.
Escribir al 655 505 517 abre una ventana de apoyo y escucha a los cuidadores ―trabajadores y familiares―en situación de estrés, malestar o crisis emocional. “Este chat nace de la experiencia y la necesidad. Sabemos lo importante que es la atención a los cuidadores y este servicio, sumado a otras herramientas, aporta agilidad, flexibilidad, confidencialidad al soporte emocional”, destaca Marta Villanueva, regidora de Salud, Personas con Discapacidad y Estrategia contra la Soledad. El servicio del Ayuntamiento, junto a la fundación Ajuda i Esperança y la Generalitat, está disponible 24 horas al día, todos los días del año, y garantiza la confidencialidad y privacidad del usuario. El director de Ajuda i Esperança, Enric Morist, explica que querían abrir un chat especializado para un colectivo tan variado: “Comprende personal laboral, migrantes en situación irregular―sin acceso a otros servicios―, y cuidadores que son familiares”, puntualiza. La intención es que todas estas personas dispongan de una “vía de escape” y bajo la responsabilidad de los voluntarios de la fundación.
Desde que se crearon los SAD en los años ochenta, la administración pública encargada de estos servicios proporcionaba a los trabajadores sesiones de “coordinación” con psicólogos y trabajadores sociales a las que asistían de forma periódica. La portavoz del Sindicato de Cuidadoras Municipales Provinciales, Esther Sagués (Barcelona, 52 años), explica que las cuidadoras asisten a personas en situaciones muy duras: “Además del desgaste mental, nuestro trabajo es reducir su dependencia, hacerles más autónomos, para ello necesitamos un grupo de coordinación al que exponer los casos detalladamente y que nos pueda proporcionar herramientas útiles”.
Sagués lleva 15 años trabajando en Alt Urgell (Lleida), uno de los pocos ayuntamientos donde el SAD depende totalmente del Ayuntamiento. “La Ley de Dependencia de 2006 permitió a los ayuntamientos privatizar la gestión de los SAD”, matiza Sagués. Actualmente, la mayoría de los SAD están en manos de empresas que los han adquirido por concurso público: “Estas empresas son las que niegan a los cuidadores los servicios de coordinación o psicológicos porque no son rentables. Nos parece un despropósito que el Ayuntamiento, principal privatizador de los SAD, saque ahora un chat de apoyo, cuando está eludiendo la gestión de todo este apoyo cediendo los servicios a las empresas. Es solo un lavado de cara, se están riendo de nosotras”, critica. Peregrina secunda a su compañera: “La única forma de que funcionen los servicios de cuidados es que estén gestionados por los Ayuntamientos”.
Frente a las críticas, los creadores del chat recuerdan que se trata de una herramienta “complementaria”, aportando un canal de comunicación ágil, continuo y gratis. “Puede que sea insuficiente para algunos miembros del sector pero, para otros, el chat es un alivio. Los cuidadores familiares no tienen una relación laboral pero sí necesitan quitarse la presión emocional que sufren, como los migrantes en situación irregular que lo utilizan para desahogarse y pedir ayuda”, expone Morist, de Ajuda i Esperança. Detractores y defensores del servicio de WhatsApp del Ayuntamiento sí coinciden en una cosa, en la dureza de la función del cuidador, en la soledad que se siente y en que, sean coordinadores o por voluntarios de fundación, necesitan urgentemente un canal de expresión.
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