Cuidar a las personas dependientes, una profesión cada vez más necesaria
El programa ‘Cuidopía’, impulsado por Johnson & Johnson y Janssen España contribuye a la profesionalización de trabajadores con vocación de atender a las personas en situación de dificultad económica. Una labor con mucho camino por delante en una sociedad cada vez más envejecida
Paciencia, amor y mucha empatía. Emma Elvir dice que esta es la receta para atender a una persona mayor que requiere de cuidados. Parece una cosa sencilla, pero no lo es. “Se necesita vocación”, subraya. Esta joven de 21 años trabaja en una residencia de mayores y ha apostado su futuro profesional por la atención sociosanitaria a personas dependientes, una actividad cada vez más necesaria en España. Porque ahora vivimos más, sí, pero también necesitamos más atención. En las próximas tres décadas la esperanza de vida de la población española seguirá aumentando y provocará un envejecimiento de la pirámide demográfica. Para 2050, una de cada tres personas tendrá 65 años o más.
El reto es formidable. Sobre todo porque muchas de las personas que cuidan de un mayor carecen de formación. En España, hay unos 59.000 cuidadores (un 20% del total) que no son profesionales y que requieren de una capacitación en este campo, según datos oficiales. “Existe una necesidad social de mejorar el sector de los cuidados para atender de manera afectiva y efectiva a las personas que lo necesitan”, afirma David Beas, director de Government Affairs & Market Access de Janssen España. Y es allí donde esta compañía pone la mira con el programa Cuidopía.
Existe una necesidad social de mejorar el sector de los cuidados para atender de manera afectiva y efectiva a la población mayorDavid Beas, director de Government Affairs & Market Access de Janssen España
Este ambicioso programa social impulsado por las compañías del grupo Johnson & Johnson en España, ofrece becas de formación, en colaboración con distintas entidades sociales, para que las personas con vocación en este campo puedan obtener el Certificado de Profesionalidad en Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes. Emma ha sido una de las beneficiarias en este último año. “He recibido formación teórico-práctica en torno a las enfermedades más frecuentes en personas mayores: Alzheimer, Parkinson, enfermedades cardiacas, cerebrales y discapacidades físicas o cognitivas”, puntualiza.
Más de 200 becas
El programa comenzó en 2019 y hasta la fecha se han otorgado 227 becas, repartidas entre Madrid, Barcelona, Valencia, Cáceres, Sevilla y Zaragoza. Las Becas Cuidopía están destinadas a quienes disponen de pocos recursos para poder acceder a esta formación, como personas en desempleo y con falta de cualificación profesional. “Buscamos que cuenten con vocación por el sector de los cuidados, ya que es un área muy enriquecedora pero dura emocionalmente”, subraya Beas.
Por ello, uno de los requisitos exigidos es que la persona cuente, en la medida de lo posible, con experiencia previa, como ha ocurrido en el 80% de las personas que han sido becadas. “En su mayoría han tenido experiencia informal, por lo que esta oportunidad les ayuda a mejorar su calidad de vida, su situación laboral y además se contribuye a la regularización del empleo”, dice el portavoz de la compañía.
El 70% de las personas que ha recibido una Beca Cuidopía encuentra trabajo en los primeros seis meses tras finalizar la formación. Como Emma, que solo tardó un par de meses en encontrar trabajo.
Esta labor se realiza con la colaboración de entidades como Fundación Tomillo, que coordina el programa a nivel nacional con socios como Fundación ARED (Barcelona), Novafeina (Valencia) o Fundomar (Sevilla), entre otras, presentes en cada ciudad donde se implementa el programa de Becas Cuidopía. La formación teórico-práctica para los becados consta de 370 horas lectivas que imparte una entidad especializada. Todo ello se estructura en módulos que abordan diferentes áreas de conocimientos para desempeñar los cuidados de personas dependientes.
Algunos ejemplos son herramientas para la atención en la higiene y la alimentación, atención sociosanitaria, técnicas de comunicación con personas dependientes, apoyo en la organización de actividades o animación social. Sobre todo se priorizan aquellas actividades que desarrollen un componente afectivo y la inteligencia emocional en los cuidados. Además, es necesario completar una formación de más de 80 horas de prácticas en instituciones y empresas dedicadas al cuidado.
He recibido formación teórico-práctica en torno a las enfermedades más frecuentes en personas mayores: Alzheimer, Parkinson, enfermedades cardiacas, cerebrales y discapacidades físicas o cognitivasEmma, beneficiaria de la 'Beca Cuidopía'
“Profesionalmente, a veces sentimos que hay especialistas que se forman mucho en aspectos técnicos, pero no tanto en la parte más humana de los cuidados”, explican Eva Peñafiel y Juanjo Rabanal, doctores en Psicopedagogía por la Universidad de Alcalá y profesores de Educación Emocional del Centro Universitario Cardenal Cisneros.
El momento adecuado
Peñafiel y Rabanal, también encargados de Escuela de cuidados (iniciativa de Cuidopía en forma de videoserie con consejos para aplicar la educación emocional al mundo de los cuidados), afirman que hay mucho margen de mejora en este campo, sobre todo después de la pandemia. “Sería un momento muy adecuado para aprovechar la oportunidad y apostar por los cuidados de calidad y calidez”, destacan. Ello significa dignificar la labor del cuidador y sentar las bases de un modelo más igualitario y equitativo, donde la gestión emocional sea la base de un modelo de cuidados centrado en las personas.
“Es necesario cambiar el concepto social que hay en torno a los cuidados. Hay que mostrar la parte positiva, la dimensión vocacional, y reconocer la figura del cuidador”, dice el representante de Janssen. Emma es un gran ejemplo de ello, porque sabe que su labor no solo se limita a ciertas tareas. Sabe que su papel es único: “Cuidar no solo es atender a la persona, limpiarla, ayudarla. Nuestro trabajo también consiste en escuchar, apoyar y dar ánimos”, concluye.
Una escuela para cuidar mejor
El cuidado es todo lo que se hace cuando se acompaña a otras personas para que su vida sea mejor. Es un trabajo que requiere mente y cuerpo, mucha concentración, fuerza y una buena salud emocional. “La labor de cuidar a otros a veces es solitaria, poco reconocida”, dicen Eva Peñafiel y Juanjo Rabanal, doctores en Psicopedagogía por la Universidad de Alcalá y profesores de Educación Emocional del Centro Universitario Cardenal Cisneros.
Llega a ser desgastante y algunos cuidadores pueden desarrollar síntomas de depresión o el síndrome del cuidador quemado. Para prevenir una carga excesiva física y mental, Cuidopía ha creado la Escuela de Cuidados, dedicada a personas cuidadoras, profesionales o no, en la que a través de píldoras de vídeo se ofrecen recomendaciones sobre cómo abordar los cuidados. “Analizamos situaciones cotidianas y facilitamos herramientas para ayudar al cuidador”, dicen Peñafiel y Rabanal, conductores de una serie audiovisual que tiene más de 20 vídeos con consejos sobre educación emocional y cuidados, disponibles en la web de Cuidopía. El gran objetivo es que los cuidadores estén mejor consigo mismos y que comprendan mejor la situación de la persona a la que atienden.