Las universidades acuerdan eliminar las pruebas PAP de acceso a Magisterio en las privadas y abren la puerta a las públicas

Ninguna universidad privada exigirá a los nuevos alumnos tener las Pruebas de Aptitud Personal (PAP) matricularse en los grados de Educación infantil y primaria. Eso sí, los estudiantes deberán aprobar este examen durante el primer curso de la carrera. Así lo han acordado los decanos de las facultades de Educación de las universidades públicas y privadas con el Departamento de Universidades, después de que las privadas, a cuentagotas, fueran anunciando que eliminaban este requisito. El departamento cede así en la petición de estos campus, pero logra unificar criterios y formas de funcionamiento.

Las Pruebas de Aptitud Personal (PAP) se empezaron a aplicar en 2017 con el objetivo de mejorar el nivel de matemáticas y lenguas de los futuros profesores, en un momento en que se detectó un descenso en las notas de los alumnos catalanes. Entonces, todas las universidades acordaron implantar un filtro para mejorar el perfil de los estudiantes que se convertirían en los futuros maestros. El examen se realiza en abril -el próximo sábado se celebra la nueva convocatoria- y consta de una prueba sobre competencia comunicativa y de razonamiento crítico, y otra sobre competencia lógico-matemática. Si al alumno no aprueba las PAP no puede acceder a estos estudios de Educación infantil y primaria.

Y esto sucede de forma habitual. A pesar de que el nivel corresponde a un 4º de ESO, el año pasado suspendieron las pruebas casi la mitad de los aspirantes -un 46%-, diez puntos más que el año anterior. Se trata del segundo porcentaje más alto de suspensos desde que se crearon las pruebas.

Pero el año pasado, la Universidad Ramon Llull decidió romper el acuerdo y eliminó este filtro. Siguió el ejemplo la Internacional de Catalunya (UIC). Ambas han notado este curso una recuperación de las matriculaciones, que habían decaído desde la implantación de la prueba. A principios de año, la Universidad Abat Oliba (UAO) también anunciaba su eliminación. De forma alternativa, cada una de ellas había implantado una forma propia de reforzar los contenidos en lenguas y matemáticas.

Las universidades privadas veían cómo las PAP había ido vaciando las aulas, pero a ello se añadía la percepción de que no se estaba logrando mejorar en nivel académico de los estudiantes y que colateralmente se estaba produciendo una fuga de alumnos a campus de fuera de Cataluña, donde lograban titularse para luego volver e impartir clase en escuelas catalanas.

Pero esta dispersión del sistema no gustó ni a los campus públicos ni al Departamento de Universidades. Finalmente, las partes se han sentado a negociar y han logrado un acuerdo que logra volver a unificar el sistema, pero acepta las reivindicaciones de las privadas. El nuevo acuerdo plantea que las PAP dejen de ser un requisito de acceso en las privadas, aunque sus alumnos deberán superar las pruebas durante el primer curso de la carrera. Fuentes universitarias aseguran que en estas negociaciones alguna universidad pública también se planteaba hacer lo mismo. “Estamos en un nuevo escenario de las PAP, de flexibilización”, resumen desde el Departamento de Universidades.

Este acuerdo se materializará en un documento oficial que deberá ser aprobado en mayo por el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC), donde están representadas las 12 universidades catalanas.

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