Cataluña eleva los requisitos de acceso a los estudios de Magisterio
Se pedirá un 5 de media en Lenguas en Selectividad a partir del curso próximo En 2015 se quiere crear una prueba específica para los grados de Infantil y Primaria
“Queremos que un estudiante con un buen expediente que le permitiera estudiar Ingeniería o Medicina, puedan plantearse también hacer Magisterio”. Era la declaración de intenciones de la consejera de Enseñanza de Cataluña, Irene Rigau hace medio año, cuando presentó el Programa de mejora de la formación del profesorado. Se alineaba así, aunque solo en un tímido paso, con modelos de formación del profesorado donde la exigencia académica y práctica lleva a las escuelas de Magisterio a los mejores alumnos, en el entendido de que por sus manos pasará después la gran responsabilidad de educar a los niños, el futuro de un país.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue un poco más allá, en junio de 2011, cuando planteó la creación de una especie de MIR —formación práctica que habilita a los médicos— para profesores.
Con un pequeño paso, Cataluña es la primera comunidad que se ha puesto manos a la obra para poner requisitos de acceso a la carrera de Magisterio. El curso próximo, los aspirantes a maestro deberán obtener al menos un cuatro en el examen de lengua catalana y castellana de Selectividad, y la media de ambas debe ser, como mínimo, un cinco.
“Hay que recuperar la imagen
El objetivo es “asegurar que los estudiantes que se matriculen para maestros de Infantil y Primaria demuestren un dominio suficiente de conocimientos, especialmente los vinculados a las competencias lingüísticas”, justifica la resolución aprobada el jueves en la Junta del Consejo Interuniversitario de Cataluña, formado por las 12 universidades públicas y privadas catalanas.
La medida afecta a todos los aspirantes a profesores, así que los que provengan de la FP deberán examinarse de la fase general de la Selectividad (las tres lenguas, Historia y una asignatura de modalidad). “Hasta ahora a Magisterio se podía entrar por muchas vías, pero ahora hay una homogeneización y nos aseguramos de que todos han pasado un mismo examen”, defiende Núria Gorgorió, decana de Magisterio en la Autónoma de Barcelona.
Madrid, gobernada por el PP, también ha amagado con cambios en la formación de los maestros. Las cuatro universidades madrileñas y la Comunidad de Madrid perfilan estos meses una propuesta cuya ejecución depende del visto bueno del Ministerio de Educación. La idea de partida es reforzar cuatro asignaturas (Lengua, Matemáticas, Inglés y Ciencias Sociales) durante la carrera en detrimento de otros contenidos didácticos aún por determinar. El Ministerio de Educación ya anunció que abordaría un cambio de currículo cuando concluyera las tramitaciones de la Lomce, informa Pilar Álvarez.
Madrid se plantea reforzar
La exigencia en Cataluña del cinco es una medida “transitoria”, ya que la propuesta estrella se quiere poner en marcha el curso 2015-16. Será una prueba de acceso específica, que se ha bautizado como Prueba de Aptitud Personal (PAP), todavía en fase embrionaria. Lo que sí se sabe es que se implantaría en los campus públicos y en los privados.
Aumentar los requisitos de acceso a Magisterio es una antigua reivindicación, admiten los rectores, del Departamento de Enseñanza y los decanos de las facultades. Desde que asumió la cartera educativa en 2011, la consejera Irene Rigau insiste en mejorar la calidad del sistema educativo, empezando por el profesorado. “Tenemos que recuperar la imagen del profesor como la de una persona culta, en continua formación”, suele repetir Rigau.
No obstante, algunos sectores rechazan la idea de que el profesorado o su formación sea mala. “A veces quien critica no conoce la compleja realidad. Algunos resultados de PISA indican que no están tan mal comparándolos con países del norte de Europa, donde las condiciones económicas del profesorado ni de las familias son muy diferentes. Tener 25 alumnos en el aula, de origen diferente, viviendo muchas penurias, con capacidades diferentes y conseguir que aprendan algo es un gran logro”, defiende Gorgorió.
“La formación del profesorado cambió hace muy pocos años con el Plan Bolonia. Hay experiencias interesantes, como los grados que imparte en inglés la UAB, y todavía no conocemos sus resultados”, tercia Enric Prats, profesor de Pedagogía Internacional de la Universidad de Barcelona y uno de los coordinadores del Programa de Formación de Maestros. La nueva prueba de acceso forma parte de este programa, junto a otras, algunas ya iniciadas.
En septiembre arrancó el doble grado de maestro de Infantil y Primaria, que busca tener un currículo renovado, los mejores profesores y los mejores alumnos. La carrera ofrece solo 220 plazas que se reparten cuatro universidades públicas y dos privadas. Paralelamente, este curso también se redujo un 14% la oferta de plazas de Magisterio en Cataluña, que pasaron de las 3.265 a las 2.805, aunque la Generalitat aspira a bajar hasta 2.000. “Hay que privilegiar la calidad por encima de la cantidad”, proclamó entonces Rigau.
Para los rectores, la mejora del profesorado no se puede quedar aquí y piden una formación continua de los profesores de las facultades de Magisterio. “Y también hay que asegurar que los docentes mejor preparados sean los primeros en conseguir una plaza”, apunta Fernández.
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