Un libro desvela los misterios sobre la muerte del cantante de Sau, Carles Sabater: “No se suicidó, ni murió por ninguna adicción tóxica”
El escritor Pep Blay desengrana la misteriosa muerte del vocalista en el libro ‘Cor Trencat’
El escritor y periodista musical Pep Blay desvela el misterio de la muerte del cantante de rock del grupo Sau, Carles Sabater, 25 años después de su muerte en su último libro Cor Trencat. Mort i vida de Carles Sabater. Pep Blay reconstruye en su libro los últimos años de la vida de Carles Sabater a través de “más de treinta entrevistas” a personas de su entorno.
El 13 de febrero de 1999, después del primer concierto de la gira “XII” de Sau, Sabater se desmayó de camino a su camerino y, a pesar de que una ambulancia lo llevó al hospital, a la medianoche los médicos certificaron su fallecimiento. Su muerte súbita, que resultó un choque para su entorno privado y seguidores, generó desde el inicio muchos rumores que complicaron la definición de su legado. En este libro, Blay ha explicado que hay una “doble pretensión” literaria y periodística, que va más allá de ser un documento “de consulta” o “recuerdo”, puesto que sitúa a Sabater como “un icono de su generación” en Cataluña.
Blay se ha sentido un “privilegiado” por haber sido uno de los pocos periodistas en tener contacto con el entorno musical, teatral y familiar del artista. El periodista siempre tuvo el deseo de escribir sobre Sabater, una “espina clavada” que tuvo durante mucho tiempo y que con Cor trencat consigue sacársela y dibujar un “retrato completo del personaje” que deshace la “cortina de humo” que rodeó la figura del artista desde su repentina muerte.
A pesar de ser considerado “una estrella del rock”, Blay ha remarcado que Sabater era una figura teatral, “sensible” y “polifacética”, a quien le gustaba Serrat, pero también una persona llena de “dudas”, “debilidades”, “enganchado al enamoramiento” y con una compleja “adicción a gustar”. El ser un “esclavo de gustar” llevó a Sabater a “subir arriba del todo” en su carrera, pero también a padecer un “estrés crónico” durante años, una de las razones que explicarían su muerte, recuerda Blay, que logró la autopsia gracias a sus conexiones con la familia del cantante y le pidió a uno de los “mejores médicos forenses de Cataluña” que la interpretara.
“No se suicidó” ni “se murió por ninguna adicción tóxica”, ha afirmado Blay, sino que el constante estrés fue lo que le llevó a tener una “hipertensión muy bestia” y que junto a detonantes finales como el “sobreesfuerzo físico”, la “adrenalina”, la toma de “estimulantes” y “sentirse solo”, llevaron al artista a morir con tan solo 36 años. “Si hubiera ido al médico le hubieran dicho que dejara los escenarios”, ha reflexionado Blay, puesto que durante su investigación también descubrió que sufría “arritmias cardíacas”, que se habían prolongado en sus últimos años de vida a consecuencia de la “gran cantidad de trabajos que aceptaba por miedo” a no gustar y a su acelerado ritmo de vida. A su juicio, uno de los “grandes errores” fue que, desde el entorno de Sabater, tampoco supieron darle gran importancia al estado del cantante, el cual había sufrido otros desmayos en el pasado.
Blay ha comentado que la familia del cantante “estaba en otro planeta” porque pensaban que Sabater era feliz, “vivía de lo que quería” y sin problemas, pero su inesperada muerte los llevó a tener un “sentimiento de culpabilidad” y a buscar “enemigos por todos lados”. Sin embargo, después tantos años, ahora la familia “habla desde la serenidad” y Blay tuvo una gran aceptación para escribir sobre el legado del cantante. El editor Ernest Folch (Folch & Folch) ha indicado que esta obra es un “esfuerzo periodístico de primer orden”, con una “gran narrativa”, que pretende marcar “un antes y un después”, no solo de una figura dentro del ámbito musical, “sino de la cultura catalana”.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.