El compás de espera de una Criteria colmada de dividendos
La sociedad de inversión de La Caixa no acaba de encontrar nuevas participaciones estratégicas, mientras mantiene sin resolver el futuro de Naturgy, Saba y su interés en Agbar
El jefe de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, vaticinó para este año una entrega de dividendos récord a Criteria. Unos 800 millones de euros, señaló. La cifra se acerca por sí sola a los 834 millones que el brazo inversor de La Caixa logró en 2023 de toda su cartera de participadas. Pero si a esa cifra se añade la de las mayores expectativas de Naturgy —sus previsiones de ebitda han mejorado y la mejora del dividendo ya se ha aprobado—, las previsiones podrían estar dibujando el mejor cuadro nunca visto para la sociedad de cartera que preside Isidre Fainé. Y eso tras un año que, como los últimos, ha sido de compás de espera.
Y ese compás de espera no se explica solo por que la sociedad afronte este inicio de 2024 las 11 renovaciones de su consejo de administración, en las que la continuidad de Fainé a partir de febrero ni se cuestiona. Más bien porque desde que la institución se despidió de participaciones de calado como Abertis, Repsol y Suez, buscaba dar un nuevo espíritu a su cartera de inversiones y aún no ha dado con el botón. Al menos no ha aportado a su portafolio ninguna nueva compañía, con la aportación de consejeros y participación activa en su gestión, y las operaciones que arrastra no las acaba de cerrar, con la excepción de CaixaBank. La cuestión es que parece que tampoco tiene prisa por hacerlo. “Los tiempos de Criteria no son los de una cotizada al uso: si la oportunidad no surge, la operación no interesa”, señalan fuentes de la compañía, que rememoran algo que repite el presidente. Se opera a largo plazo, garantizar otros 120 años el patrimonio y la obra social de La Caixa.
Lo cierto, sin embargo, es que Criteria no ha logrado desembarazarse de tres operaciones que tiene entre ojo y ojo. La que le permitiría dar un paso para consolidar ese espíritu tan La Caixa de ser un referente en las empresas de recibo —mandando en compañías de servicios como pueden ser las de Naturgy o Telefónica— es la recompra de Agbar, que integra los negocios de agua en España y Chile del conglomerado francés Veolia. Es una operación que está ahí y sobre cuya resolución desde Criteria siempre repiten lo mismo: interesa, pero el grupo francés no ha dado respuesta. La señal de que la compañía sigue interesando es el 15% del capital que el holding inversor mantiene en Aigües de Barcelona, Empresa Metropolitana de Gestió del Cicle Integral, en la que comparte accionariado con Agbar (70%) y el Área Metropolitana de Barcelona (15%) y que es el principal proveedor de la capital catalana. Hacerse con la compañía supondría engrosar su cartera estratégica, que ahora incluye a CaixaBank, Naturgy, Inbursa, Telefónica, Bank of East Asia (BEA) y Cellnex. En junio acumulaban un valor de casi 20.000 millones.
Criteria puso a la venta hace más de cuatro años su filial de aparcamientos Saba, que ha pasado por diversos procesos (durante la covid se paralizó la venta). La última negociación conocida es la posible fusión con la belga Interparking, todavía abierta, que buscaría crear el gigante europeo del sector. Aunque la operación sigue abierta, en la sociedad de cartera no se descarta volver a los planes originales, distribuir un libro de venta y vender la sociedad o un paquete al mejor postor. “Tarde o temprano se abrirán nuevos escenarios”, indican fuentes cercanas a Criteria, que señalan esa operación justamente como un ejemplo de que se buscan las oportunidades y se rehúyen las prisas.
La operación más relevante que afecta en la más baja de las torres negras de la Diagonal, donde se encuentra el cuartel general de Criteria, es la de Naturgy, que mantiene en el cajón su plan Géminis para segregar sus negocios regulados de los liberalizados mientras que sus dos principales accionistas, los fondos GIP y CVC, podrían estar expectantes ante la necesidad de salir y aflorar plusvalías —CVC lo ha negado— tras casi seis y ocho años en el capital de la sociedad. Es la gran asignatura pendiente y supondrá todo un terremoto accionarial, puesto que ambas controlan un 20,6% y un 20,7%, paquetes valorados por encima de los 5.000 millones de euros. Naturgy es una de las participaciones históricas de La Caixa, de la que nunca se ha querido alejar. Actualmente, controla el 26,7% de las acciones y tuvo un papel muy activo cuando el fondo australiano IFM lanzó una opa para adquirir el 22,69% de la gasista.
La operación de CaixaBank
La gran operación de Criteria de los últimos años es conocida: la fusión de CaixaBank y Bankia. Con ella se puso fin a las preguntas que planteaban qué quería ser de mayor el banco catalán. El resultado, a nivel de dividendos, funciona. De la misma forma que no ha habido disfunciones con el Gobierno, que mantiene a través del Frob un 16,12%, participación que desde La Caixa no desdeñan porque consideran que incluso puede ofrecer estabilidad. Es una entente similar a la que ha ocurrido en Telefónica (Criteria es accionista de referencia, con un 2,53%, al que se suma el 3,5% de CaixaBank), en la que ha continuado adquiriendo títulos al mismo tiempo de la tormenta que ha desatado la saudí TSC con la adquisición de un paquete del 4,9%.
Pero, ante todo, Criteria quiere dar una imagen de sociedad de cartera más internacional. Hoy el 16% de sus ingresos proceden de fuera de España y el 15% del valor bruto de sus activos (26.425 millones al final del primer semestre de 2023) se encuentra también en el extranjero. El mexicano Grupo Financiero Inbursa (1.330 millones) y Bank of East Asia (646 millones) son las participaciones más relevantes desde la óptica internacional, a lo que se suma el 80% de la denominada cartera de diversificación, en la que se encuentra la portuguesa Sonae.
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