Junts mantiene su plan negociador pese a la consulta por la investidura de la ‘Generalitat’ paralela de Puigdemont

El resultado de la votación convocada por el Consell de la República para conocer la opinión de sus afiliados sobre si procede bloquear la reelección de Pedro Sánchez exhibe rotundidad, pero poca fuerza. El veredicto hecho público este martes fue contundente: un 74,9% de votos a favor del bloqueo. Sin embargo, desplegará un efecto inocuo. Votaron solo 4.000 personas, un 4,4% del censo, y la entidad, creada por Carles Puigdemont cuando se marchó a Bélgica para evitar ser juzgado por la justicia española, se ve lastrada por un escaso poder de influencia en el diseño de la agenda política. Su máximo representante, Carles Puigdemont, tiene condicionada la capacidad para desplegar el mandato que arroja la votación. El expresident dirige el Consell mientras comanda la negociación de Junts per Catalunya en la investidura. “La votación es vinculante para el Consell, para nadie más”, pone de relieve una persona del equipo negociador de Junts.

La consulta surgió al margen de la dirección del Consell. La promovió un afiliado que logró alcanzar el número mínimo de avales, unas 1.000 firmas, para activar el proceso de dar voz a las bases. La consulta partía de una pregunta clara: “¿El Consell de la República tiene que promover el bloqueo a la investidura del presidente del Estado español por parte de los partidos independentistas catalanes?”.

El proceso participativo incubado dentro del Consell ha situado en una disyuntiva a Carles Puigdemont. Traza personalmente la estrategia de Junts per Catalunya en las negociaciones con el PSOE y ha impuesto la discreción a su entorno para evitar injerencias. El ruido que se ha generado desde dentro del Consell ha trastocado el propósito del expresident. En las formas, pero no en el fondo. Fuentes del equipo negociador de Junts ponen de relieve que “la decisión de negociar o no es de cada partido. La consulta vincula al Consell, no a los órganos de dirección de los partidos políticos”. Este martes, Junts per Catalunya rompió el hermetismo que viene mostrando desde hace semanas para poner de relieve que constata “avances” por parte del Gobierno en las gestiones para que el catalán sea oficial en la Unión Europea. Junts exige “intensificar los esfuerzos diplomáticos”, pero el mensaje evita el tono agrio y la crítica frontal al Ejecutivo, lo que fue un estilo habitual en anteriores manifestaciones de la formación.

Desde el Consell se señala que el rol dual de Puigdemont no erosiona la identidad propia del organismo. El Consell está señalado por parte del independentismo por tener estrechos lazos con Junts. Ese es uno de los motivos por los que Esquerra Republicana dice sentirse muy poco interpelada por lo que manifieste la entidad.

El Consell había concedido un plazo de una semana a sus afiliados para que dieran su opinión sobre qué papel debe jugar la entidad en la investidura. Hay 103.000 afiliados registrados, pero el censo solo permite el voto a 90.000. La abogada Teresa Vallverdú forma parte del gobierno del Consell. Manifiesta que solo pueden votar los inscritos mayores de edad. Toni Castellà, diputado de Junts, es portavoz del Consell y considera que las cifras de participación “entran dentro de la normalidad”. Ambos coinciden en que el hecho que el gobierno del Consell no hiciera “campaña expresa” por el sí ni por el no encasilló la consulta dentro del perfil bajo. La semana pasada los afiliados al Consell estaban llamados a votar sobre si daban su aval a una reestructuración de los órganos de mando de la entidad, ideada y defendida por Carles Puigdemont. Entonces, la dirección sí hizo campaña en favor del sí. La participación fue del 6,5%.

Este martes, tras publicar el escrutinio de la consulta sobre la investidura, el Consell emitió un comunicado en el que manifestaba informar a “las direcciones de los diferentes partidos independentistas de manera inmediata”. Mediante ese gesto, con el traslado del resultado de la votación a las formaciones políticas independentistas que están negociando la investidura, el gobierno del Consell considera que da por cumplido el mandato expresado por los militantes que participaron en la consulta. “El Consell toma partido en todo aquello que pueda ser positivo para alcanzar la independencia de Cataluña”, defiende una persona que forma parte de la cúpula de la entidad. El exconsejero de la Generalitat Toni Comín, vicepresidente del Consell, ya manifestó recientemente que el resultado de la consulta debía ser interpretado desde “una lectura política razonable”.

Por lo pronto, ni Junts per Catalunya ni Esquerra Republicana, partidos clave para posibilitar una mayoría del PSOE en el Congreso de los Diputados, hicieron valoraciones sobre el parecer mostrado por los simpatizantes del Consell. La votación tendrá escasa capacidad para alterar sus estrategias negociadoras.

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