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Puigdemont fijará el martes las condiciones de Junts para la investidura y niega haber empezado a negociar

El partido del ‘expresident’ asegura que todavía no hay encima de la mesa ninguna propuesta sobre la amnistía

Camilo S. Baquero
El expresidente catalán, Carles Puigdemont, hace una semana, en Francia.
El expresidente catalán, Carles Puigdemont, hace una semana, en Francia.MASSIMILIANO MINOCRI

El marco en el cual se darán las condiciones para un posible pacto de investidura entre Junts y el PSOE se conocerá el próximo martes, de la boca del propio Carles Puigdemont. El expresident, fugado en Bélgica, no tiene cargo orgánico dentro del partido que fundó hace tres años, pero la formación ha optado desde un principio por darle carta blanca en la negociación y dejar que se lleve todos los focos. De ahí que sea en una conferencia en Bruselas donde el también eurodiputado vaya a exponer las líneas maestras de esa negociación. Los límites ya los fijó anteriormente: amnistía y derecho a la autodeterminación. Con todo, la ejecutiva de Junts, que se ha reunido este jueves en Altafulla (Tarragona), han dejado claro que no hay aún conversaciones formales abiertas y menos una propuesta firme al Gobierno para lograr el perdón general de los encausados por el proceso independentista.

“Para que se pueda tener información directa sobre cuál es el marco que Junts propondrá a todo el mundo que se interese por abrir negociaciones con nosotros hablaré el próximo martes 5 de septiembre”, ha asegurado Puigdemont vía Twitter, en un intento de cortar así algún conato de polifonía. Junts, ERC, PSOE y Sumar ya habían logrado hace dos semanas llegar a un primer acuerdo para pactar la Mesa del Congreso, pero los independentistas siempre han remarcado que se trataba de una primera meta volante y que no se puede dar por hecho que esté lista la segunda parte de la negociación. El expresident usará una jornada interparlamentaria que estaba convocada en la capital europea para desgranar, por primera vez, los detalles de ese camino de diálogo y negociación que se abrió tras el 26-J.

El expresidente ha querido diferenciar precisamente entre ambos términos. “Durante demasiado tiempo se ha querido utilizar el concepto “diálogo” como sinónimo del de “negociación” (...). El diálogo es previo a toda negociación; puede servir para fijar el marco en el que ésta puede discurrir, o puede servir para comprobar que no hay margen de negociación. Esto lo veremos en los próximos días”, ha reafirmado.

Pese a cierta retórica de exigencia, lo cierto es que sí avanzan poco a poco trabajos con algunos nombres claves del entorno de Sumar, como Jaume Asens, para lograr en una propuesta de amnistía, un tema clave y que el Gobierno ahora se ha mostrado más abierto a estudiar después de negarse durante cuatro años. Sí ha habido un tránsito de la puerta cerrada sobre el perdón general relacionado con hechos del procés, que inicialmente se calificó de inconstitucional, a un debate más amplio en el que hay voces tanto a favor como en contra. Con todo, la patata caliente sigue siendo en el encaje del llamado derecho a la autodeterminación, pues la celebración de un referéndum se mantiene como línea roja del Gobierno.

La decisión de Puigdemont, además, le refuerza y enfatiza su papel de moderador dentro del independentismo, en detrimento de una ERC que sigue sin lograr hacer valer su peso numérico en la negociación. “Nos toca pedir coordinación en la negociación política”, ha asegurado la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, preguntada sobre la cuestión este miércoles en la tarde. “Así seguro que alcanzaremos objetivos más ambiciosos”, ha añadido la republicana.

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La Ejecutiva de Junts también ha aprobado la activación de un nuevo órgano, el secretariado permanente, que se encargará de tomar algunas decisiones “por delegación algunas de las funciones de la Ejecutiva”. La Ejecutiva tiene una treintena de miembros entre los elegidos y los natos y el secretariado, encabezado por la presidenta, Laura Borràs, y el secretario general, Jordi Turull, tendrá algo más que diez.

Finalmente, el expresidente de la Generalitat ha querido desvincular la crisis desatada en el seno del Consell de la República de las negociaciones por la investidura. Puigdemont, presidente de esa entidad que promueve a nivel internacional la vía de la independnecia, disolvió la asamblea de electos antes del tiempo establecido y defiende la necesidad de redefinir el Consell. Junts y ERC han topado en el pasado por ese ente, ya que los republicanos consideran que Puigdemont intenta controlar desde allí la hoja de ruta del secesionismo.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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