_
_
_
_

Los retos del sistema educativo en Cataluña: “Los profesores no pueden hacer faltas de ortografía”

Los expertos detectan un descenso del hábito de lectura entre los docentes, pero también problemas en la escritura

Una profesora en una escuela de Barcelona, en una imagen de archivo.
Una profesora en una escuela de Barcelona, en una imagen de archivo.Gianluca Battista

¿El nivel de los profesores ha bajado? Es una pregunta reiterada en los últimos tiempos, especialmente en aquellos momentos en que se señala a los docentes como responsables de algunos de los problemas que padece el sistema educativo, como el descenso en los resultados de las Matemáticas o de la comprensión lectora. A pesar de lo difícil que resulta medir si este descenso se ha producido, los expertos consultados admiten que sí notan carencias en los docentes a nivel de expresión oral y escrita, incluyendo faltas de ortografía, pero lo achacan a un cambio de rol del profesorado, a una problemática social general y a una formación universitaria deficitaria. “Los profesores no pueden hacer faltas de ortografía”, sentencia Mar Hurtado, presidenta de la Asociación de Maestros Rosa Sensat.

Francesc Imbernon, catedrático de Didáctica en la Universidad de Barcelona que lleva 46 años formando a futuros profesores, asegura que sí ha notado, y también sus colegas de profesión, un descenso en el nivel de escritura y de expresión oral de sus alumnos, futuros educadores. “Les cuesta mucho leer, y te entregan trabajos llenos de faltas y errores de expresión”, lamenta. “Entregar un trabajo impecable ortográficamente no es requisito para aprobar. Y no me parece bien. Estamos siendo muy permisivos en la escritura, la lectura y en conceptos culturales básicos”, lamenta Enric Prats, profesor de Pedagogía en la Universidad de Barcelona, que también coordina el Programa de Mejora e Innovación en la Formación de Maestros (MIF). Incluso va más allá y asegura que, por ende, tampoco resulta extraño encontrar a profesores de Magisterio que hagan faltas de ortografía. Con todo, Prats matiza que los docentes están reforzando otras habilidades, como la digital o la atención a la diversidad. “Veníamos de un rol más académico del profesor y vamos hacia un rol más social, y en este cambio, lamentablemente, hay una pérdida de algunas habilidades”.

Aunque las causas son múltiples y complejas, las voces consultadas apuntan a un problema social. “La dejadez es general. Antes la lengua era muy básica, y ahora no. Y leer cansa, no estimula. La pérdida de calidad en la escritura y en la lectura es general, y los profesores son solo un reflejo de sociedad”, apunta Prats. Y esta desidia va calando desde edades tempranas y los niños la arrastran toda la etapa escolar. Tampoco ayuda el ambiente en las aulas, con alumnos cada vez con más necesidades. “Faltan recursos y el profesor se encuentra atrapado en apagar incendios, no se pondrá a corregir las faltas”, añade este experto.

Mar Hurtado, presidenta de la Asociación de Maestros Rosa Sensat, también pone el foco en atajar las carencias de los docentes. “Hay un agujero en la formación de calidad y en el interés del profesorado por mejorar, que se ha ido perdiendo y algunos se apuntan a cursos para obtener el certificado rápidamente, pero son cursos de dudosa calidad y solo lo hacen porque así pueden acceder a complementos salariales o tener puntos en las oposiciones”. Asimismo, Hurtado pide una evaluación más estricta de los maestros en prácticas. “Hay que ser exigente y no tener miedo a suspender. Hay que preguntarse, ¿queremos a ese maestro en nuestro claustro? Es complicado porque quedas como la mala, todavía hay mucho corporativismo”.

Los expertos consultados coinciden en focalizar también la mirada en la universidad y consideran que es necesario replantear la formación inicial del profesorado. “Tenemos alumnos del siglo XXI, maestros del s.XX y facultades del XIX”, resume Imbernon. Para adaptar el tipo de enseñanza en los campus con la que después deben aplicar los maestros en las aulas, este catedrático de Didáctica asegura que están impulsando una modernización del plan de estudios. “La carrera está centrada en enseñar contenidos, pero no didáctica. Se enseña Lengua, pero no cómo enseñar Lengua”. También se busca aumentar la relación entre escuelas y universidad y fomentar la investigación y reflexión sobre la práctica docente.

La organización de la misma universidad tampoco ayuda, coinciden los expertos, a tener una enseñanza de calidad. “La facultad de Magisterio está llena de profesores asociados, hace poco llegaba al 70%, y a veces no puedes controlar su nivel ni formación. Además, son docentes mal pagados, y si hay malestar un profesor enseña peor. El mismo sistema no está promocionando la calidad del profesorado”, sentencia Imbernon. “Y el hecho de tener tantos profesores asociados no te permite trabajar de forma cooperativa. Es un profesor para un grupo y una asignatura. La universidad no está siendo una referencia en el modelo de aprendizaje”, asevera Anna Jolonch, profesora de Pedagogía en la UB.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pero los expertos también abren otro melón no exento de polémica: “¿Quién nos llega a Magisterio? Los alumnos con más talento eligen carreras de Ciencias, y las familias ya los estimulan así. No hay política de orientación”, lamenta Prats. El tipo de alumnos también se ha diversificado en las últimas décadas, ya que las universidades han dejado de ser un lugar elitista y se ha democratizado su acceso. En este sentido, coinciden en que las Pruebas de Aptitud Personal (PAP) -que los aspirantes deben aprobar para estudiar el grado de Educación Infantil y Primaria- son imprescindibles porque suponen un filtro. “Desde que existen las PAP los alumnos son mejores y han bajado las ratios. Pero todavía son pruebas muy elementales, sería necesario subir el nivel”, apunta Imbernon.

Para revertir estas situaciones, los expertos ponen sobre la mesa diferentes medidas, empezando por prestigiar la profesión y mejorar de las condiciones laborales para atraer a personas con más talento. Además, proponen formación constante de los docentes, ser exigente con la evaluación de los profesores de prácticas. Jolonch también apuesta por equiparar las formaciones de los docentes de primaria (necesitan la carrera de Magisterio) y los de secundaria (se les pide el máster en educación), de modo que cualquier persona con un grado pueda ejercer de profesor cursando el máster específico. “Los maestros de primaria tienen la pedagogía, pero les falta contenido, y los de secundaria tienen los contenidos, pero les falta la pedagogía”. Pero todos coinciden en que hacen falta recursos. “Los políticos deben creérselo, porque no ven la educación como un pilar de la sociedad, y eso se ve en la falta de inversión”, remacha Prats.

La mitad de aspirantes a profesor suspende el filtro para acceder a Magisterio

Las Pruebas de Aptitud Personal (PAP), que organizan todas las universidades catalanas -excepto la Ramon Llull y la Internacional de Cataluña- constan de un examen sobre compresión y expresión escrita y otro sobre Matemáticas. A pesar de que el nivel corresponde a un 4º de ESO, este año las suspendieron casi la mitad de los aspirantes -un 46%-, diez puntos más que el año anterior. Se trata del segundo porcentaje más alto de suspensos desde que se crearon las pruebas en 2017. 

Josep Maria Cornadó, coordinador de las PAP, relativiza la caída y asegura que no existe una tendencia clara en los resultados porque fluctúan cada año. Asimismo, defiende que no son como la Selectividad, en que aprueban prácticamente todos los estudiantes. “Nosotros somos un filtro. Si aprobara el 90% o el 25%, las pruebas estarían mal diseñadas”. 

Con todo, una comisión de expertos trabaja desde hace dos años en el rediseño de las PAP, para introducir otras competencias como “la empatía, el liderazgo, los valores sociales o la crítica constructiva”, explica Cornadó, y así evaluar también la capacidad de gestionar un aula, y no solo los puros conocimientos de lengua y matemáticas. En breve, se espera poder hacer una prueba piloto e implantarla de aquí pocos años. 

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_