El tiempo se comporta y regala una jornada espléndida de Sant Jordi en Barcelona
La cita literaria se llena de gente, colas, libros y rosas y La Rambla recupera su lustre
El cielo sobre Barcelona se ha comportado. No irradia el sol, pero tampoco amenaza lluvia. Unas nubes constantes dejan entrever algún rayo. El clima es agradable y hordas de gente han salido a las calles de la superilla literaria, llena de gente desde las 10.00 horas de este domingo para celebrar Sant Jordi. Los paseantes inundan también La Rambla de Barcelona, que luce viva como hacía tiempo que no pasaba.
Las mayores colas se las llevan, como es habitual, los autores más mediáticos y vendidos. La de Alice Kellen es impresionante. Firma en la caseta de La Casa del Libro, en paso de Gràcia esquina Consell de Cent, y centenares de fans esperan hasta plaza Catalunya. “Siento emoción y vértigo. Estoy muy agradecida, pero me sabe mal no poder llegar a todos”, reconoce la autora, que pasa en Barcelona su tercer día del libro. Las que esperan son mayoritariamente chicas adolescentes. Mia Charktli, de 13 años, está en pie desde las 8.00 horas, con su libro bajo el brazo. Junto a unas amigas, también teenagers con sus ejemplares, cuenta que lo mejor de sus novelas son los plot twist, los giros de guion que Kellen da a sus historias.
Quién ha vivido un verdadero giro de guion es la actriz Carme Elias. Lo cuenta en un libro muy personal, ‘Cuando no sea yo’, un relato sobre el alzhéimer que le han diagnosticado a los 71 años. También tiene cola para firmar, aunque aquí no hay rastro de adolescentes. Se le acerca una mujer a quién reconoce enseguida y busca en su memoria su nombre… Ella le ayuda. Marisa, le dice. Y Elias se emociona. Se conocen de hace muchos años. Su fan le entrega una rosa y se hacen una foto para el recuerdo. “Me explican historias que me emocionan y me hacen llorar”, reconoce la actriz, que hasta ahora no había conocido lo que es un Sant Jordi como autora. “Hay tanta gente, no sé si llegaré a todos”, dice.
Pero Sant Jordi es mágico, y al final, de una u otra manera se llega a todos. Es muy buena la anécdota que cuenta Melcior Comes en el desayuno matutino del sector del libro, que organiza el Ayuntamiento de Barcelona en el Palau de la Virreina. “Lo más curioso que me ha pasado es firmar libros de otros autores”, dice sonriendo Comes. A veces, la gente se cansa de hacer colas y se conforma con un poco de tinta que manche la primera página. Fans de segunda categoría. Este año les espera un día largo. Si has sacado libro te toca firmar. El suyo será El dia de la balena.
Pero cosas más raras han pasado. Oigo al vuelo lo que cuenta Andreu Buenafuente, en el programa de la Ser, a las puertas de la radio en la calle Casp. “Me han pedido que dedique un libro a una persona muerta, y hasta a un perro”, confiesa mientras el público se parte de risa. A unos metros, sigue la alegría de la fiesta. Los turistas se asoman a las paradas, otros programas de radio y tele tienen sus sets en la calle, las colas para las firmas van creciendo, los selfies y fotos son incesantes y los paseantes cada vez más errantes.
Además de la de Kellen, las colas más largas se han visto para conseguir las firmas de Javier Castillo, un fenómeno del thriller que este año ha sacado El cuco de cristal; Risto Mejide, popular presentador que también se codea entre los más vendidos; Blue Jeans, con quince novelas publicadas, como La chica invisible, llevada a la pantalla. No son precisamente los que estaban en el desayuno institucional, donde han hablado la alcaldesa, Ada Colau, y la pregonera de Sant Jordi, Gemma Ruiz, autora de Les nostres mares. No ha dudado la alcaldesa, que ha recibo a Yolanda Díaz en este acto, en decir que esta es “la fiesta más bonita del mundo” y que “Barcelona comparte con todo el mundo”. A lo que Ruiz ha añadido: “Hoy es un gran día. Sant Jordi nos salva el honor”.
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