Tres geólogos mueren en una mina en Barcelona por un desprendimiento

Tres geólogos han muerto al quedar atrapados este jueves por la mañana en una mina de potasa de la localidad barcelonesa de Súria (cerca de 6.000 habitantes) a causa de un desprendimiento, a 900 metros de profundidad. Las víctimas son tres hombres de 28, 29 y 31 años, originarios de Sant Joan de Vilatorrada, Alicante y Colombia. El servicio de emergencias ha recibido el aviso a las 8.53 y han activado ocho dotaciones y un helicóptero, que se han coordinado a contra reloj para rescatar a los operarios implicados en el accidente en la mina de Cabanasses. Los tres cuerpos no han podido ser recuperados hasta pasadas las cinco de la tarde debido a la necesidad de asegurar el terreno. Dos de las víctimas mortales eran estudiantes de un máster de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) de Manresa, según ha confirmado el rector en Twitter.

El accidente ha movilizado a un gran número de bomberos, policías y efectivos sanitarios, con la incertidumbre en las primeras horas del estado de los tres atrapados. El consejero del Interior, Joan Ignasi Elena, ha explicado sobre el terreno las dificultades para poder acceder al lugar donde se encontraban los trabajadores. ICL Iberia ha confirmado su muerte a las 17.30 de este jueves y ha trasladado su pesar a “familias, compañeros y amistades de las víctimas” en un comunicado y ha asegurado que se investigan las causas del accidente. Los técnicos de la subdirección general de Minas de la Generalitat, que tendrá que instruir el caso, el mediodía no habían podido acceder todavía al lugar del accidente y no se prevé que lo hagan hasta que se garantice la seguridad.

El desprendimiento se ha producido cuando los tres geólogos “estaban inspeccionando una zona del interior de la mina”, según ha confirmado la empresa. Un trabajador ha explicado a este diario que ese control se centraba en una galería en la que se había estado horadando la noche anterior. En ese momento, había en la mina unas 240 personas trabajando, pero los tres atrapados eran los únicos analizando la galería del derrumbe. Después de la alarma, las instalaciones se han desalojado sin que nadie más quedase atrapado. El consejero de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, ha indicado que la compañía pasaba controles periódicos, el último hace tres semanas, sin que se le abriese ningún expediente. Fuentes sindicales lo han confirmado. El Departamento de Empresa, titular de la actividad minera en Cataluña, ha abierto además una investigación sobre lo ocurrido.

No es la primera vez que sucede un accidente mortal en las minas explotadas por la antigua Iberpotash. En 2020 fallecieron dos trabajadores en diferentes siniestros ocurridos con un mes de diferencia en la mina de Sallent. En 2015 falleció un joven operario y en 2013 se produjo en Súria la mayor tragedia hasta ahora, cuando un desprendimiento del techo de una galería aplastó a dos mineros. A raíz de los dos accidentes de 2020, que se produjeron en la mina de Sallent, desde hace un año clausurada, el comité de empresa denunció la falta de seguridad en las instalaciones. Fuentes del Departamento de Empresa descartan que actualmente hubiera algún expediente abierto.

Junto a la puerta de la mina y visiblemente afectado, Domingo Luján, padre de uno de los trabajadores de la mina de Cabanasses ha afirmado: “Esta mañana me he dado el susto de mi vida hasta que he podido contactar con mi hijo Javier. Pertenece al equipo de rescate y ha sido movilizado para llegar hasta las víctimas. Va a ver a sus compañeros muertos. Solo pido a la empresa que mejore la seguridad porque esta mina nos da de comer a media comarca”, ha concluido.

La noticia del suceso minero ha irrumpido en el Parlament durante la sesión de control al presidente del Gobierno catalán. Pere Aragonès ha hablado de “trágico accidente” y ha señalado que la Generalitat se estaba coordinando con los servicios de apoyo de la propia empresa par dar asistencia a las familias de los afectados.

Súria es un municipio que está a unos 70 kilómetros de Barcelona. La mina del municipio que explota ICL Iberia es el último resquicio de actividad minera que queda actualmente en Cataluña. La minería es la principal actividad económica de la zona y está especializada en la extracción de potasas para la elaboración de fertilizantes.

Hace dos años, la compañía, filial de un grupo israelí, finalizó los trabajos de un proyecto faraónico, cuya construcción se alargó durante nueve años, para habilitar una rampa que se adentra 5,2 kilómetros en la montaña. El objetivo de esa actuación era elevar la capacidad de extracción de material del subsuelo, de forma que se pudiera concentrar la actividad y cerrar el pozo del municipio próximo de Sallent, hoy ya clausurado. ICL ocupa en España a cerca de 900 personas.

La potasa es una materia prima utilizada para la elaboración de fertilizantes. La extracción de ese producto genera gran cantidad de desechos, entre los que existe gran cantidad de sales que ICL prevé poder reutilizar en los próximos años, de forma que se dejen de acumular en las inmensas montañas próximas a las minas, que se han relacionado con la fuerte contaminación por salinización del río Llobregat.

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