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Alarma en Lleida tras la liberación de un condenado por 17 violaciones

Mossos y Guardia Urbana extreman la vigilancia sobre el hombre de 37 años, conscientes de que no pueden controlarle 24 horas al día

Violador Lleida
Imagen de archivo de los Mossos en Lleida.Àlex López (EFE)
Alfonso L. Congostrina

Todas las alarmas se dispararon —y todas a la vez— la madrugada del jueves al viernes en Lleida. Una joven denunciaba que había sido agredida sexualmente en las inmediaciones de la discoteca LaNuit de la avenida de Les Garrigues. Los Mossos y la Guardia Urbana se esperaban lo peor. El pasado lunes abandonó la prisión —medio año antes de lo previsto y beneficiado por la ley del solo sí es sí, ya que iba a salir libre en julio— Daniel Padial, de 37 años, entre cuyos antecedentes hay condenas por 17 violaciones y por la tentativa de otras dos agresiones sexuales. El historial de Padial asusta y lo agravan las advertencias de los servicios penitenciarios de la cárcel de Ponent, que alertan de que no está rehabilitado y de que existe una alta probabilidad de que reincida, según la comisión de delitos de carácter sexual. La agresión sexual en LaNuit, sin embargo, no fue cometida por él, sino por un joven de 19 años que fue arrestado al momento.

“Esta es la cara del violador que está libre por Lleida. Si lo veis por la calle, huid avisando a otras mujeres”. Mensajes como este, acompañados del rostro supuestamente actualizado de Daniel Padial están recorriendo los grupos y redes sociales de la ciudad de Lleida. La angustia con la que están viviendo la ciudadanía, los cuerpos de seguridad y las administraciones la liberación de Padial es elevada. Fuentes policiales advierten de que en esta capital catalana (de 140.700 habitantes) se está viviendo la liberación del agresor con auténtica psicosis.

Siendo menor de edad, Padial fue condenado por 17 agresiones sexuales. Entró y salió de varios centros y acabó de cumplir las condenas en 2008. Solo permaneció 87 días en libertad. El 29 de junio y el 28 de julio de ese mismo año agredió sexualmente a dos jóvenes y robó a una de ellas. Fue condenado a tres años de cárcel por la primera agresión, a nueve por la segunda y a tres años más por el robo. En total, 15 años que hubiera acabado de cumplir en julio de este año. Cuando entró en vigor la ley del solo sí es sí, el letrado de oficio de Padial pidió la revisión de condenas. La pena de tres años se quedó en 18 meses y los nueve años se quedaron en cinco. Sumando el robo, la condena se quedó en 9,5 años que ya había cumplido, por lo que la Audiencia de Lleida decretó su inmediata puesta en libertad.

“Ha salido de la cárcel un peligro potencial. Nos estamos comportando exactamente igual que en la fábula de la rana que ayuda a un escorpión a cruzar el río”, reflexionan en voz alta fuentes de los Mossos d’Esquadra.

El Departamento de Justicia de la Generalitat envió a Fiscalía el expediente de Padial para intentar preservar la seguridad de la ciudadanía. Como ya ha cumplido todas las penas y no tiene ninguna causa pendiente, Fiscalía solo pudo enviar a los Mossos un requerimiento para que, “sin mermar los derechos fundamentales” del violador, realizaran un seguimiento.

Con tan poco respaldo jurídico, los Mossos interceptaron el mismo lunes a Padial y le “sugirieron” que lo mejor era que alertara de sus movimientos a la policía de la Generalitat. Le pidieron que avisara continuamente de su lugar de residencia, por dónde se mueve… Hasta aquí llegaron las herramientas policiales. “Él se mostró colaborador, pero no sabemos qué hará. Le llamamos, le pedimos que nos diga dónde se encuentra, vamos dando vueltas por donde está, pero ni tenemos recursos para estar 24 horas a su lado ni podemos hacerlo”, lamenta otro agente.

Los investigadores de los Mossos ya se han puesto en contacto con las víctimas para alertarles de que Padial está libre y tiene vigentes órdenes de alejamiento. “Es una persona libre. En Lleida tenemos dos individuos relacionados con la violencia machista que llevan pulseras y que podemos detectar, pero en este caso ni eso”, lamentan. Intentan destinar esfuerzos a su control, pero no es posible la vigilancia total y, además, ese derroche de energías repercutirá en detrimento de otras investigaciones.

Padial, cuando fue detenido en 2008.
Padial, cuando fue detenido en 2008.

Padial ha regresado a su barrio, Balàfia, en una de las puntas de la ciudad. La preocupación en esta barriada es tan alta que muchos vecinos han recibido por WhatsApp la imagen del violador. Toni Baró es el presidente de la asociación de vecinos de Balàfia: “Ya hemos tenido varias reuniones con Mossos y la Guardia Urbana porque realmente tenemos miedo. También nos hemos ofrecido a los vecinos como filtro para que toda información que llegue del violador nos la hagan llegar y nosotros se la daremos a los cuerpos policiales”. El problema es que Padial puede moverse a cualquier parte de Lleida en minutos.

En los cinco días que lleva en libertad ya han aparecido hasta noticias falsas relacinadas con él. Centenares de leridanos, algunos de ellos incluso concejales del Consistorio, recibieron un video de un individuo gritando al otro lado de una valla a unos adolescentes. Muchos WhatsApp alertaban de que en las imágenes quien aparecía era Padial, manteniendo una conversación fuera de tono con alumnos del instituto Torre Vicens. El vídeo volvió a disparar todas las alarmas y movilizó a los agentes, que comprobaron que ni el hombre era Padial ni el escenario era Lleida.

“Nosotros lo que hacemos es intentar detectarlo, vigilar y, sobre todo, registrar cómo va vestido. Así, si comete algún tipo de agresión, podemos saber que ha sido él al segundo”, advierte un agente de la Guardia Urbana. Lo tienen detectado en Balàfia, pero todos creen, o tienen la esperanza de que el violador abandonará pronto Lleida: “Se le va a quedar pequeña la ciudad. No puede mantener mucho tiempo esa presión sobre él. Todo el mundo conoce su rostro”, alerta el agente.

El equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Lleida (formado por ERC y Junts) no ha querido manifestarse públicamente, aunque ha mantenido reuniones tanto con Fiscalía como con la policía.

Esther Sancho es miembro del Grupo Feminista de Ponent-Dones Lleida: “Este violador acaba de salir de prisión y sin la reforma del solo sí es sí hubiera salido en julio, por lo que tendríamos el mismo problema”. Sancho es consciente de que Padial ha violado siempre que ha abandonado la prisión. “Es un caso muy excepcional y debería haber medidas excepcionales. Además de denegarle la revisión de la pena, se debería imponer un seguimiento pospenitenciario con una pulsera telemática y un programa psicosocial”, concluye.

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